El año pasado fue bueno para el cine de terror en muchos frentes, con grandes éxitos inesperados de distinto tipo. Desde ambiciosos blockbusters como 'Nop' hasta revoluciones salidas casi de la nada como 'Barbarian', pasando por extraordinarios fenómenos bien diseñados como el de 'Smile' o cine de autor asombroso como el combo de 'X' y 'Pearl'.
Aun así, quizá la sorpresa más agradable no está tan lejos de nuestro país. Una película tan brutal y cargada de tensión como inteligentemente hecha que está perfectamente destinada a ser recordada en el futuro como un hito del fantástico español. Una que aprovecha de maravilla su escenario y con capacidad de contar cosas sin dejar de ser puro terror. Se trata de 'Cerdita'.
Carnicería en el pueblo
¿La mejor película de todas las que aspiran a un Goya esta noche? Es posible. Yo, al menos, lo creo. Y ahora lo podéis corroborar o negar a través de Movistar+, donde acaba de estrenarse en streaming. Sea como sea, es una película remarcable y destacada que vale la pena ver, porque Carlota Pereda crea una película con mimbres para marcar época.
Adaptando al formato largometraje su propio corto de culto de mismo nombre, 'Cerdita' nos lleva a uno de esos pequeños pueblos de la España profunda donde todavía todo el mundo sabe todo de todo el mundo. Un ambiente que puede ser angustioso para una adolescente como a la que da vida Laura Galán, que recibe bullying por su sobrepeso por parte de las otras jóvenes.
No sólo se quedan en mofas hirientes, sino que a veces se acercan peligrosamente al daño físico. Pero la llegada de un misterioso desconocido cambiará las tornas, dando caza a las acosadoras y perdonando extrañamente a nuestra protagonista. Pereda expande hábilmente su propia historia corta con un componente de suspense bien manejado, con el pánico recorriendo el pueblo ante un misterio que el personaje de Galán conoce pero trata de ocultar.
'Cerdita': sucia brutalidad
Esa increíble tensión da para secuencias magníficamente realizadas que te tienen al borde del asiento. Consigue ponerte en esa sensación de tensión hasta empleando una triste lavadora. Detalles bien pensados junto a la manera en la que explora el bullying y el ostracismo social a través del fantástico. Por si fuera poco, no tiene remilgos a la hora de ponerse realmente violenta y sangrienta.
Su tercer acto es un grandísimo ejercicio de brutalidad, acercándose a los slasher ultraviolentos y sucios de comienzos de este siglo pero manteniendo siempre un buen gusto para no caer en lo barato. Una experiencia redonda que en poco más de 90 minutos te noquea y te revuelve las tripas. Propuestas como estas son muy necesarias para mostrar que hay posibilidad de variedad en nuestro cine, que no todo sean dramas intimistas llenos de "verdad".
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