Léa Seydoux y George MacKay protagonizan este drama romántico de Bertrand Bonello, que aspira a ser una épica más grande que la vida
Si algo ha hecho siempre bien David Lynch es no explicar sus películas, y permitir que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones (aunque cause mucha frustración). En el caso de 'The beast (la bestia)', una película que intenta referenciar tanto el cine del director de 'Terciopelo azul', el director Bertrand Bonello sí que se ha mojado más con respecto con algunos de los elementos más crípticos de su película.
Obviamente, este post está lleno de spoilers sobre la película 'The beast'
Amor a través del tiempo
Aunque 'The beast' pretende ser un rompecabezas cinematográfico, lo cierto es que una mirada general a la película ya nos da toda la información necesaria para entender lo básico: Gabrielle es una mujer en 2044 que, para conseguir trabajo, decide pasar por un proceso de "purificación".
Dicha purificación consiste en purgar sus vidas pasadas (independientemente de cómo encaja eso en esta premisa futurista), y la mujer va recordando dos épocas pasadas de su existencia. En ambas, Gabrielle se enamoró de un joven (George MacKay) pero la influencia de una especie de bestia maligna les impide estar juntos en todas ellas.
En la de 1910, un repentino y ciertamente extraño incendio desembocó en la muerte de ambos por ahogamiento, mientras que en la de 2014, la bestia repitió mil y una veces el encuentro entre ambos hasta dar con la única versión en la que él terminaba pegándole un tiro a ella.
En la vida de 2044, parece que por fin van a poder estar juntos pero les sobrepasa algo superior a la muerte: él ha completado la purificación y jamás podrá amarla porque se ha extirpado los sentimientos. A tan aciago final le sigue una escena postcréditos en forma de QR, que presenta a la adivina advirtiéndole de no entrar en la habitación 241.
Explicación del director
Pese a todas las vueltas que da la historia, queda bastante claro lo que es la trama de fondo en 'The beast'. ¿Pero adónde quería ir a parar Bertrand Bonello con todo esto? Por lo pronto, el director confirmó en una entrevista que el miedo al amor era el tema principal de la historia:
"La base de la idea del miedo al amor viene de Henry James, y luego decidí llevar los dos sentimientos de miedo y amor lo más lejos que pude a través de varios periodos (de tiempo), diversos géneros, la corrupción de esos géneros y ese tipo de cosas. En cierto modo, el miedo se convirtió en un elemento más importante que el amor".
"También puede ser el miedo a lo desconocido, o a la catástrofe o a todo. El punto fuerte de la novela es esta idea de que algo va a pasar, lo que resulta fantástico a la hora de dirigir. Hay una bestia, pero es invisible. Eso da mucho juego a la imaginación y también en el guion".
En relación a esto último, Bonello enfatizó que, aunque él coincide con la visión de Henry James en la novela original de 'La bestia en la jungla', y considera que la bestia no es más que la metáfora del miedo al amor, la representa en la película de forma ambigua para dejar espacio a la interpretación:
"Sí que se ve la silueta (de la bestia), pero es algo que sirve más para crearte una imagen mental que te haga gritar. Hasta el final, ellos no saben lo que es la bestia, esa bestia que es simplemente el miedo al amor. Digo esto pero, cuando me han preguntado qué es la bestia, he respondido: 'La bestia es lo que tú quieras que sea'. Para algunas personas es la tecnología. Si me apego a lo que escribió Henry James, es el miedo al amor, pero me parece bien que cada uno vea la bestia donde quiera. Es la idea de la catástrofe, de que algo más fuerte que tú va a destruirlo todo".
Respecto a la escena post-créditos, Bonello explicó que quería algo como en las películas de los 40-50, que terminaban tras la última escena sin créditos ni nada. Así fue como se le ocurrió la idea de finalizar la película poniendo la última escena y los créditos a través de un código QR:
"No estaba en el guion, se nos ocurrió en la sala de montaje mientras veíamos la película. Quería algo brusco para el final. (...) El código QR me encajaba con la deshumanización de la película en ese momento, en 2044. Cuando George se ha convertido en una especie de robot y tienes ahí a Gabrielle, que derrocha humanidad, y eso le hace sentirse aún más sola. El QR me pareció algo muy frío y la elección correcta".
Callejón sin salida
Personalmente, creo que la película pretende ser una especie de laberinto al estilo 'Mulholland Drive' o 'Carretera perdida', pero da demasiadas vueltas y mezcla elementos que no terminan de empastar entre sí para que al final se suponga que lo que interesaba era contar un épico romance.
En especial porque no consigue emocionar con su historia de amor en ningún momento (más pronto aburre mortalmente con su primera mitad de metraje) y eso hace que no comartamos el impacto esperado de ese final, en el que nuestro corazón debería resquebrajarse a la vez que el de Léa Seydoux, tras perder de manera definitiva al supuesto amor de su vida cuando por fin parecían haber vencido a la muerte.
Bonello tiene buenas ideas, y refleja de forma acertada conceptos como el perturbador avance de la tecnología o el retrato de ese incel obcecado en la venganza. Sin embargo, falla a la hora de tejer la red que conecta todos los elementos de su película y se queda en un pastiche irregular de 145 minutos. Así que ya sabéis: cuidado con las palomas demoníacas.
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