'Un conejo sin orejas', comedia romántica a la europea

'Un conejo sin orejas' ('Keinohrhasen', 2007) es una comedia romántica escrita, dirigida y protagonizada por Til Schweiger ('Malditos bastardos'), que se estrena el 30 de abril.

Ludo Dekker es un periodista de un "tabloide" berlinés que recibe la orden judicial de pasar 300 horas de servicios sociales en una guardería. La profesora, Anna, sorprende a Ludo diciéndole que le conoce, pero él no logra recordar. Al final, ella le refresca la memoria: cuando eran pequeños, él se metía con ella y la convertía en el centro de las mofas y abusos escolares. Anna odia a Ludo, pero él es tan guapo que ella no puede mantener el rencor durante mucho tiempo.

Quizá sea su origen europeo lo que hace que este film tenga una estética más elegante que la de otros del mismo género, aunque por otro lado, también se le detecta una fotografía más agradecida que la de muchas producciones alemanas. Los intérpretes, tanto los principales como los secundarios, están muy bien en sus papeles, pero está claro que Til Schweiger es la estrella. Nora Tschirner, en el papel de Anna, le da la réplica con una ingenuidad que consigue empatía, si bien quizá se pasa de la raya.

El género de la comedia romántica no se basa precisamente en contar historias novedosas o en introducir giros de la trama que sorprendan. Por ello, carecería de sentido esperar que una de estas películas se distinguiese por esos motivos. Lo que sí hay que pedirle, y eso es lo que realmente resulta difícil de encontrar, es que funcione, es decir: que sintamos la química entre los personajes y estemos pendientes de ver el devenir de esa historia de amor… Y 'Un conejo sin orejas' funciona en todo ello.

Hacia el final, el avance se paraliza y la historia, que está ya cantada, tarda algo más de lo necesario en resolverse. Por otro lado, la verosimilitud se pierde también hacia los últimos minutos, donde va resultando cada vez más difícil creer que un hombre como Ludo esté enamorado de alguien como Anna. El personaje de ella, sumamente pringado, puede ser exagerado e irreal, por ello habría sido interesante que sufriese una evolución y que ésta conllevase una transformación del patito feo en cisne, pues el film pide a gritos un momento de este tipo. Sin embargo, no se hace nunca, probablemente porque Schweiger se lo toma como una declaración de principios: él se tiene que enamorar de ella, a pesar de su físico.

El otro aspecto que busco en una comedia romántica es que sea, en efecto, comedia. Porque muchas veces este apelativo es un cajón de sastre donde meter cualquier cosa que no tenga un tono definido. 'Un conejo sin orejas' respira un humor que encaja con su estilo delicado, sin por ello quedarse en lo mojigato de las cintas llamadas familiares. Son buenos los chistes sobre el mundillo del cine y del periodismo y muy curiosos los cameos de los actores reales, especialmente el que abre la película, con Jürgen Vogel, protagonista de 'La ola' ('Die Welle').

Tiene mucho mérito que una película plagada de niños –los hijos del director— y que transcurre en su mayor parte en una guardería, no sea insoportable por la lata que podrían dar los monstruitos, ni tampoco moralista, por la lección acerca de la paternidad que se extraería si fuese un film norteamericano. Emma Schweiger, una de las pequeñas, protagoniza algunas de las escenas más simpáticas.

'Un conejo sin orejas' es la posibilidad de recuperar el género de la comedia romántica, tras tanto producto basura estadounidense, que se aprovechaba de la etiqueta para mezclar lo mismo de siempre sin gracia, ni fuerza, y con mensajes aleccionadores de lo más irritantes. Gracias a su factura europea, la película es más vistosa que las mencionadas y demuestra mucha frescura con respecto a ellas. Merece la pena para cualquier persona a la que le guste este género.

Mi puntuación:

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