Sin duda o con pocas dudas diría que nos encontramos ante la mejor película de Guillermo del Toro y también ante la mejor propuesta cinematográfica de esta semana que tiene varios días de ocio para acudir a las salas. Gracias a una estética realmente bella, con la fotografía de Guillermo Navarro, a un guión, del propio del Toro, que consigue sus intenciones en prácticamente todos sus aspectos y a unos actores que resultan magníficos en sus papeles, ‘El laberinto del fauno’ se presenta como un film vivo, diferente, grandioso.
Sin embargo, no es el film que probablemente muchos se esperan. No se trata de una película fantástica, no responde a las imágenes de seres extraños que tanto se nos han vendido en los tráilers y fotografías. La parte fantástica se podría decir que es gratuita. Sirve para dotar a la cinta de una dimensión mágica, para hacerla diferente y original, pero no se integra en absoluto en la historia que se cuenta ni tiene otra utilidad que la de sumergirnos en un universo curioso a la vista, pero en el que no ocurre nada. No hay desarrollo de una trama dentro de la zona imaginaria, no hay aventura, sólo seres que se aparecen y hablan con la niña creándole un ligera locura.
Lo mejor de la película es Sergi López. Este actor es uno de los más brillantes que tenemos en España, aunque casi siempre trabaje fuera de nuestras fronteras. Suele hacerlo en Francia, donde su acento obliga a los directores a incluir la frase “Je suis catalan” en casi todos los guiones. Aunque la obra maestra ‘Harry, un amigo que os quiere’ es la que más mención merece, tampoco es manca la que ha estrenado más recientemente: ‘Pintar o hacer el amor’. También ha trabajado en Inglaterra para Stephen Frears en ‘Dirty Pretty Things’.
López encarna a un despiadado capitán fascista durante la posguerra española. Su interpretación en ocasiones da auténtico pavor. Las motivaciones del personaje están bien presentadas, así como sus debilidades. A pesar representar claramente a la némesis, en realidad es él el protagonista de este film, pues aquí, de faltar algo, no son los antagonistas, sino los buenos.
En oposición a él está -Carmen- Mercedes, interpretada por Maribel Verdú, que representa su papel a la perfección. Ella es la ama de llaves del señorito que se hace muy amiga de la niña Ofelia. Junto con el médico del capitán, muy bien interpretado por Álex Angulo, Carmen lleva en secreto un apoyo a los republicanos que se esconden en las montañas.
Y es que en realidad, ésta es la trama central de la película. Se ha presentado como protagonista a la niña, Ivana Baquero, a quien habíamos visto en 'Cuento de Navidad', pero su participación es muy limitada, no en cuanto a metraje, sino a integración con la trama central. La madre de esta joven, por su parte, papel que representa Ariadna Gil, no pinta nada más que complicar aún más las cosas. El fruto de su vientre tiene más utilidad para la historia que ella misma.
Debido a que del Toro trata de integrar la faceta más fantástica con la realista, el film se le va un tanto de las manosen cuanto a duración y a construcción. Hacia el principio, que es cuando más secuencias con faunos, hadas y otros personajes imaginarios tenemos, la película no parece dirigirse a ningún lado. No es que la imaginería sea poco interesante o que esté mal hecha, al contrario, es fascinante; pero se introduce en el guión, como ya he apuntado, de forma gratuita.
Es a partir de cierto punto, cuando el film se centra en la cuestión de la lucha de clases y de la situación de los supervivientes de la, digamos, “resistencia”, cuando de verdad se convierte en una gran película. Aquí el cineasta demuestra que no sólo es capaz de rodar ciencia ficción y terror, sino que tiene una impresionante mano para contar una historia de forma natural, con personajes humanos y con conflictos de la vida real, es decir, para realizar un film social e histórico. Bien es cierto que, debido al público fiel que tiene el mejicano, habría defraudado que contara únicamente la historia del capitán fascista y de los que a él se enfrentan. Pero quizá la película habría resultado mejor. Habría resultado del todo redonda.
Sobre la filmografía de Guillermo del Toro, debo decir que no lo idolatro tanto como otros, aunque me gustan algunas de sus películas. ‘Cronos’ sé que me pareció muy buena en su día, aunque ya han pasado bastantes años y apenas recuerdo más que una atmósfera opresiva y una ominosa lentitud, intencionada por el director. Federico Luppi, ese magnífico actor argentino, ayudaba mucho a crear una buena impresión. ‘Mimic’ también me gustó, aunque le encontré algunas pegas, pero en general me dejó un buen sabor. Mira Sorvino y Jeremy Northam, como siempre, estaban muy bien. Ambos films tenían como mayor valor su originalidad. Sin embargo, ‘El espinazo del diablo’, quizá debido a su guión un tanto insostenible, me parece bastante mala. Protagonizada por Eduardo Noriega y Marisa Paredes, contaba también con Luppi, pero ya en una época en la que el argentino se estaba prodigando demasiado. A ‘Blade II’ sinceramente, no sé qué le ve la gente, como tampoco le encontraba lo que tantos admiran a la primera parte, ‘Blade’, de Stephen Norrington. La tercera tenía algún buen chiste. En cuanto a ‘Hellboy’ no puedo decir si es una buena adaptación, pues no he leído los cómics de Mike Mignola, pero no me convence ni en cuanto a la estética ni la forma en la que está rodada la acción. Por lo tanto, salvo que en una revisión de ‘Cronos’ la encontrara mejor, está claro que Guillermo del Toro ha dado un gigantesco paso hacia delante con ‘El laberinto del fauno’.
La película, cuyo trailer se puede ver aquí, fue elegida por Méjico para optar a la nominación al Oscar.
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