El viernes, 27 de febrero, casi un año después que en Francia, se estrenará ‘Julia’, una película que no llega con demasiado ruido, a pesar de su calidad. El director es Erick Zonca, autor de ‘La vida soñada de los ángeles’ y ‘El pequeño ladrón’. Tilda Swinton, Saul Rubinek, Kate del Castillo, Aidan Gould, Jude Ciccolella y Bruno Bichir componen el reparto.
Julia conoce en Alcohólicos Anónimos a Elena, una mexicana desquiciada que le pide ayuda para secuestrar a su hijo, Tom. El niño vive bajo la custodia de su abuelo, un multimillonario que impide a Elena visitarlo. Fingiendo que se solidariza con ella, Julia acepta la proposición de la joven, pero lo que se propone es algo muy diferente.
Tilda Swinton, de la que nunca habíamos dudado que fuese una actriz sublime, aquí se desmarca con un tremendo trabajo en el que demuestra una entrega y una vitalidad impresionantes. Su Julia está pasada de todo, por ello la interpretación puede parecer pasada, pero entra en el tono del film, que no es en absoluto sobrio. La intérprete crea un personaje que interesa a pesar de sus numerosos defectos y vicios y que nos transporta a lo largo de esta rocambolesca historia.
A su lado está Saul Rubinek, en el papel de su único amigo y espónsor en AA, personaje igual de poliédrico y que también muestra un gran carisma. Bruno Bichir introduce casi todo el humor del film gracias a un papel que al mismo tiempo resulta trágico. El trabajo del niño Aidan Gould no es tan significativo, a pesar de que es el que más tiempo en pantalla tiene, después de Swinton, pero Gould está correcto en su piel. Quizá la que menos empatía despierta es la madre del chaval, encarnada por Kate del Castillo, pero es muy probable que el personaje de Elena esté interpretado así intencionadamente.
‘Julia’ tiene una fotografía de intensos colores y altas luces que llega a su esplendor en el desierto, donde se consiguen imágenes tan increíbles como las que acompañan esta entrada. Zonca eligió situar el film en Los Ángeles para utilizar estos espacios abiertos y desabridos, lo que acompaña perfectamente la soledad de los personajes y el aislamiento de sus situaciones. La película está rodada y montada con gran brío. Los diez años que Zonca ha permanecido alejando del cine, rodando publicidad, parecen haber dado este fruto.
Lo que comienza con apariencia de drama centrado en un personaje acabado, se convierte en un vertiginoso y violento thriller, lleno de crudeza y autenticidad. Con este currículum, lo que quizá nadie se podría esperar de esta cinta es que estuviese cargada de humor y que resultase entretenidísima, tanto que yo, que siempre considero que las duraciones son exageradas, estaba deseando que continuase, tras sus 138 minutos. Admito que tengo una debilidad por las películas que mezclan idiomas, si uno de ellos es el español, lo que puede influir bastante. Pero creo que no exagero cuando digo que, mientras se ve ‘Julia’, el tiempo pasa volando.
‘Julia’ guarda semejanzas con ‘Gloria’, de John Cassavetes. Zonca admite una influencia estética del actor y director neoyorquino, pero cuenta que lo que le inspiró la historia fue una fotografía de Helmut Newton en la que aparecía una atractiva pelirroja conduciendo un BMW por una autopista de Los Angeles. El cineasta quiso contrastar ese glamour con violencia y autodestrucción y estudiar a un personaje que se equivoca en sus decisiones. A pesar de lo ambicioso del proyecto, ha logrado sus propósitos. No en balde, el francés ha dedicado cuatro años a escribir el guión, en el que también son cuatro los autores que han participado.
En definitiva, ‘Julia’ es una película muy recomendable porque, a la vez que ofrece un gran calado emocional en el personaje principal y nos muestra una evolución que en ella parecía imposible, entretiene con elementos de thriller presentados de manera muy original y divertida.
Mi puntuación: