Cuando Netflix estrenó '365 Días' a principios de 2020 (convirtiéndose en una de las películas más vistas durante la cuarentena), no podíamos salir de nuestro asombro ante semejante argumento: un mafioso secuestra a una chica polaca y le da 365 días para que se enamore de él. Quizá el nivel de estupefacción que causó solo ha podido ser superado por el provocado ante la realización de esta segunda parte (y aún más teniendo en cuenta cómo terminó la anterior).
Sexo y transiciones musicales
La película comienza con la boda de Massimo y Laura quien, efectivamente, no murió en aquel túnel como se dió a entender en el desenlace de su predecesora aunque sí perdió un hijo (¿que cómo se salvó? ¿A quién le importa?). Después de eso, empiezan una nueva vida juntos en la que le acompaña su mejor amiga Olga (que también encuentra un nuevo ligue italiano y mafioso, se ve que los regalan).
El argumento es casi inexistente: hasta pasados los primeros 40 minutos de película no se plantea algún tipo de conflicto y encima se trata de un giro de guión digno del culebrón menos inspirado. La estructura del filme se compone de dos tipos de escenas: las de sexo y las de transición con música de fondo mientras los personajes ponen cara de pasárselo bien. Ya sucedía esto en la película anterior pero aquí se eleva a la enésima potencia.
Ya no solo es que esas escenas de transición sean larguísimas y no aporten nada (los personajes riéndose en una fiesta/en un yate/en un coche/en una playa/etc) es que, al final, tampoco se diferencian tanto de las de sexo (supuesto reclamo de esta franquicia), que se vuelven tediosas al carecer de un mínimo de contexto y que siguen siendo más recatadas de lo que cabría esperar de una producción +18.
Calificar esta saga como "porno light" es ser demasiado generosa porque, si bien nadie espera ver una producción 100% explícita, las piruetas visuales que tienen que hacer para no mostrar desnudos frontales hay veces que resultan demasiado ortopédicas (el uso del dildo para suplir la ausencia de este tipo de planos da más risa que otra cosa). El sexo vende pero estas películas han demostrado que también puede ser increíblemente aburrido.
¿Es que esto nunca va a terminar?
Ni haciendo el esfuerzo titánico de ignorar la película como algo cinematográfico y valorándola única y exclusivamente como producto destinado a satisfacer las expectativas de un determinado público, sigue siendo indefendible y menos teniendo en cuenta el irrisorio lavado de cara que han intentado darle en esta secuela.
Hay varios momentos sencillamente bochornosos en los que la película se niega a sí misma, intentando blanquear la relación principal disfrazándola de "relación consentida", citando conceptos como "relación sana", metiendo una supuesta trama de sororidad... venga ya. El público que ha llegado hasta esta secuela ya te ha comprado (muy a su pesar) la disparatada premisa, tirar la piedra y ahora esconder la mano es tan absurdo como inverosímil.
Quizá lo único bueno de este fenómeno es que tranquiliza poder verla sabiendo que existe suficiente conciencia generalizada como para que nadie tenga como ideal romántico que te secuestre un mafioso.
'365 Días: Aquel día' es la versión empeorada de su predecesora: no tiene argumento, es repetitiva, incoherente y más larga que un día sin pan. Sí que es cierto que tiene muchas escenas involuntariamente cómicas (especial mención al "golf sensual", tan ridículo como suena) y si eso es lo que buscáis, pues os vais a reír aunque seguramente haya opciones más cortas que apetezcan más. Está basada en una trilogía así que es probable que aún tengamos que aguantar otra entrega más...
Ver 3 comentarios