Gianni di Gregorio, autor del guión de 'Gomorra', es director y co-guionista de 'Vacaciones de Ferragosto' o, como indica su título original, 'Pranzo di Ferragosto' ("almuerzo de Ferragosto"), que se estrena este viernes, 22 de mayo.
En esta comedia, di Gregorio interpreta a Gianni, un cincuentón desempleado que vive con su madre y que sufre el chantaje del administrador de la comunidad de vecinos y del médico de la familia para que cuide, además, a otras tres ancianas durante la festividad del 15 de agosto. Ese día se conmemora en Italia el fin de las labores agrícolas – Ferragosto: del latín Feriae Augusti (festivo de agosto)— y las grandes ciudades se convierten en desiertos hornos por los que sólo pasean los turistas.
Este film retrata un día especial dentro de la vida de dos personas que ya se han rendido a una monotonía difícil de sobrellevar. Pero, por diferente que sea el día para ellos, 'Vacaciones de Ferragosto' no deja de rezumar cotidianeidad y de consistir en una mera anécdota argumental, en una curiosidad que, incluso en la hora y cuarto de duración que el director se ha permitido, se ve falta de contenido, de conflicto, de progresión o de tantas otras cosas que podríamos esperar en una película y no necesariamente porque elijamos lo comercial.
Decir que algo es amable ya se está empezando a convertir en un tópico, pero muchas veces parece el único adjetivo que se le puede aplicar al film que nos ocupa. Ciertamente, 'Vacaciones de Ferragosto' es una cinta amable, que ha gustado mucho al público italiano y que tiene momentos de humor simpáticos y entrañables. Pero, por un lado, no me atrevería a afirmar que esa amabilidad sea suficiente como para considerar grandiosa a una película y, por otro lado, me preguntaría incluso si es algo positivo o si, más bien, la crudeza no amable podría ser más llamativa y valiosa, ya que "inofensiva", "inocua", "prescindible" y otros adjetivos por el estilo podrían considerarse sinónimos de "amable". Quizá depende del momento, pues no siempre queremos sentir lo mismo cuando vamos al cine, así que, para los ratos en los que sólo nos vamos a tragar algo muy digerible, está bien que existan películas amables.
Lo mejor de 'Vacaciones de Ferragosto' es la interpretación de todas las señoras. Gracias a una naturalidad que es probable que venga de la improvisación y de horas de rodaje de las que luego se ha extraído la esencia, di Gregorio consigue que resulten graciosas y que se alejen de la imagen del anciano como carga y motivo de depresión que solemos tener por el cine o por la realidad. El propio protagonista, que más que interpretar, se limita a estar presente y a dejarse llevar por las demás y por los sucesos, tiene algún momento bueno derivado precisamente de ese pasotismo, actitud que es probablemente la única posible para afrontar tal situación y no desquiciarse.
La nota que le pongo no tiene que ver con su falta de calidad, pues es una buena película en la que todo está bien hecho y logrado. Tiene que ver con lo que supone, es decir, con el producto que se nos ofrece a cambio del precio de una entrada. En muchas ocasiones se ha debatido si se deberían pagar cantidades diferentes por los distintos tipos de películas. Y, la verdad es que, si la entrada de 'Vacaciones de Ferragosto' costase tres o cuatro euros, recomendaría la película con muchas más estrellas. Pero lo que no se puede es poner a la altura del entretenimiento y disfrute que ofrecen otros films. Claro que todo esto también depende del tipo de espectador que se sea y de lo que se busque a la hora de acudir al cine.
Más información en Blogdecine sobre 'Vacaciones de Ferragosto'.
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