Tenía muchas ganas de reencontrarme con Lukas Moodysson, por lo mucho que había disfrutado de sus comedias 'Fucking Åmål' y 'Juntos', así que he recibido como una gran noticia que el sueco haya regresado a los circuitos de exhibición con 'Mamut' ('Mammoth', 2009), el film protagonizado por Gael García Bernal y Michelle Williams.
En este caso, Moodysson se ha alejado de la alegría de vivir y el optimismo de los mencionados films para narrarnos un drama a tres bandas en el que un matrimonio acomodado, que vive en Nueva York, ve cómo sus ocupaciones los alejan de la compañía de su hija, mientras la niñera filipina echa de menos a sus dos pequeños, a quienes ha debido abandonar en su país de origen.
A pesar de que las diferentes crónicas partan de una secuencia común, las vidas de los personajes nos llegan casi en forma de multi-historia, pues Moodysson va logrando dotarlas de vida propia de forma paulatina y muy hábil, según se van sucediendo los hechos. La separación no está tan marcada como en 'Babel', pero el fondo del film no se diferencia excesivamente de la visión de Iñárritu. Si su falta de conexión es tal que podemos considerar por separado cada uno de los tres relatos, se podría comentar que el de los hijos de la niñera es el que, con diferencia, mayor interés reviste durante los primeros minutos del film.
Moodysson, que es guionista de 'Mamut', además de director, evita cualquier mención directa a la profesión de los protagonistas o a su nacionalidad, para permitir que todo vaya llegando al espectador de manera natural. No se producen diálogos donde el matrimonio hable de sus problemas y la situación de la niñera no se descubre hasta muy avanzado el metraje. Así, nos vemos obligados a extraer —o casi a adivinar— cuál será el conflicto que el autor quiere reflejar. Es tan radical la opción del cineasta que, durante un largo periodo, concluimos que se tratará de un film contemplativo, cuyo único objetivo sea mostrarnos las vidas cotidianas de una serie de individuos. (Spoiler) Sin embargo, todos estas tramas sí tenían una dirección: cada una de ellas se dirigía a una conclusión trágica. Los tres finales se montan en paralelo para crear un clímax que supone la parte más lograda de toda la cinta, gracias a su intensidad dramática (fin del spoiler).
Viendo este final, cabe preguntarse si la decisión de Moodysson de no plantear desde el inicio que el film tiene un claro destino es la más acertada o si habrá sido preferible un crescendo visible y un arranque más breve. Sea como sea, ya indico que no se trata de una falta de habilidad del sueco para hacer avanzar las historias, sino de su elección deliberada. Una de las posibles intenciones del creador será que nos creamos la aparente perfección en la que vive esta pareja que se supone que lo tiene todo para, más adelante, hacernos ver que no es así.
'Mamut' es una cinta tan sutil que lo que está a su alrededor cobra más peso que lo que se ve en la pantalla. Son numerosas las cuestiones que se plantean y, aunque enunciadas en una frase sonarán a tópico: «el dinero no da la felicidad», se ven aquí bajo una nueva luz que nos servirá para darnos cuenta de que nuestros problemas son menudencias. Todo ello también podría significar que se trata de un film cuyo valor se encontrará más fácilmente tras su visionado que durante éste. La paternidad, la pobreza, la inmigración, la prostitución forzosa… no son temas nuevos en absoluto y, a pesar de ello, en manos de Moodysson no parece que estemos viendo en enésimo drama sobre la familia.
Las interpretaciones de los protagonistas, tanto de los conocidos —García Bernal y Williams— como de los desconocidos, ya sean niños o adultos, son perfectas. Todos ellos transmiten muchísimo y nos hacen llegar el drama hasta lo más hondo, lo que resulta especialmente meritorio debido a lo poco expositiva que he señalado que es la película.
Aunque fuesen más imperfectos, los otros films que conozco de Moodysson distinguían al sueco de cualquier otro cineasta y, sin embargo, 'Mamut' no posee una marca de autor tan diferenciada. Esto probablemente juegue a su favor y acerque la película a un público más abundante, que gusta de los grandes dramas con importantes actores. Incluso en este terreno, Moodysson demuestra una innegable habilidad y se aleja de lo de siempre, a pesar de partir de temas de fondo ya vistos, para ofrecer un film elegante, de hondo calado y que plantea importantes cuestiones.
En Blogdecine | Tráiler de 'Mamut'.
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