Soy de los que piensan que hoy se hace peor cine que antaño (salvando muchas y honrosas excepciones, por supuesto). Sin embargo, si miramos el medio televisivo, la cosa creo que va al revés. Las series de televisión están viviendo una auténtica edad de oro, superándose año tras año las unas a las otras. Y si sólo nos concentráramos en la HBO (hoy por hoy, los que más arriesgan), hasta podríamos decir que no son series, son películas largas. Pero no es el caso. ‘24’ es una de esas series cuyo comienzo coincidió con esta especie de renacimiento televisivo.
Seis temporadas (en Enero comenzará a emitirse en la televisión norteamericana la séptima) que siguen las aventuras de Jack Bauer, el agente de la CTU metido en numerosos líos y con métodos poco ortodoxos. En cierto modo, puede ser visto como una especie de remedo de John McLane, personaje que le dio fama mundial a Bruce Willis, pero con el paso del tiempo ha adquirido identidad propia, llegando a convertirse en todo un referente, cuya influencia ha llegado incluso hasta el cine.
Gracias a Bauer, un actor como Kiefer Sutherland, que empezaba a ser olvidado (tener que aguantar sus problemas con el alcohol y ser hijo de quién es, debe acarrear mucha presión), ha vuelto a primera plana de actualidad. De hecho, Sutherland es uno de los productores de la serie, la cual basa su éxito en introducir un elemento tan novedoso, televisivamente hablando, como tramposo: todos los hechos narrados en la serie están mostrados en tiempo real. Esto no es más que una excusa, vamos a decir barata, para llenar las temporadas de los denominados cliffhangers, o sea, terminar cada episodio en un momento cumbre (representado éste con una frase, una acción o una imagen) de forma que el espectador quede enganchado y desee conocer el desenlace en el siguiente episodio. Además, ‘24’, tiene un ritmo taquicárdico, a veces imposible de seguir, que hace que muchos de los hechos se atropellen uno tras otro. Pero no me malinterpretéis (exprésate mejor, diréis vosotros), ‘24’ me parece una buena serie (a excepción de la lamentable cuarta temporada), soy fan de Bauer, y no me pienso perder ni una sola de sus futuras aventuras.
Desde hace ya un tiempo se viene especulando con la posibilidad de trasladar ‘24’ al cine, algo que es muy probable no ocurra nunca. ‘24: Redemption’ es una especie de previa a la séptima temporada, y que al mismo tiempo, funciona como un telefilm aislado. En realidad, podría verse como un compendio de dos episodios que narran hechos previos a lo que está por llegar el próximo Enero. Haciendo el chiste fácil, la serie ahora podría llamarse ‘26’, si no fuera porque entres los hechos narrados en uno y otro transcurren cuatro horas.
Nada de lo mostrado en ‘24: Redemption’ tiene interés alguno, o introduce alguna novedad al universo Bauer. Nos encontramos con nuestro agente favorito escondido de la justicia por haber torturado a alguien (¿por qué otra cosa podría haber sido?), y metiéndose de nuevo en líos, esta vez en África. En medio de una guerra civil, cuyas armas han sido suministradas por el gobierno norteamericano, Bauer se ve forzado a impedir a que un grupo de niños sean reclutados a la fuerza como soldados por las guerrilas. Pizcas de denuncia social, inicio de toda una trama alrededor de la Casablanca, donde una mujer está a punto de convertirse en el nuevo presidente de los Estados Unidos, y poca acción, algo que sin duda es decepcionante para los seguidores de este personaje.
Los hechos narrados están mostrados con el típico montaje acelerado para intentar disimular los enormes errores que se cometen. Por un lado, es absolutamente imposible que todo suceda en únicamente dos horas, pero vamos a intentar pasar esto por alto ya que en la serie esto también está algo forzado y cogido por los pelos. La mayor evidencia de todas es que una película de ‘24’ es totalmente imposible, o dicho de otro modo, una completa equivocación. El formato elegido para narrar las aventuras de Jack Bauer es el que hasta ahora hemos conocido: 24 episodios narrados en tiempo real. Condensar eso en una película de dos horas, aún narrando sólo hechos que acontezcan en 120 minutos, pone en evidencia las carencias de un guión que no está a la altura, ni muchísimo menos, pasando a ser un telefilm más del montón. Si por la contra, decidiesen saltarse lo del tiempo real, entonces estarían traicionando totalmente el espíritu de la serie.
Lo mejor de ‘24: Redemption’ es sin duda su protagonista principal. Un Kiefer Sutherland totalmente entregado al único personaje que en este momento parece saber interpretar. Para que la cosa parezca que tenga algo de qualité, se muestran algunos rostros conocidos a modo de estrellas invitadas. Por un lado Robert Carlyle, haciendo de buen samaritano, sin poner ni la más mínima pasión en el asunto; y por otro, Jon Voight, volviendo a hacer, como en otros tiempos, un papel de villano, éste con más profesionalidad si cabe, pero su participación sabe a poco.
Jack Bauer tiene su reino en la televisión y ahí debe quedarse. Somos muchos sus fieles seguidores (y eso que en países como el nuestro la serie ha sido más bien un fracaso), y por muchas temporadas que nos emitan, ahí estaremos pegados al televisor. Pero su salto al cine, en caso de que se produzca, sería erróneo. ‘24: Redemption’ es la prueba tajante de ello. Quién sabe si sus responsables no la rodaron precisamente para tantear al personal.