Vengo de una familia en la que cada miembro dañaba a los demás. Luego, arrepentidos, cada uno se dañaba a sí mismo”.
Con esta cita del escritor mexicano Carlos Fuentes, comienza ‘La isla interior’, la sexta película de Dunia Ayaso y Félix Sabroso, que se puede ver desde ayer en nuestras pantallas. En este drama, Candela Peña, Cristina Marcos y Alberto San Juan interpretan a los hijos de Celso Bugallo y Geraldine Chaplin. La familia se ha reunido ante el grave estado de salud del padre quien, debido a su esquizofrenia, ha saltado por la ventana de la casa en la que viven, que está en pleno mar, en una isla canaria. El film se remonta unos días para destaparnos cuáles son los problemas de cada uno y los porqués de su comportamiento y de su relación con los demás. Lo que parecía una familia mal avenida común y corriente va manifestando su auténtica naturaleza.
Ayaso y Sabroso comenzaron dirigiendo comedias simpáticas, desenvueltas y carentes de ínfulas, como ‘Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí’ o ‘Descongélate’, bajo el auspicio de Pedro Almodóvar. Con ‘Los años desnudos’, su trabajo anterior, decidieron dar un giro de timón que los acercase al drama, género en el que han creado una cumbre personal con ‘La isla interior’. En la segunda intentona han demostrado que les pertenece más que a tantos otros autores que se han consagrado a reflejarlo. Y es que, por mucho que las habituales protestas supongan que la guerra civil acapara las mentes de todos los creadores españoles, el drama familiar o de pareja es mucho más reincidente. Adjudicarse un tanto en un campo tan pisoteado supone un hecho más extraordinario aún que romper esquemas con aproximaciones inauditas.
El libreto de ‘La isla interior’ es tan rico en personajes y acontecimientos que levanta la sospecha de que esté basado en alguna obra previa, de lo cual es sólo culpable el cine de los últimos tiempos, que aparenta no poder aportar ideas propias. Cabría, por lo tanto, preguntarse si alguno de los dos firmantes del guión original conoce de cerca a aquejados de la enfermedad, pues es apabullante la verosimilitud con la que se han reflejado los padecimientos y los brotes. Desconozco si semeja comportamientos reales, pero puedo garantizar una total credibilidad.

Cada uno de los miembros de la familia tiene lo suyo. Crear a diferentes personajes, todos trastornados, y que no se produzca un efecto de reiteración es otro de los méritos de la cinta. La madre, quien sufre menos de la cabeza, sobrelleva la enfermedad de la ceguera que padecen muchas progenitoras: en su mente, sus hijos y marido son perfectos y, lo que es peor, felices. Numerosas familias se relacionan entre sus miembros con actitudes semejantes a las de estos hijos y hermanos: se dañan sin que haya un odio que lo provoque, como confesaba Fuentes. Así, el film de Ayaso y Sabroso no es tanto un retrato sobre la esquizofrenia, sino sobre la familia, pues en ausencia de síndromes o en presencia de otros diferentes, la dinámica de relación puede ser la misma. Éste es el motivo de que el impacto sea tan profundo en algunos espectadores que pueden ver su realidad reflejada, aunque no se parezca punto por punto.
Pero el visionado no resulta tan devastador como estas palabras parecerían indicar: una construcción en forma de trenza —tres historias independientes que descubrimos a medida que vemos cómo se influyen entre sí— administra las desgracias de forma paulatina, como si se tratase de una vacuna, para hacer más fácil la asimilación de cada uno de los descubrimientos antes de que llegue otro palo. También es una ayuda que los autores mantengan algo de sus trabajos anteriores al incluir aquí y allá, alivios cómicos que permiten sobrellevar la dureza y que convierten el conjunto en algo más realista, ya que en la vida también hay momentos que dan la risa hasta en la peor de las situaciones.
La enfermedad que podría ser hereditaria, las relaciones dañinas entre familiares me hacen recordar un film que reproduce un entorno similar, pero sin invenciones de ficción: ‘El desencanto’, el documental de Jaime Chávarri sobre los Panero, en el que el cabeza de familia cuenta más como figura paterna e influencia en sus descendientes que como individuo y donde la madre, al igual que aquí, parece la bisagra que tiene que estar en todas las perspectivas al mismo tiempo para no acabar del lado de nadie. Se me viene a la mente, asimismo, el film ‘El solista’, con el que la única similitud que comparte ‘La isla interior’ es la enfermedad en la que se centra. El de Joe Wright puede estar rodado con planos más elegantes y aparentes, pero su contenido profundo se aproxima al problema con mucha menos sensibilidad.

