‘C.R.A.Z.Y.’ ¿Y qué?

Otro de los estrenos del 4 de agosto es ‘C.R.A.Z.Y.’ (2005), que llega avalada por unos cuantos premios y tiene una impresionante banda sonora. Esto último, obviamente, es lo mejor del film, cosa que saben hasta los propios distribuidores, por ello aparece de forma tan llamativa en el cartel (como si fuera un indicativo de un 50% de descuento): David Bowie, Los Rolling Stones, Pink Floyd, Patsy Cline, etc…

Sin embargo, como película, no tiene tanto que aportar. Hay films que necesitan ser largos, no digo que obligatoriamente todos tengan que ceñirse a los tradicionales 90 minutos. Pero éste no es uno de ellos. La historia que se cuenta no requiere en absoluto más de dos horas. No se nos narra nada tan extraordinario como para eso. Un chaval que crece en los años sesenta y setenta y que comienza su juventud en los ochenta, al que le gusta la música, se lleva mal con sus hermanos y trata de reprimir su verdadera tendencia sexual. Pues vaya. No es para tanto.

Si la historia central no es lo más extraordinario o interesante que hemos visto en nuestra vida, los personajes tampoco la convierten en nada del otro mundo. Todos ellos están bien definidos y se produce empatía, pero no son tan singulares o especiales como para sostener ese metraje exagerado. Esto sí que ocurría con una película que guarda numerosas similitudes con ‘C. R. A. Z. Y.’, pero que la supera muchísimo en cuanto a empatía, a ternura, a magia, a delicadeza. Me refiero a ‘Desayuno en Plutón’, que por fin se estrenará este mes.

La cuestión de la homosexualidad del protagonista está presentada de forma muy errática. Por momentos parece que va a ser lo principal del film, luego se olvida. A veces se le da mucha importancia y en otras ocasiones casi parece que se esté negando. Es cierto que el propio joven no lo tenía claro, pero ese ir y venir, ese mostrar una trama, olvidarla, retomarla, etc… no representa su modo de sentir, sino que más bien parece ser un elemento del guión mal repartido y mal desarrollado.

El hecho de que ‘C. R. A. Z. Y.’ esté situada en una época pretérita ya parece que tuviera que ser una cualidad en sí de la película. Pero no es así. Además de poder ver la ropa de aquel entonces y de escuchar las grandes canciones que se hacían en esas décadas, el haberla situado en los sesenta, setenta y ochenta, no es un mérito fílmico. No por ello la película es mejor. Son los años que vivió el director y resulta más un capricho personal que algo justificado por el guión. Si la ambientación está lograda o no deberíamos comentarlo en una película que obligatoriamente hubiera tenido que retrotraerse a otro momento temporal por exigencias del guión. Pero aquí se ha elegido al tiempo como uno de los protagonistas y resulta bastante postizo.

El director es Jean-Marc Vallée, autor de ‘Liste noire’. Está protagonizada por Marc-André Grondin, Danielle Proulx y Michél Côté (‘Le dernier tunnel’, ‘Sur le seuil’, ‘Cruising Bar'), uno de los actores más respetados de Quebec.

El título de la película proviene de la canción de Patsy Cline, contenida en un disco que el protagonista le rompe a su padre y se pasa toda la película tratando de recuperar. Pero no sólo eso, las iniciales de los nombres de los cinco hermanos coinciden con esta palabra inglesa.

En definitiva, un ejercicio de nostalgia, correctamente rodado e interpretado, más largo de lo necesario y con algún momento entrañable y humorístico; pero que en general deja bastante indiferente. Lo mejor, quizá, el personaje de la madre del protagonista.

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