Este pasado viernes 23 de marzo, por fin, en España, pudimos disfrutar de '300', la adaptación cinematográfica que Zack Snyder ha realizado del cómic homónimo de Frank Miller. Con decir que a los pocos minutos me encontré petrificado por las maravillosas imágenes que se abrían ante mis atónitos ojos, creo que os podéis hacer una buena idea de lo que un servidor opina de este film; un espectáculo inigualable, una extraordinaria salvajada en todos los sentidos, que se va a ganar un puesto de honor de aquí en adelante en lo que al séptimo arte se refiere. Es puro circo cinematográfico, del que impresiona de verdad, del que te hace exclamar todo tipo de cosas mientras lo ves (y oyes, pues la ecléctica banda sonora de Tyler Bates es fundamental). Pero no os equivoquéis, la película de Snyder es algo aparte de lo que solemos llamar cine de palomitas, es también y, quizá sobre todo, una obra de una belleza increíble. Sí, hay sangre, mucha sangre; pero también talento, muchísimo talento.
'300' narra la antigua Batalla de Termópilas, en la que el rey Leónidas, junto con 300 espartanos, luchó a muerte contra el Emperador Jerjes y su gran ejército persa. Haciendo frente a insuperables adversidades, el valor y sacrificio de estos hombres inspiró a toda Grecia para unirse contra el enemigo persa, y así decir basta a esa situación en favor de la democracia.
Se ha hablado mucho (y se hará) de '300', pretendiendo encontrar en la misma desde un panfleto militarista, pasando por una exaltación de la homosexualidad hasta incluso una declaración de guerra contra cierto país. Evidentemente, cada uno es libre (salvo en países como el que no he nombrado) de opinar lo que quiera, y mejor aún si lo respalda con algo más que exclamaciones o teorías conspiranoicas. Mi opinión es que se habla demasiado. Creo que se ha patinado brusca y torpemente al querer ver en '300' todo tipo de interpretaciones que se alejan de lo que, tanto Miller como Snyder, han pretendido al narrar la épica historia de la batalla entre el ejército persa y el grupo de espartanos. Hablar de homosexualidad en '300' es hablar de tíos cachas, punto. ¿No somos ya un poco mayores para estas tonterías? Quien no pueda fijarse en otra cosa que no sea en los físicos de los "espartanos", allá esa persona. En cuanto a los aspectos políticos (porque el tema de la declaración de guerra es suficientemente ridículo como para decir algo más), me parece bastante normal que se traten, pues es cierto que en la película hay momentos que pueden trasladarse a la realidad, debidamente transformados en carne y hueso, en occidentales belicistas y radicales islámicos. Ya digo, a mí todo esto me parece salirse de los márgenes adecuados establecidos por Miller y Snyder; porque, para empezar, los espartanos son (según los dos responsables de todo esto) unos locos salvajes que luchan a muerte porque fueron entrenados para precisamente eso (si alguien ve aquí a Estados Unidos, es problema suyo), y, para terminar, todo está realizado para el mero disfrute de los espectadores, a los que se espera deslumbrar con un espectáculo. Quizá se quiera afinar un poco más y decir que todo es una apología de la guerra, para engrandecer a los ejércitos y la batalla militar como salida legítima; a estas personas les recordaría las reacciones que se produjeron en todos los países occidentales cuando estalló la guerra de Irak. No sé vosotros, pero yo estuve ahí, en contra del conflicto; igualmente, estuve ayer en la sala de cine emocionado con los guerreros espartanos. Porque una cosa es real y otra no. Porque una cosa provoca millones de muertes de verdad y la otra sólo es una película. ¿Dónde radica el problema? Lo curioso es que la mayor parte de lo que se critica en '300' ya estaba en el cómic, casi todo, y sin embargo, parece que nadie se había dado cuenta; o eso, o no tenían ni idea del cómic, lo cual es bastante probable, conociendo el (nulo) interés de mucha gente trajeada y canosa por el noveno arte.
Hace poco que mi compañera Teresa nos mostraba las grandes similitudes entre el cómic de Miller y la película de Snyder, como ya pasara con 'Sin City', la mejor película de Robert Rodríguez hasta el momento. Realmente, la adaptación cinematográfica va más lejos que la obra de papel, plasmando prácticamente todo lo que podemos leer/ver, desarrollando un poco más tanto la historia como los personajes e incluso creando algunos otros para la gran pantalla, permitiendo un mayor disfrute de toda esta fascinante (y casi totalmente ficticia) historia. Personalmente, considero acertadísimo potenciar el personaje de la reina de Esparta y mostrar las dificultades que encuentra para enviar ayuda militar para su esposo y sus 300 valientes soldados. Y no menos acertado es la inclusión de escenas que sólo podemos intuir leyendo el cómic, como cuando los espartanos son atacados por las incontables flechas persas que oscurecen el cielo. Por último, destacar también otra novedad de la película, el combate entre un monstruo persa y Leónidas, una vibrante final para una secuencia extraordinariamente filmada (de la que pudimos ver un buen trozo en esos 300 segundos que nos ofrecieron hace un tiempo). Quizá se deba a que he leído el cómic después de ver la película (esta misma tarde, para ser más exacto), pero el resultado que ha logrado Snyder me entusiasma mucho más que la obra de Miller, que he encontrado un tanto monótona; sin querer quitar ningún tipo de mérito a esta última, evidentemente, al fin y al cabo es el origen de la película. De hecho, el narrador es uno de los aciertos de '300' y son las poderosas palabras de Miller, retocadas mínimamente, las que oímos.
Había temor en cuanto a la labor del reparto de '300', al estar íntegramente realizada con las cada vez más habituales lonas verdes (y/o azules) para incorporar luego, mediante ordenador, todo lo que vemos en la pantalla. Debo decir que sólo se me ocurre aplaudir a los protagonistas de esta salvaje película. Desde luego, destacar por encima de todos a Gerard Butler, sencillamente inmenso en su papel, el del poderoso rey Leónidas. Pero los demás tampoco están nada mal, desde la radiante Lena Headey, que, afortunadamente, tiene más presencia en la película gracias a los cambios realizados respecto al cómic, al normalmente soso Dominic West, que aquí (sorprendentemente) confecciona un personaje despreciable y traidor, estupendamente trazado. Menos presencia tienen Rodrigo Santoro, como Jerjes, o David Wenhan, como el narrador Dilios, pero cumplen con creces cuando están en escena, logrando momentos llenos de fuerza. Por supuesto, en versión original, todos estarán aún mejor, pero bueno, hay que ser justos, el doblaje, por esta vez, tampoco los deja en mal lugar.
En definitiva, '300' es un grandioso espectáculo, violento, brutal, pero, por encima de todo, de majestuosa belleza visual. Sí, de acuerdo, a veces recuerda a 'Gladiator', pero si las comparamos, la película de Ridley Scott se queda en un caro juguete para niños, carente del vigor de la obra filmada por Snyder. Un completo triunfo, por tanto, para este director, que ha explotado a la perfección el cómic de Miller, y al que deseamos toda la suerte del mundo para con su próximo proyecto, la adaptación de otro cómic, 'Watchmen'. Si alguien puede realizarla, es él.