Hacemos un pequeño salto hacia atrás en el tiempo con respecto a la última película comentada en este ciclo sobre el western. Precisamente repetimos a André De Toth en el año que presentó una de sus películas más famosas —imagino que su estrella pirncipal, Gary Cooper, recién salido de 'Sólo ante el peligro' ('High Noon', Fred Zinnemann, 1952), tuvo mucho que ver—, 'El honor del capitán Lex' ('Sprinfield Rifle´, 1952) y de la que se suele hablar más.
Pero justo antes de realizar la misma, De Toth dirigió por segunda vez al entrañable Randolph Scott en 'Carson City', uno de los denominados films menores del binomio De Toth/Scott, y que particularmente me parece de la misma solidez que los demás, y en algunos puntos preferible.
En cualquier caso hablamos de un film muy disfrutable a todos los niveles, uno de esos trabajos de un realizador que sabía perfectamente como paliar un bajo presupuesto con ideas siempre interesantes con el ánimo de marcar una diferencia en la tan denostada serie B. En 'Carson City' hay nuemerosas muestras de ese interés por parte de su director de ofrecer algo distinto aunque el esqueleto argumental fuese el de siempre. No obstante, esta película tiene su pequeño lugar en la historia del cine por tratarse de la primera producción de la Warner en utilizar el sistema Warnercolor, que surgió como competencia, por así decirlo, al Technicolor y que se usó en films como 'Al este del edén' ('East of Eden', Elia Kazan, 1955), con el sistema cinemascope y en series de televisión.
A la utilización de dicho sistema, y que eleva la película hasta cotas increíbles, pues en el uso de su fotografía —obra y gracia de John W. Boyle en uno de sus últimos trabajos— reside una de sus principales bazas, uniendo a personajes y paisajes en uno solo. Con una sabia utilización de los escenarios agrestes 'Carson City' posee un contexto sociológico de cierto interés; en su trama policiaca —si algo caracterizaba los westerns de De Toth era precisamente ese tono de Film Noir que poseían en mayor o menor medida— hay una gran presencia del progreso con la llegada del ferrocarril a la ciudad del título, centrándose parte del film en los preparativos para la construcción del mismo.
Este elemento tan singular hace arrancar, nunca mejor dicho, la película, pues esta se centra en la historia de las diligencias asaltadas por una banda de criminales que tienen una muy particular manía mientras roban a sus víctimas, ofrecerles champán y una rica comilona durante el atraco. La llegada del ferrocarril al lugar terminará con el crecimiento de respetables hombres de negocios, y no tan respetables. La denominada banda del champán, comandada por Jack Davis —personaje a cargo del genial Raymond Massey— tendrá cada vez más ambiciones monetarias, y a su paso saldrá Jeff Kincaid, personaje a cargo, cómo no, de Randolph Scott.
Pero esta vez Scott no da vida a un pistolero con pasado tormentoso, o a un fuera de la ley, sino a un ingeniero que donoce muy bien su oficio, tantgo que es el elegido para abrir caminos y que el futuro en forma de raíl entre en Carson. Por supuesto, Scott es un tipo duro, pero hay en su pétreo rostro un punto canalla a lo Errol Flynn que lo acerca más a las interpretaciones que este hizo para la Warner en numerosos westerns a las órdenes de Raoul Walsh o Michael Curtiz que a los típicos personajes que hacía Scott. Esto proporciona un punto divertido al personaje central, una vez más por encima del bien y del mal, alejado de toda convención social, pero irremediablementer atraido hacia ella por intereses ecónomicos y una gran pasión por su trabajo.
Nada que objetar a la puesta en escena de De Toth, una vez más llena de travellins descriptivos, muy concisos y valientes, arriesgados incluso. Es justo mencionar momentos tan logrados como el derrumbamiento de un túnel en el que quedan atrapados Davies y algunos hombres, y De Toth narra con un gran sentido de la tensión y el ritmo. Atracos a una diligencia y un tren, asesinatos, un villano con personalidad —no como los de ahora, que parecen monigotes—, y una historia de amor forzada pero lógica es lo que contiene 'Carson City', un western poco conocido pero no olvidado.
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