Hace poco me invitaron a dictar una charla sobre los aportes tecnológicos de La Guerra de las Galaxias. Este año se cumplen tres décadas del estreno del capítulo IV, Una Nueva Esperanza, y el evento al que me invitaron formaba parte de las celebraciones aniversarias.
Acepté, pero enseguida me arrepentí. Los seguidores de la serie han escudriñado minuciosa, obsesivamente cada fotograma, cada elemento, cada referencia de cada una de las cintas. ¿Qué podía decir yo que no supieran ya?
Mientras investigaba en busca en algún dato novedoso tropecé con el corto que aquí les presentamos: 21-97, de Arthur Lipsett. Animador y cineasta experimental, Lisett trabajaba a principios de los años 60 en el National Film Board canadiense. Allí ensambló este collage audiovisual, 21-87, que le ganó cierta notoriedad. En cierto pasaje del filme se escucha en off una conversación entre el entonces director de fotografía, Roman Kroitor, y el pionero de la inteligencia artificial, Warren McCulloch.
En un momento de la conversación, Kroitor dice:
Mucha gente siente que en la contemplación de la naturaleza y en la comunicación con otros seres vivos, descubren una especie de fuerza, o algo, detrás de esta aparente máscara que vemos delante nuestro, y que ellos llaman Dios.
La frase será el origen de La Fuerza, esa inasible e insondable energía que confiere el poder a los caballeros Jedi y los Sith.
A mediados de la década de los 60, George Lucas estudiaba cine y era aficionado a los experimientos de los cineastas vanguardistas de la época: Jordan Belson, Stan Brakhage, Bruce Conner, Bruce Baillie, Norman Mclaren, Claude Jutra y, entre otros, Arthur Lisett, cuyo cortometraje, 21-87, scudiría al muchacho. Walter Murch, editor, doble ganador del Oscar y colaborador de Lucas en THX 1138 y American Graffitti, lo recuerda así:
Cuando George vio 21-87, algo explotó. Una de las cosas que él claramente quería hacer en THX fue construir un filme donde las imágenes y los sonidos flotaran con libertad...
Como en el collage de Lisett.
Ocasionalmente podían enlazarse de una forma literal, pero había largas secciones donde imagen y sonido podían ir a su antojo, y esto podría obligar a las audicencias a tratar de imaginarse la conexión.
Según la revista Wired, Lucas vio incontables veces el filme de Lisset, intrigado por el tan libre de la imagen y el sonido. Así se lo confesó a los documentalistas Amelia Does y Dennis Mohr, quienes realizaron un filme sobre Lipsset:
21-87 tuvo un efecto poderoso en mí. Era muy parecido a lo que yo quería hacer. Fui influido en una manera extrema por esa película.
Y acaso por eso, en el capítulo IV de La Guerra de las Galaxias, Lucas rinde un pequeño homenaje a aquel corto experimental. Cuando Han Solo y Chewaca acuden a salvar a la princesa Leia, prisionera en La Estrella de la Muerte, la encuentran encerrada en la celda 2187.