El día 29 se estrena la adaptación del libro de Stieg Larssen ‘Millennium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres’ (‘Män som hatar kvinnor’, 2009). Mikael Blomkvist es un periodista que está sufriendo un juicio por difamación. Un anciano millonario contacta con él para que investigue la desaparición de su sobrina. Lisbeth Salander, una joven a quien han encargado que espíe a Blomkvist, descubre la primera pista y eso les lleva a investigar juntos.
Por muy best-seller que sea el libro, la película no es un block-buster, por seguir utilizando sonoros términos foráneos. Su aspecto es oscuro y, de alguna forma, feísta. El arranque es pesado y algunas secuencias son incómodas de ver. Además de que, querámoslo o no, el desconocimiento completo de todos los actores que componen el reparto dificulta bastante que el público, que no acude a la sala motivado por la curiosidad que le despertó la novela, se lance a comprar entradas. Si no fuese porque la crítica a la sociedad sueca en teoría fue la principal intención de Larssen, este producto estaría pidiendo a gritos un remake norteamericano.
Una vez se ha eliminado en la adaptación esa crítica social y política y alguna subtrama interesante, lo que queda en la película es una investigación que suena antigua, que se basa en las mismas pistas que tantas otras, que averigua cosas que nos dejan igual y que se lleva a cabo con pasos muy cortos. Después de que la pesquisa se ha resuelto, el film –como hacía el libro— presenta varios finales, es decir, va cerrando las tramas una por una, en lugar de conseguir un clímax común. Sin embargo, todo esto no es lo importante. Disfrazado de thriller canónico e incluso pasado de moda, lo que esconde el film de Niels Arden Oplev es una película de personajes, a los que los actores acompañan con corrección.
Lisbeth Salander es el nuevo icono de mujer independiente y con poder propio. Es posible que el libro la pinte así, pero a mí, que no lo he leído, la impresión que me da es la de que han tenido que llegar hasta demasiado lejos para poder retratar a un personaje femenino fuerte. Si esta es la única forma de que las protagonistas no sean unas ñoñas que se dedican a hacer mohínes para que los hombres les saquen las castañas del fuego, mal vamos. No quiero decir con ello que su personaje no se disfrute y que no den ganas de aplaudir con cada una de sus tretas. Ella es lo mejor de la película y es a partir del momento en el que cruza sus pasos con los de Blomkvist y las tramas paralelas por fin convergen, cuando ‘Millennium 1 Los hombres que no amaban a las mujeres’ comienza a interesar de verdad. Al igual que ella es exagerada, también sus motivaciones –el comportamiento del tutor es poco creíble— se ven algo descabelladas, probablemente porque se han sacado del contexto que tenían en el libro.
Del periodista Mikael Blomkvist se han restado aún más datos. La justificación por la que acepta el trabajo que le ofrece Vanger –que, según me cuentan, sí aparece en el libro— se da por sentada. También se elimina parte de su actividad sexual, lo cual, en la novela, servía para retratarlo. Con lo uno y con lo otro, el personaje se queda prácticamente vacío y funciona con una actitud más parecida a la de un pelele torpón que a la del tipo de vuelta de todo que me imagino que creó Larsson.
No critico el hecho de que se eliminen cosas de un libro para adaptarlo al cine, especialmente si éste es muy gordo. Pero cuando lo que se escamotea es lo más profundo de cosas que sí se han dejado –en lugar de tramas enteras—, el resultado puede ser que lo que queda no se entienda igual de bien o suene forzado y gratuito. Creo que a esta película le ocurre así, aunque no de forma alarmante.
Aparte de todo lo dicho, ‘Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres’ es una película diferente, que entretiene una vez ha arrancado, que presenta personajes muy atrayentes y que probablemente es una digna versión del libro del que parte.
Más información en Blogdecine sobre ‘Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres’.
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