La premisa de la que parte '21 Blackjack' ('21'), el film de Robert Luketic que se estrena el día 11 de abril, no es que sea en sí prometedora de una gran historia, pero sí resulta atractiva gracias la posibilidad de ver cómo personas utilizan su inteligencia superior a la media para lograr cosas. El mundo del juego y los casinos, además, ha dado habitualmente pie a películas cuando menos interesantes.
Ben Campbell (Jim Sturgess) es un estudiante del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) que no puede pagarse la carrera universitaria que tanto desearía cursar. Uno de sus profesores (Kevin Spacey) se fija en él durante una clase y en seguida le ofrecen unirse a un grupo de jóvenes de la universidad que van a Las Vegas a contar las cartas y hacer trampas en los casinos para hacerse millonarios. Ben tarda mucho en decidirse, a pesar de que tiene un claro motivo para hacerlo y Jill Taylor (Kate Bosworth) tiene que convencerlo, pero en cuanto entra en el juego, le coge afición. La película tarda mucho en arrancar y pasan muchos minutos hasta que por fin llegamos a lo que interesa. Es especialmente desesperante el tiempo que le lleva al protagonista tomar la decisión de participar en su grupo de estafadores. Una vez empieza, se hace más entretenida y tiene apariencia de tener mucho ritmo, gracias a un montaje y a una música muy trepidantes. Pero el ritmo es sólo externo, pues apenas pasan cosas en el film. Con lo poco que tiene que contar no tiene sentido que dure más de dos horas. Sería preferible algo más breve, pero con contenido en todas sus escenas.
Cuando los jóvenes ya están contando cartas, tenemos una serie de secuencias bien fotografiadas y agradables de ver, pero que no aportan nada, ya que los personajes no corren peligro y tampoco tienen ningún conflicto entre ellos que esté bien presentado. El personaje del vigilante (Laurence Fishburne) tendría que resultar más amenazador. Para ello, no tendría que transcurrir toda una hora hasta que por primera vez los detecta, esto se debería presentar antes. También por el lado de los compañeros o del jefe, el choque entre las personalidades podría dar mucho más juego. Que hubiese rivalidades, boicots… En realidad, se ha intentado introducir una rivalidad, pero en cuanto surge, se resuelve inmediatamente, por lo que no tiene ocasión de significar nada para la historia.
No se han encontrado estos conflictos porque no existe apenas la personalidad en los personajes. Precisamente al tratarse de algo que sólo lo pueden hacer pequeños genios, el guionista tenía la oportunidad de crear caracteres muy interesantes, profundos y diferenciados entre sí. Sin embargo, no se ha sacado ningún partido de este aspecto. Quizá el problema está en que el protagonista sería un genio para los números, pero no tanto para las letras y que todo el guión está basado en un libro suyo que a su vez parte de su redacción de acceso a la universidad. Además de no tener personajes bien definidos, los autores dedican tiempo a intentar definirlos, pero de manera muy fallida. Por ese motivo, hay que aguantar la típica escena de "mi papá se fue de casa" que se podría ahorrar. Además resulta difícil creer que personajes que son tan listos tarden tanto en caer en algunos detalles o en captar algunas cosas.
'21 BlackJack' no es una película de la que nos podamos esperar una obra maestra cuando vamos al cine, pero sí aparenta ser algo mejor de lo que es. Y lo aparenta porque podría haberlo sido, pues hay conceptos buenos en su contenido. Pero se ha tratado de forma tan superficial que la historia se queda en nada y resulta muy infantil. Se queda en lo convencional y en lo obvio. Con el mismo punto de partida, se podría haber sacado algo más oscuro, más intenso y más adulto, incluso aunque los protagonistas sean chavales. Se podría definir como un 'Ocean´s Eleven' –más bien Twenty One— para niños.
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