Protagonizada por Julianne Moore, Mark Ruffalo, Danny Glover, Gael García Bernal, Alice Braga, Yusuke Iseya, Yoshino Kimura y Maury Chaykin, ‘A ciegas’ (‘Blindness’) es la adaptación de Fernando Meirelles de la novela de José Saramago ‘Ensayo sobre la ceguera’, que se estrena el viernes, 13 de marzo.
Entiendo que la fidelidad no es la única ni la mejor consigna a la hora de adaptar una obra al cine. Critico siempre aquellas traslaciones que no transforman la estructura para hacerla fílmica y que se quedan en un lenguaje más literario que cinematográfico cuando abusan de la voz en off. Pero Meirelles no ha cambiado la novela de Saramago para adecuarse más al séptimo arte –estructuralmente, el libro se podría haber plasmado tal cual—, lo que ha hecho ha sido tomar de ella únicamente sus aspectos superficiales, es decir, estéticos, e ignorar la intensidad dramática, el conflicto psicológico e incluso el mal rollo que destila la obra del portugués. Es al espíritu a lo que no ha sido fiel Meirelles y no a la forma, cosa que siempre debería aceptarse que se tocase, si el fondo se mantuviese.
Este afán ornamental es tan exagerado que el resultado es pretencioso, es decir, que los recursos visuales no están al servicio de lo narrado, sino que son un fin en sí mismos, algo gratuito e incluso contradictorio –si se mostrase el punto de vista de los ciegos, no podríamos ver tampoco entre los destellos — con respecto a la historia. Probablemente lo único que atrajo a Meirelles de la novela era la posibilidad de quemar la fotografía y de rodar planos muy estudiados. No me parecería mal que lo hiciese, si esto fuese un complemento, pero no si es lo único que ‘A ciegas’ puede ofrecer, además de un reparto de grandes nombres. La música entra dentro de los recursos pedantes y se hace muy molesta al colocarse demasiado por encima de lo que se cuenta. Una banda sonora nunca tendría que destacar, debería apoyar los sentimientos que el guión quiere causar.
Al quedarse en lo externo de la historia, Fernando Meirelles ha vaciado de contenido a ‘Ensayo sobre la ceguera’ y, con eso, ha convertido uno de los libros más apasionantes que he leído en algo aburrido. Quienes no lo conozcan encontrarán momentos interesantes porque es verdad que algo queda –de una cosa tan potente, tiene que quedar algo—. Pero es casi imposible comparar la eficacia de una obra y de otra.
Vayamos a cosas concretas: antes de que el personaje de Gael García Bernal en la película decida que va a cobrar por la comida, en el libro se va mostrando cómo la crueldad y el egoísmo de estos individuos van creciendo y cómo se va extendiendo entre los que les rodean. En la novela, este fragmento supone, al mismo tiempo, un estudio sociológico muy inteligente y una gran tensión narrativa. Sin embargo, Meirelles ha obviado esta parte, que podría ser la más interesante, probablemente porque no sabía cómo transmitirla. Esto, por sí solo, ya supone una pérdida, pero además impide que lo que viene después tenga el efecto que tendría si lo hubiésemos visto.
En otros momentos la cosa es peor, ya que no sólo se pierde la gran aportación del libro, sino que ‘A ciegas’ presenta escenas que incluso sin soportar una comparación con ninguna novela serían ridículas. Por ejemplo, aquella en la que los personajes hacen repaso de lo que ha pasado antes narrándolo en voz en off es un truco de lo más obvio.
En realidad, yo siempre pensé que ‘Ensayo sobre la ceguera’ era una novela inadaptable. Comienza con un punto de vista de alguien que se queda ciego, que habría dejado la pantalla en blanco durante muchos minutos si hubiese sido fiel. Partiendo de ahí se puede decir que, la rodase quien la rodase, no me habría satisfecho. La solución que se da al inicio no es mala, incluso se puede considerar lo mejor del film. Pero nunca tendrá la originalidad y la fuerza que tenía aquella descripción sobre el papel. Porque imaginarse la ceguera mientras lees o escuchas un relato es posible, pero no mientras tu retina percibe 24 imágenes por segundo.
Decía que el segundo aliciente es el elenco y aún no he comentado las interpretaciones. Sin embargo, poco hay que comentar, ya que todos los actores, aunque sean muy buenos, están influidos por la blandura de los demás aspectos del film y crean unos personajes pasivos y carentes de interés.
El visionado de la película sin conocer la novela previamente es posible que se disfrute mucho más. Por ello mi crítica no puede servir igual para quienes la han leído que para los que no. Mis compañeros de blog van a publicar sus críticas próximamente y probablemente alguno de ellos considera el film en sí, como obra única. Así que, quienes prefiráis esa visión, también tendréis acceso a ella dentro de nada.
Más información en Blogdecine sobre ‘A ciegas’.
Mi puntuación: