Adorado por algunos y odiado por otros, Michael Bay es uno de los directores más importantes del cine norteamericano de las últimas décadas. Desde que debutase con al entretenida ‘Dos policías rebeldes’ ha ido granjeando un estilo propio para abordar la escenas de acción. Con una tendencia innegable a los excesos y las explosiones -algo de lo que él mismo llegó a reírse en un tronchante spot para Verizon- que no siempre maneja igual de bien, es el baluarte de un tipo de cine que Hollywood parece estar dejando atrás.
La supremacía de las películas de superhéroes están dejando atrás a un cine de acción que, con la excepción de unas pocas franquicias, parece que cada vez interesa menos al público. Quizá ese sea uno de los motivos por los que Netflix pudo hacerse con ‘6 en la sombra’, su nuevo trabajo tras las cámaras que este viernes 13 de diciembre estará disponible para todos sus clientes. Ryan Reynolds, el gran reclamo de su reparto, la catalogó como la película más Michael Bay que el director haya hecho hasta ahora y no se equivocaba.
Sin la más mínima vergüenza
Los personajes importan bien poco en ‘6 en la sombra’ y el guion, bueno, mejor no intentar buscarle el más mínimo sentido. Lo que le interesa a Bay es ofrecer un festín de acción que hipnotice al espectador con una sucesión de escenas que van desde persecuciones imposibles hasta el asalto de un edificio inexpugnable. Aquí hemos venido a vibrar y apenas pasan un par de minutos hasta que estamos metidos de lleno viendo cómo la primera misión del grupo liderado por Reynolds deriva en un absoluto caos.
Poco importa quienes están dentro del coche intentando esquivar a una avalancha de enemigos. La sobredosis de adrenalina busca que nos olvidemos de ello y veamos asombrados la coreografia destructiva en la que Bay pone toda la carne en el asador. Lo curioso es que luego es capaz de superarse una y otra vez en las locuras que muestra ejecutar a los protagonistas, siendo más importante ver lo que son capaces de hacer que sus motivaciones.
Ahí ‘6 en la sombra’ hace aguas, sobre todo en un tramo inicial que quiere al mismo tiempo introducirnos en este universo mientras vemos a coches saltando por los aires y balas silbando alrededor de los personajes principales. El problema es que los estímulos visuales siempre se imponen porque únicamente sabemos algo de quién es Reynolds, pero ese aspecto al menos va mejorando cuando se une a ellos Corey Hawkins, no tanto por lo que aporta el actor como porque el guion de Paul Wernick y Rhet Reese tiene un poco de aire para ir reforzando los lazos entre ellos y que así nos pueda importar algo lo que sea de ellos. Esa mejora en la dinámica entre ellos, aunque tampoco sea memorable, es esencial.
A caballo entre el humor de Reynolds y el de Bay
Además, Wernick y Reese aportan el esperado toque cómico en una cinta de estas características firmada por Michael Bay pero sin caer nunca en la estupidez cómica que lastraba muchas de las secuelas de la saga ‘Transformers’. A su manera es como si se hubiese conseguido un equilibrio imposible entre la locuacidad de ‘Deadpool’ y los instintos cómicos más primarios del cine de su director -también presente en la evidente sexualización de la mayoría de mujeres que salen en ‘6 en la sombra’-. Por suerte, tienen gracia más veces de las que reaccionas con indiferencia ante alguna línea de diálogo.
En líneas generales, el humor es un mero desahogo, ya sea de una escena de acción que podría acabar saturándote o en los pasajes en los que Bay quizá crea que el espectador podría aburrirse porque no está dándolo todo. Hay una media hora en el segundo acto en la que podría surgir esa idea, pero Bay nunca deja que el ritmo decaiga y cuando toca ejecutar el alocado plan se olvida de medias tintas y reduce a la mínima expresión cualquier tipo de explicación sobre lo que sucede y los momentos de transición. De lo primero algo da de vez en cuando mientras están en el meollo del asunto, pero lo segundo simplemente se lo carga.
La acción por encima de todo
Esto deriva en que la sensación inicial de que ‘6 en la sombra’ es un absoluto disparate sin el más mínimo interés en la coherencia vaya agigantándose hasta el punto de que uno tiene que elegir: dejarse llevar por el impresionante espectáculo visual que plantea Bay o hundirse en la más absoluta incredulidad y centrarse en las incontables pegas de su guion. Bueno, o del uso que su director ha dado del mismo.
‘6 en la sombra’ asume en todo momento su condición de espectáculo disparatado, pero resulta esencial que su reparto también se deje llevar, mostrando la misma convicción en todo momento, incluso cuando dudo que ellos mismos sepan cuál es la motivación de su personaje si es que realmente tienen alguna más allá de que aceptaron formar parte del equipo y es lo que hay.
Da igual que estén haciendo una broma simplona o realizando una reflexión aparentemente trascendental que no deja de ser una variante de otra frase dicha atrás. Aquí no esperéis grandes discursos, pero sí líneas de dialogo con un toque épico sin conseguirlo porque ‘6 en la sombra’ necesitaba algo más de hondura narrativa para que lograsen su objetivo. Lo que nos queda es que los flashbacks se usan de tal forma que casi resultan molestos pero lo curioso es que creo que a la película le habría venido bien unos 10 minutos mas de metraje algo más pausado para realmente entender mejor al equipo detrás de una misión kamikaze para intentar hacer mejor el mundo.
Vale que Bay se luce en las escenas de acción -especialmente impresionantes son los momentos imán, y hasta ahí puedo leer- y con eso ya es suficiente para que su visionado merezca la pena, pero tampoco era tan difícil que todo tuviera algo más de sentido y que este grupo de vigilantes despertase algo más de empatía en el espectador. En ese aspecto va todo tan sobre la marcha que acaba restando impacto al conjunto.
En resumidas cuentas
Michael Bay ha exprimido al máximo el multimillonario presupuesto de ‘6 en la sombra’ para regalarnos varias inolvidables secuencias de acción, suficiente para pasar un buen rato con su primera colaboración con Netflix. Si además buscáis que todo tenga sentido y personajes con los que realmente conectar, no es para vosotros. Aquí el pegamento narrativo se deja de lado en beneficio de una sobredosis de espectáculo con alguien detrás que sabe muy bien cómo manejarlo.
Ver 66 comentarios