Cuando una película tarda tanto en estrenarse podemos olernos que ni los distribuidores tienen plena confianza en ella. Parece ser el caso de ‘Fracture’, el film que llegará mañana y en el que Anthony Hopkins interpreta a un ingeniero de mediana edad que, tras disparar a su mujer a sangre fría, decide ser su propio abogado defensor en el juicio. Ryan Gosling encarna el papel de Willy Beachum, un joven que está a punto de abandonar la oficina del fiscal del distrito para incorporarse a una firma de prestigio a ejercer de defensor. Todo indica que Crawford es el asesino: los celos son el móvil y la policía lo encontró dentro de su hogar tras las detonaciones. Pero la ausencia de arma hace crea una duda razonable contra la que Slocum tendrá que luchar si no quiere que su intachable lista de casos ganados se ensucie.
Gregory Hoblit, responsable de ‘Las dos caras de la verdad’ (‘Primal Fear’, 1996) —donde se analiza el desorden de personalidad múltiple— y de ‘Frequency’ (2000) —que presenta viajes en el tiempo—, dirige, en este caso, un film prescindible, que no supera en cuanto a calidad u originalidad a un capítulo cualquiera de ‘Fiscal Chase’ (‘Close to Home’), pero que presenta un ritmo inmensamente más lento y que extiende sin necesidad las escenas y las situaciones, como jamás haría un episodio televisivo que se preciase.
La totalidad del metraje se condiciona a dos giros finales que aspiran a sorprender. Para que valga la pena someter a los espectadores a casi todo un film aceptable, pero no sublime, estas revelaciones deberían ser chocantes y espectaculares. Sin embargo, no están a la altura, pues son muy poco originales. Pero lo peor es que esta sorpresa está presentada de manera un tanto obvia. SPOILER Me parece que está muy manido en concreto el truquito de dar gato por liebre, es decir, clásico recurso de intercambio de maletines idénticos que, como parte de un plan en los films de espías resultaba curioso, pero como sorpresa y resolución final es poco. Pero lo más burdo es lo que hace que el protagonista llegue a esa conclusión: su compañero deja su teléfono móvil, del mismo modelo que el suyo, junto al del joven fiscal. Para ello tiene que hacer un movimiento tan artificial, que se nota demasiado que está preparado. FIN DEL SPOILER
Con este guión correcto, pero anodino, nos queda centrarnos en la interpretación de los actores, argumento comercial principal para promocionar el film. Anthony Hopkins actúa de forma pulcra, aunque su papel busca demasiado claramente resultar tan complejo e impredecible como Hannibal Lechter. Como consecuencia, puede hacerse cansino contemplarlo en papeles de psicópata que suelta frases socarronas desde detrás de las rejas.
Ryan Gosling (‘El diario de Noa’, ‘Asesinato…1-2-3’), no está mal, pero da la sensación de que cualquier otro actor podría haber hecho el papel, como mínimo, igual que él. Y probablemente mejor, dotándolo de más carisma o de personalidad propia. Completan el reparto el nominado a Oscar David Strathairn (‘Buenas noches, y buena suerte’) y Rosamund Pike (‘Orgullo y prejuicio’, ‘Muere otro día’). Son nombres de importancia que hacen buenas labores interpretativas, pero que no levantan el film.
La fotografía de ‘Fracture’ está muy cuidada y nos envuelve en una atmósfera bonita que hace que la película se disfrute sin problema. A los amantes del thriller y de los films de juicios que lleven tiempo esperando un buen producto que llevarse a la boca, se la recomiendo, aunque quizá justo en este momento en el que por fin están llegando buenas películas a nuestras carteleras, podrían prescindir de ella y esperar a sus estreno en DVD.