'Adú', el segundo largometraje como director de Salvador Calvo tras 'Los últimos de Filipinas', fue una de las películas más taquilleras de 2020 y partía como una de las grandes favoritas de cara a los Goya 2021.
Con 13 nominaciones, incluyendo mejor película, mejor dirección y mejor guión original, 'Adú' aspiraba a igualar en premios a grandes títulos del cine español; finalmente se alzó con 4 Goyas, dirección, actor revelación (Adam Nourou), sonido y dirección de producción. Puede verse en Netflix.
Supervivientes
Galardones aparte, estamos ante una película tan cruda como real. 'Adú' funciona como un compendio de historias de supervivencia con un elemento común: las tres están contadas con sinceridad, por muy crueles que puedan llegar a ser. Eso sí, aunque las tres cuentan con un tiempo similar en el metraje de la película, no todas tienen el mismo peso.
La primera de ellas es la que da nombre a la cinta. Adú (Moustapha Oumarou) es un niño de seis años que vive en Camerún, pero se ve obligado a abandonar su aldea junto a su hermana. Juntos emprenden un viaje que llevará a Adú hasta Senegal, Mauritania y, más tarde, Marruecos. El padre de Adú vive en España, de ahí que la intención del pequeño sea cruzar la valla hacia Melilla. Pero el viaje más duro de su vida está lleno de giros inesperados.
La segunda se desarrolla justamente en la valla fronteriza entre Melilla y Marruecos, y tiene como protagonistas a los guardias civiles que la custodian. Encabezados por Álvaro Cervantes, tendrán que hacer frente a las posibles consecuencias legales del fallecimiento de una persona migrante al intentar cruzarla.
Con esta historia arranca la película, y sus primeros minutos irremediablemente recuerdan a ese trágico desalojo que sirve como arranque de 'Antidisturbios'. De hecho, la historia completa guarda bastante similitud con la serie de Rodrigo Sorogoyen...
Y la tercera de las historias, quizá la más costumbrista, es la que interpretan Luis Tosar y Anna Castillo, que dan vida al dirigente de una reserva de elefantes cercana al pueblo de Adú, en constante lucha contra los cazadores furtivos de elefantes, y a su problemática hija, prácticamente forzada a pasar una temporada en África con su padre. Ambos están obligados a convivir, a conocerse y, sobre todo, a aceptarse.
Adú es la estrella de una historia cruda sin paños calientes
Sin duda, la historia que mejor funciona de las tres es la del camino hacia la supervivencia de Adú. El actor principal, de solo seis años y con solo este título el su currículum, es capaz de eclipsar al mismísimo Luis Tosar. Y no solo su actuación es brillante: también el arco argumental de su personaje es el que está mejor trazado de toda la película.
También hay que destacar el papel de Massar (Adam Nourou), el segundo compañero de viaje de Adú. El francés que lo interpreta, de 18 años, ha sido reconocido por la Academia con el Goya a mejor actor revelación; además de ser completamente merecido, es el primer actor negro en ganar este premio.
Las otras dos historias de la película siempre dan la sensación de ir un paso por detrás de ésta, y los escasos cruces que hay entre ellas funcionan como serendipias y no sirven para otra cosa que para arrancarnos una pequeña sonrisa y para dejarnos con las ganas de más coincidencias.
La cinta aborda muchos de los problemas reales a los que se tienen que enfrentar quienes deciden hacer un camino similar al de Adú, dejándolo todo en busca de algo mejor. Mafias, viajes arriesgados, condiciones insalubles, muerte... 'Adú' retrata con delicadeza y con mucha honestidad estas realidades, mucho más cercanas en tiempo y en espacio de lo que parecen.
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