Esta tarde se estrena ‘Captivity’, cuyo trailer podéis ver en aquí. Jennifer Tree (Elisha Cuthbert), una modelo famosa y muy narcisista, aparece encerrada en un sótano con todas sus pertenencias. Quien la retiene conoce su miedo a la oscuridad y lo aprovecha para torturarla. Ella caerá en cada una de sus trampas.
La cinta, por desgracia, es predecible, ridícula e igual a todas las demás.
Podría asegurar que en ninguna película he tardado tan poco tiempo en adivinar el giro final como en ésta. Cierto es que, cuando se han visto muchísimos films, resulta muy difícil que alguno te sorprenda. Quizá para otros espectadores, ‘Captivity’ no sea tan predecible como lo fue para mí, que ya tengo tan asimilado el subgénero inventado al que pertenece — podéis leer sobre él en este enlace, aunque aviso de que es un puro spoiler—. Pero igualmente es verdad que los aficionados a los films de terror también han visto mucho material y es probable que cualquiera pueda olérselo tan pronto como yo.
Como ya dije, ‘Captivity’ es una mezcla entre ‘Saw’ y un capítulo de ‘Sin rastro’ ('Without a Trace'), pero muy inferior a cualquiera de los dos. Aunque ‘Saw’ no fuese muy buena, por lo menos conseguía crear angustia, miedo y la sensación de que no hay posibilidad de escape. Este film, sin embargo, no logra transmitir ese agobio al espectador, ni mucho menos terror o tensión. Para rematar, en la parte final hay una serie de instantes ridículos y una enorme cantidad de acontecimientos inverosímiles.
La simplicidad de los protagonistas es delictiva, especialmente en un guión que se centra en ellos, pues prácticamente son los únicos personajes y están durante un largo tiempo en un lugar donde tienen ocasión de hablar y actuar con mucha frecuencia. La protagonista, además de ser una niñata pija que crea poca empatía, es demasiado tonta para que sea creíble su comportamiento. Hay suficientes datos, no digo cuáles para no desvelar el “sorprendente” final, para que ella adivine lo que ocurre, pero no. Y esto no es sólo una cuestión de que el personaje resulte mal retratado o de que haya poca verosimilitud: el problema es mucho mayor, pues, si perdemos la sensación de que no hay nada que hacer en contra del malo y pensamos que, si está atrapada, es únicamente por su excesivo candor, perdemos también el posible desasosiego. Para creernos algo, habría que ser muy tolerantes y aceptar voluntariamente la falsedad, es decir, hacer lo que en inglés se llama "suspension of disbelief", pero esto no se puede dar cuando hay que tragar tanto.
Lo que conecta con ‘Sin rastro’ es la parte de los policías que buscan a la chica encerrada. Esta subtrama es tan débil y está tan mal llevada que el borrador de guión que descartasen más rápido de la serie que produce Jerry Bruckheimer seguro que le da mil vueltas. Y no sólo es mala a causa del guión, también destaca de forma negativa el montaje de la película. Los paralelismos entre las dos tramas se resuelven de forma paupérrima. Se mantiene tanto tiempo en suspensión a los policías que parecen ser tan tontos como la propia protagonista.
Me extraña que un director como Roland Joffé, dos veces nominado al Premio de la Academia y director de éxitos como ‘La Misión’, ‘Los Gritos del Silencio’, ‘La Ciudad de la Alegría’, ‘La Letra Escarlata’ o ‘Vatel’, dirija esta película. También es de extrañar que el guión sea de Larry Cohen, guionista de éxito (‘Cellular’, ‘Última Llamada’, ‘Abogado del diablo’) y director de culto (‘Estoy vivo’, ‘Serpiente Voladora’). Quizá ambos han aceptado un trabajo de encargo y lo han llevado a cabo con poco interés.
Roland Joffé ha sido una pésima elección, pero no porque se haya creado una película atípica, como aseguran los productores, sino porque han perpetrado un producto vulgar y corriente, igual a muchísimos ya existentes, pero que produce aún menos miedo y que funciona a menos niveles. Podríamos encontrarnos ante un guión igual a muchos anteriores y con una trama flojita, pero esto se salvaría si la realización de la película transmitiese algo de angustia, reflejase una atmósfera agobiante o te arrastrara hacia el miedo. Pero resulta que la película, además de tener, como he mencionado, un argumento archivisto y fácil de adivinar, está rodada de manera torpe y plana. Joffé no aporta ninguna novedad ni logra transmitirnos nada.
Sé que el cartel de la película y las fotos, como la que ha puesto Carlanga, os animarán a verla. Pero recomiendo que dediquéis un tiempo equivalente a navegar por webs de imágenes de Elisha Cuthbert en lugar de que perdáis vuestro tiempo y dinero en esto.
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