Una de las series de Netflix más comentadas de los últimos años es 'Dark', siendo habitual que incluso sea destacada positivamente por aquellos que se muestran más críticos con este plataforma de streaming. Tras su finalización en 2020, rápidamente se anunció que sus creadores ya trabajaban en '1899', una nuevo thriller de terror y ciencia ficción que se estrena el próximo 17 de noviembre.
Situada en un barco donde un heterogéneo grupo de inmigrantes viaje a Estados Unidos con la esperanza de iniciar una vida mejor, '1899' explora la multitud de complicaciones que van surgiendo cuando encuentran otro barco de la misma compañía que había desaparecido meses atrás sin dejar rastro. Una premisa con la que rápidamente engancha al espectador gracias a su acertada mezcla de tensión y misterios.
Muchos y buenos enigmas
La primera temporada de '1899' consta de 8 episodios y por el momento he tenido la oportunidad de ver los 3 primeros. En ellos rápidamente queda claro que detrás de todo está el dúo formado por Baran bo Odar y Jantje Friese, pareja en la vida real y cuya relación profesional se remonta hasta 2010, año del estreno de 'Silencio de hielo', primer largometraje dirigido por Odar.
Con esto me refiero primero a una cuidada atmósfera enrarecida que está en todo momento al servicio de la historia. Eso es posible gracias tanto a un efectivo trabajo de ambientación a bordo del barco como a otra serie de factores, desde el uso de la música y los efectos sonoros hasta todo lo que sucede fuera del navío. De esta forma, '1899' se convierte en una experiencia con claros puntos en común con 'Dark', con la particularidad de que aquí resulta más sencillo seguir lo que sucede, en parte por su apuesta por un reparto internacional.
Siempre recomendaré ver cualquier serie en versión original, pero en este caso resulta especialmente fundamental, ya que a lo largo de '1899' se hablan diferentes idiomas y hay escenas concretas en las que ese hecho resulta vital para que todo encaje según los intereses de sus creadores. Y es que hay situaciones que van a perder todo su sentido con el doblaje.
Además, ese ecléctico reparto también sirve para que cada una de las pequeñas historias que va planteando por separado tengan una mayor entidad propia. Por ahí, Baran bo Odar y Jantje Friese parecen querer dar una dimensión más emocional a la serie, aspecto en el que no terminan de dar en la diana, ya que todo despierta más interés por lo que esconden y cómo se vincula eso con sus motivaciones que por su profundidad dramática. Quizá de ahí también que todo el reparto cumpla con solvencia pero no haya nadie que brille con especial intensidad, siendo Andreas Pietschmann quien más destaca dando vida al capitán del barco.
Otros detalles de '1899'
Dicho esto, uno de los grandes aciertos de la serie es que consigue equilibrar con soltura la necesidad de un gran hilo central asociado a qué demonios sucedió en el otro barco y cómo afecta todo eso al grupo de inmigrantes con subtramas más personales que permiten que ciertos miembros del reparto encuentren su voz dentro de '1899'. Además, esas historias resultan complementarias entre sí al haberse trabajado lo suficiente para que tengan su espacio en lugar de estar pensadas para añadir más enigmas.
Y es que puede que todavía no hayan aclarado apenas nada, pero se agradece que no cometan el error de dilatarlo en exceso y que capítulo a capítulo haya un sentido de la progresión necesario para que nunca transmita la sensación de ser un misterio vacío -lo que sí queda es la duda de si sabrán estar a la altura cuando toque dar respuestas-. Sí es verdad que se da bastante importancia a los finales de episodio para crear la necesidad al espectador seguir adelante, pero sin caer en el error que, por ejemplo, cometía 'Katla' de usarlos como golpes de efecto que luego rara vez llevaban a algo a la altura de lo que parecían prometer.
Lo que sí he echado un poco en falta es todo lo que se comentó en su momento sobre que '1899' era una serie de terror, algo cuya presencia es casi inexistente hasta la fecha. Es verdad que se plantan ciertas semillas que podrían dar mucho juego por esa vía, aunque por el momento no ha ido más allá de que todo resulte de lo más inquietante. Lo curioso es que el toque de ciencia ficción ni mucho menos se explota tampoco al máximo, pero siempre está ahí presente desde el encuentro con el otro barco.
En resumidas cuentas
La primera toma de contacto con '1899' ha sido bastante positiva, ya que engancha con su misterio, juega bien la carta de que algunos pasajeros tengan potentes secretos y cuenta con un absorbente trabajo de ambientación. Además, su única pega destacable, que es que dramáticamente los personajes no tienen todo el punch deseable, es algo que se puede ir mejorando según todo siga evolucionando, pues ya el final del tercer episodio apunta a una mayor importancia de la dimensión humana. Pueden contar con que seguiré ahí para descubrirlo.
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