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'Génova', intenso pero frustrante drama familiar

No resulta fácil afrontar una película como 'Génova' del prestigioso realizador británico Michael Winterbotton, quizás sea por ello que las opiniones que ha derivado sean totalmente polarizadas. Por un lado, hay que reconocer su excelente manejo de la tensión, su inteligente puesta en escena, pero por otro, todo lo sugerido se termina perdiendo en un vacío que deja un profundo sentimiento de frustración.

Resulta difícil etiquetar a Winterbotton, un cineasta arriesgado, comprometido pero sobre todo, alejado de cualquier cliché. Sabe manejar imágenes que destilan poesía, llenas de sugerencias y todo ello para contar historias hondas, profundas y conmovedoras, como es el caso de esta 'Génova'. Un drama familiar intenso que resulta un relato sobre el sufrimiento que no termina de definirse y se aleja de su estilo y resultados habituales.

Winterbotton nos introduce en el arranque con gran maestría en una tragedia familiar, luego le impone enorme tensión en algunos momentos, generando la suficiente intriga que genera expectación hacia un golpe de efecto que justifique el dramatismo y eleve el tono, pero realmente no termina de llegar y se diluye en el vacío, como una tragedia hueca.

Es la historia de un padre que tiene que lidiar con la complicada situación del fallecimiento de la esposa y hacer frente al dolor, el sufrimiento y el intento de salir adelante con sus dos hijas. Para hacer más soportable esa dura pérdida que deja a los tres miembros profundamente dolidos, cada uno en sus circunstancias (una pequeña que se siente culpable, una adolescente que lucha con sus hormonas y un padre con el peso de la responsabilidad), deciden cambiar de aires y marcharse a Génova, para vivir una nueva etapa en pleno verano mediterráneo. En las estrechas y laberínticas calles de la ciudad italiana se suceden momentos líricos, fantasmagóricos y casi asfixiantes para los tres.

La dificultad de afrontar la nueva situación llevará el drama por varios derroteros que Winterbotton no termina de asumir. Así, el suspense es acentuado en la pequeña que vive asolada con las visiones fantasmales de su madre, a quien cree regresar para perdonarla, mientras que la hija mayor vive amoríos y coqueteos propio de su edad, en continuas y aparentemente peligrosas escapadas por la ciudad. Por su parte, el padre, verdadero pilar del entorno familiar, se refugia en sus clases universitarias, sin perder ojo de sus hijas, con la que se siente especialmente protector.

Una tensión continua, bien manejada, que por momentos resulta hipnótica, aunque también algo cansina y repetitiva, hace sugerir la llegada de que suceda algo realmente sorprendente que no termina de llegar. Todo se diluye hacia una conclusión insulsa e incluso absurda, que corrobora el sentir frustrado que se ha ido cociendo en el interior del espectador durante el metraje.

Buen manejo del montaje, de la cámara libre al hombro que se aproxima y serpentea entre los personajes en el abigarrado escenario callejero de Génova, e incluso un excepcional gusto por la música clásica (Chopin es una constante) son grandes aciertos, pero todo ello construido en escenas concatenadas, con cierta falta de coherencia entre ellas, que no suman, aunque se acumulan, y que no hacen avanzar el relato y terminan subrayando en exceso el mismo sentimiento. Aún así, Winterbotton logra en 'Génova' un sugerente ejercicio lleno de sentimiento pero sólo a base de retazos, de momentos que no conforman un conjunto completamente satisfactorio.

En el apartado interpretativo sí se puede calificar de brillante el trabajo que el realizador obtiene de sus actores. Desde la sobriedad de Colin Firth, a la siempre brillante aportación de la estrella indie Catherine Keener, pero sobre todo, destacan las dos niñas, dos grandes descubrimientos. La bella Willa Holland compone a una adolescente compleja, llena de naturalidad y Perla Haney-Jardine a una niña atormentada e imaginativa.

Buen material de partida, lástima que el intenso drama familiar con algunos momentos de poderosa intensidad no lleve a ninguna parte y se pierda en la nada.

Mi puntuación:

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