Seguro que en el 2003, Barry Jenkins ni se imaginaba que 14 años después sería recordado, no sólo por el hecho de ganar el Oscar a la Mejor Película por 'Moonlight', su segundo largometraje, sino porque -errores de sobres aparte-, hizo historia...dos veces: por ser la primera película realizada íntegramente por afroamericanos y por ser la primera de temática LGTB en ganar un Oscar.
Y es que Jenkins, en el 2003, estudiaba cine en la Universidad del Estado de Florida en Tallahassee, muy alejado del glamour de las grandes ciudades. Y es entonces cuando rodó 'My Josephine', su primer cortometraje, y muy inspirado tras los acontecimientos del 11-S en Nueva York, narrando una historia valiente y ciertamente influído por cineastas como Wong Kar-Wai.
Con la dirección de fotografía de James Laxton y el diseño de producción de Joi McMillon -ambos también trabajaron en 'Moonlight', Laxton incluso en su primer largo, 'Medicine for Melancholy' (2008)-, 'My Josephine' cuenta la historia de una pareja que trabaja en una lavandería, lavando banderas americanas de manera gratuita.
Narrada en árabe, rodada en su totalidad en una lavandería, tras ver 'My Josephine', uno se da cuenta de las claras intenciones de Jenkins en dirigir películas cuyas historias suelen ser ignoradas y olvidadas por falta de valentía en el cine norteamericano, así como su interesante uso de los silencios. Esto es lo que Jenkins contó en una entrevista sobre su primer trabajo:
"Fui a la universidad en Tallahassee, Florida, y es muy diferente a estudiar en Nueva York, donde tienes toda la ciudad como telón de fondo. En Tallahassee, tienes que trabajar duro para que el fondo sea interesante. Acababa de pasar el 11-S, y lo tenía en la mente como algo que querría contar en una película, en Florida. Tras ver todas esas películas extranjeras, especialmente, como alguien que no habla ningún idioma extranjer o conoce a ningún extranjero, me abrí a la posibilidad del lenguaje en el cine.
En ese momento, la gente decía que los musulmanes y los árabes eran "los nuevos negros". Así que decidí utilizar mi expriencia de sentirme "el otro" como hombre negro en el SUr, y lo use como una forma de empatizar con mis personajes. Ahí es donde descubrí que hay una forma diferente de acercarse a la forma, y todo lo junté en ese corto."
Sin embargo, en 'My Josephine' se ve a kilómetros de distancia que es un primer trabajo. Es lento y peca de cierta intensidad -y hasta cierta pedantería con eso de utilizar el árabe como lengua principal- y juega a contar una historia de manera tan enigmática que apenas es comprensible, a pesar de que se len aptitudes tanto en la puesta en escena, como en el interés por las historias complicadas.
No se lo tendremos en cuenta, como él mismo dijo en una entrevista: eran muy jóvenes y estaban aprendiendo. Lo cierto es que, sea lo que sea, con 'Moonlight' ha conseguido emocionarnos a todos.
Vía | The Playlist
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