El elenco de ‘La isla interior’ merece una ovación. Candela Peña, que ya había participado en films anteriores del dúo de directores, vuelve a estar sublime, esta vez en el papel de la hija pequeña, que soporta el peso de una familia que la ha aplastado, haciéndole arrastrar hasta su vida presente un pasado que no le deja avanzar. Cristina Marcos es una gran actriz que no se prodiga todo lo que su capacidad podría permitir. Su retrato de una mujer superada por una enfermedad que no quiere padecer es perfecto. Geraldine Chaplin siempre en su línea: sufriendo, observando, sumida en una bendita ignorancia… resulta genial. Alberto San Juan se desmarca con un personaje diferente a su registro más habitual y lo consigue, dando vida a uno de los seres más insólitos del film.
Antonio de la Torre, con un papel secundario, es quien viene a demostrar que no sólo la familia protagonista tiene complejos y dificultades. El personaje de la esposa de este último, encarnado por una actriz menos conocida, Emi Cazorla, es otro de los grandes hallazgos del film: una señora cuyas conversaciones parecen basadas sólo en tópicos escuchados en el supermercado, tiene, sin embargo, algunos comentarios y una actitud ante las cosas que dejan de piedra. Bugallo acarrea la labor de crear a un personaje en el que quepa la duda de si realmente rige más de lo que parece, y lo logra sin problema.
‘La isla interior’ supone un paso importantísimo en la filmografía de Ayaso y Sabroso: su mejor film hasta la fecha y quizá un trabajo insuperable para su futuro. Excelentes actores puestos al servicio de unos personajes muy bien construidos que, a su vez, dan vida a una historia magistralmente entrelazada.
Mi puntuación:

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lunares
En España siempre hemos tenido excelentes actores: Fernando Fernán Gómez, José Luis López Vázquez, Gracita Morales, Enma Penella, Fernando Rey, Arturo Fernández, los hermanos Gutiérrez Caba, Concha Velasco y tantos y tantos otros que hicieron también teatro y obras para televisión.
El problema de hoy es la proliferación de los llamados "actores y actrices" y de cadenas y películas que se hacen de forma rápida (como la comida rápida) con el mínimo de presupuesto y menor calidad aún.
Yo me pregunto a veces si también el gusto ha empeorado a juzgar por las series y películas que se ponen a la cabeza de las taquillas de cine o que tienen más audiencia en la televisión.
A mucha gente le conviene también decir que el cine español y el europeo en general es malo o aburrido y de esta manera todo lo que llegue de otro lado, especialmente de Estados Unidos, es bueno. ¡Buena propaganda que nosotros mismos les hacemos!
En fin, que me alegro muchísimo de que el cine español vuelva a hacer buenas películas. Siempre contará con mi apoyo y por supuesto iré de ver esta película y ya os comentaré. Saludos.
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Nunca se especifica cuál es la isla porque supongo que prefieren que sea más simbólico que geográfico. Determinan únicamente la provincia porque las matrículas de los coches son de GC, pero no la isla. Los que la conozcan bien, me imagino que distinguirán las localizaciones.
Usuario desactivado
Si no puedes ver bien la portada del blog, comunícanoslo. Gracias.
Guille
Si no fuera por los actores, me habría ido de la sala a los 30 min. Y aún así, viendo el final, todavía me pregunto por qué no lo hice.
¿Por qué? Pues no sabría por dónde empezar. He leído por ahí críticas que dicen que la historia está muy bien entrelazada. En absoluto de acuerdo. Que el drama que tratan está muy bien reflejado. Tampoco estoy de acuerdo. Que el montaje, la fotografía... nada... que no.
Absolutamente prescindible.
340494
Personalmente adoro a Cristina Marcos, me parece una actriz fabulosa y más que natural, un portento. Ya sólo por eso le iba a dar una oportunidad.
Pero leyendo todo lo demás, y lo bien que has considerado la película en general, me la apunto para el próximo finde, si es que llega por estos lares. ¿cuál es la isla canaria? ¿se nombra en algún momento?
A mi es que las historias familiares me gustan (acabo de recordar "Familia", de Aranoa) porque quieras o no es fácil identificarse de una manero u otra en ellas.
Saludos Beatriz. Gracias.
marlon13
Seguro que voy a verla, saliendo Alberto San Juan (de lo mejorcito del panorama nacional) y Candela Peña (la adoro), creo que al menos una buenas intrepretaciones voy a ver...
ray22
Correcto, está rodada donde yo vivo, Gran Canaria, isla de nacimiento de Félix y Dunia. Además, se emplearon localizaciones representativas de las vidas de los mismos para conseguir una atmósfera más correcta a la hora de trabajar los personajes, que es lo que a Félix más le preocupa.
Félix Sabroso dio una conferencia para estudiantes de Imagen y también de Realización poco antes del estreno, en el que nos comentó algunos detalles como el que acabo de mencionar. Aparte me pareció interesante saber que van a trabajar a partir de ahora, siempre en digital, ya que en la fase de etalonaje pueden meter algo más de mano.
Esperemos que les vaya bien, es un trabajo muy serio y elaborado, especialmente y como se recalca en todos los medios especializados, en la parte de actuación. Un saludo.
drvenkman
a alquien mas le parece horrible alberto sanjuan?a lo mejor solo es a mi pero no me gusta nada de lo que hace y me da la sensacion de que candela peña lleva interpretando el mismo papel desde que comenzo su carrera de actriz,claro que tampoco la veo en otra clase de papeles.