Podría hablarse de 'Almas en pena de Inisherin' del regreso del mejor Martin McDonagh, pero realmente el antiguo dramaturgo irlandés ha mantenido casi siempre un nivel excelente que le ha convertido en uno de los cineastas imprescindibles del momento. 'Tres anuncios a las afueras' no generará consenso, pero su brillantez reluce en momentos como en el que suena 'Chiquitita' de ABBA, y 'Siete psicópatas' es la clase de obra menor que está por encima de muchas películas de su estilo.
Su habilidad para introducir dolor y oscuridad en la comedia, no sólo ciñéndose a la parte bestia de la "comedia negra", su perspicacia para tratar las emociones humanas que compartimos de manera global, su dirección de actores excelente, su mágica habilidad para crear ambientes y atmósferas especiales, casi de fábula. Detalles que le convierten en un director de primera, que están en su nueva película pero también estaban en 'Escondidos en Brujas'.
Atrapados en el purgatorio belga
La película que le juntó por primera vez con Colin Farrell y Brendan Gleeson, los protagonistas de 'Almas en pena de Inisherin', y que se puede ver todavía en streaming a través de Lionsgate+. Una película en muchos aspectos complementaria a su nueva obra, por cómo establece diálogos con ella, pero que es extraordinaria por sí misma. Una de las mejores películas de este siglo.
Farrell y Gleeson son dos asesinos a sueldo que, tras una operación que ha salido terriblemente mal, tienen que huir de Londres temporalmente y pasar bajo el radar en alguna localización poco sospechosa. El segundo escoge Brujas, una ciudad de mucha historia y encanto perfecta para visitar mientras se calmen las aguas, pero el primero se aburre soberanamente allí y no para de dar vueltas a lo sucedido. Poco sospecha de que están allí por un motivo aún más tenebroso.
Entre líneas de humor incorrecto, tan incómodas como desternillantes (McDonagh es único para hacer humor en la línea de chistes que se cuentan en funerales), el director va creando unos personajes interesantísimos con una relación deliciosamente compleja. El uso de la localización belga es también una delicia, utilizando su impresionante arquitectura y vida turística para crear un purgatorio desasosegante.
'Escondidos en Brujas': chistes de funerales
Porque entre risas y aparentes provocaciones, McDonagh crea un relato bastante maduro y oscuro sobre gente atenazada por su propia mente, por el trauma, por la depresión. Ese manejo de los contrastes crea una combinación bastante única, que se siente inteligente pero también tremendamente humana, haciendo una historia realmente conmovedora en medio de un carnaval.
Su distorsión de las convenciones del thriller criminal hace de 'Escondidos en Brujas' una película única en su especie. Pero también ayuda sacar todo el provecho de estos actores, especialmente de un Farrell que, además de inspiradísima decisión de casting, encuentra sus verdaderos puntos fuertes como actor tras varios intentos frustrados de convertirse en estrella de cine convencional. Todo está en su perfecto lugar y siempre reconforta volver a ella.
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