A veces parece que se utiliza la palabra “fallido” como eufemismo de “malo”. Pero, con ‘Cassandra`s Dream’ nos encontramos ante un ejemplo perfecto de film fallido y no únicamente de mala calidad. La diferencia está en que tiene cosas buenas, es decir, en que tenía posibilidades de haber sido buena. Leí que la cinta había recibido críticas muy negativas y traté de no creérmelas, pues son muy pocas las veces que Woody Allen me ha decepcionado, pero ha sido doloroso comprobar que no exageraban.
‘El sueño de Cassandra’ nos muestra a dos hermanos, uno rubio y otro moreno, como Zipi y Zape, que acaban de comprar un velero llamado “Cassandra’s Dream”. Ian (Ewan McGregor) y Terry (Colin Farrell), atraviesan un mal momento económico, cada uno de ellos por motivos diferentes. Sus padres no tienen mucho dinero, así que no les pueden ayudar. Sin embargo, uno de sus tíos, que vive en EE. UU., posee una cadena de clínicas de cirugía estética y es la persona ideal para financiar sus proyectos y sacarlos de los atolladeros en los que se encuentran. Pero el tío Howard (Tom Wilkinson) sólo está dispuesto a prestarles dinero si es a cambio de un favor.
El tema de partida puede recordar a otros films de Allen, como ‘Delitos y faltas’ y su reciente revisión llamada ‘Match Point’. Por ello, comprobamos que el material no es malo y que pueden salir buenas películas de él. Ni siquiera se podría decir que el problema es que ya esté vista, pues las circunstancias cambian lo suficiente como para poder volverlo a disfrutar. Además, hay algunos momentos en los que los reveses de la fortuna se comprenden y las situaciones dramáticas resultan efectivas, pero son muy pocos.
El trabajo de los intérpretes no es incorrecto, pero es lo suficientemente anodino para que no aporte nada a los personajes y no transmita la más mínima empatía. Es raro ver que a Allen le han fallado tan estrepitosamente el retrato de personajes desde guión y la dirección de actores, cosa que nos resultaría normal en cualquier otro film, pero que precisamente aquí sorprende, pues éstas son dos de las especialidades en las que el neoyorquino suele tener mejores resultados. Únicamente se puede señalar como buena construcción de personajes la transformación que sufren ambos hermanos, que demuestran personalidades casi opuestas a las que parecían tener después del hecho más importante de la película, pero, claro, es que si no tuviera ni evolución de personajes, el guión sería para el arrastre.
Probablemente habría sido preferible que Woody Allen hubiese elegido contar esta historia en tono de comedia. Sobre todo porque el tono definitivo no es exactamente serio, sino que tiene momentos cómicos, pero al ser tan pocos, cabe preguntarse si le quedaron colgando de una versión anterior de guión o si ha tratado de escribir una comedia y se ha quedado corto en chistes. Los diálogos, otro de los puntos fuertes habituales del judío, aquí son de lo más corrientes, salvo un par de momentos interesantes, que son justo aquellos momentos de humor que se le han colado en este drama.
Aunque la comedia sea el género más adecuado para este argumento, también podría haber funcionado en modo de drama, como le funcionó en ‘Match Point’. Pero hay una distancia insalvable entre el film protagonizado por Johansson y el que nos ocupa. Aquel era elegante y tenía unos retratos de personajes muy logrados, mientras sobre éste ya he dicho que los personajes son lo que más falla y, por si fuera poco, en él hay mucho menos estilo: el aspecto general es algo pobre, similar al de un telefilm. Existen detalles de puesta en escena que no son malos y, a pesar de ello, no es nada para el nivel que Allen puede ofrecer.
No cuento lo que pasa en concreto, pero sí debo indicar que el final es demasiado abrupto, pero no en forma de chiste, como en ‘Scoop’, sino simplemente brusco y sin gracia. Parece que se hubiese escrito deprisa y corriendo en el guión y que no hubiese habido tiempo para redondearlo.
La conclusión es que ‘El sueño de Cassandra’ es fallida porque el material podría haber dado para un buen film y porque hay algunos elementos más que decentes. Pero, por la forma en la que está contada o quizá por no haber acertado a darle un tono concreto, no entramos en la historia. Si, además, no nos identificamos con los personajes, todo contribuye a que no nos importe lo que ocurre en el film y, por lo tanto, nos aburramos. Puede ser sólo una sensación que se produzca como consecuencia de esa falta de interés, pero el caso es que me pareció que la trama transcurría muy lentamente, que todo tardaba demasiado en plantearse y, aunque no sea larga, se hace muy pesada. Salvo por pequeños detalles o actuaciones de algunos secundarios, nada merece especial atención.
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