Triplete de Bela Lugosi en el especial de vampiros y no es para menos. Su composición del más famoso vampiro de todos los tiempos en la obra maestra dirigida por Tod Browning marcó la existencia de un actor que en os últimos años de su carrera cinematográfica tuvo que luchar mucho por conseguir papeles de primera fila, ya no sólo por recuperar el estatus de estrella que había perdido con el paso de los años participando en muchas películas de presupuesto ínfimo, sino para poder pagarse su adicción a las drogas y que prácticamente terminó con su vida. Llegó a estar tan influenciado por su personaje de ficción que en su funeral fue enterrado con su traje de Dracula. Dejando a un lado este tipo de anécdotas, que no hacen más que abultar el mito, lo cierto es que en realidad Lugosi no interpretó tantas veces como se piensa a un vampiro. Concretamente al personaje de Dracula sólo le dio vida una vez y el resto de veces, no demasiadas, eran personajes que bebían totalmente del mítico conde de Transilvania.
Uno de esos personajes fue precisamente el de Armand Tesla, el vampiro de 'El regreso del vampiro' ('The Return of the Vampire', 1944) película que dirigió Lew Landers, un veterano profesional en el género fantástico que al principio de su carrera firmaba con el nombre de Louis Friedlander. Bajo esa firma nos dejó un clásico basado en un relato de Edgar Allan Poe, 'El cuervo' ('The Raven, 1935), y que supuso una de las colaboraciones entre Lugosi y otro monstruo del cine, Boris Karloff, con el que participó en joyas como 'Satanás' ('The Black Cat, 1934, Edgar C. Ulmer) o 'La sombra de Frankestein' ('Son of Frankestein, 1939, Rowland V. Lee).
La productora de 'El regreso del vampiro', Columbia Pictures, quiso que la película fuese una continuación en toda regla de 'Dracula' de Tod Browning, recuperando para ello a su actor principal, un Lugosi que nos ofreció su última gran interpretación en el presente film. Pero la Universal, productora del film de Browning, salió al paso con una petición de plagio, por lo que Columbia se apresuró a cambiar todos los nombres en el guión para que no hubiera ningún tipo de conexión con el film de Browning. Evidentemente los parecidos son más que evidentes por mucho nombre o situación que hayan cambiado. Armand Tesla no es más que un nombre, su forma de actuar, su condición, le hermanan directamente con Dracula.
La historia de esta película, que dura unos justos 70 minutos —hoy día sería impensable que una película durase eso, dado el gusto que hay por querer mostrar absolutamente todo sin dejar nada a la imaginación del espectador, y más tratándose de un film fantástico—, están compuesta de un extraño prólogo ambientado en el Londres de 1918. Allí, el profesor Walter Saunders (Gilbert Emery) sospecha de la existencia de un vampiro que ha dejado importantes pistas. Cuando la nieta del profesor es atacada por el monstruo, Saunders y su ayudante Jane Ainsley (Frieda Inescort) encuentran la guarida del vampiro y logran acabar con él clavándole una estaca en el corazón. Años más tarde, en plena Segunda Guerra Mundial, y debido a las bombas que caen en la capital, Tesla queda libre y buscará venganza.
'El regreso del vampiro' fue una película duramente recibida por la crítica que se jactó lo suyo de una película que se tomaron prácticamente a coña. No exenta de cierto sentido del humor y sobre todo de un tono desenfadado, la película tiene no pocos aciertos que la deberían situar en un buen lugar dentro del grueso del cine fantástico de aquellos años. En el prólogo una de las víctimas de Tesla es una niña pequeña que años más tarde se convertirá en la obsesión del vampiro, rara vez se utilizaba a un pequeño en una de estas películas y menos con connotaciones sexuales tan marcadas. Por otro lado Tesla fue anteriormente un humano fascinado por los vampiros hasta que se convirtió en uno, dejando curiosamente un libro escrito con todos los secretos del vampirismo, Hugo Bruckner era su nombre y su legado es curiosamente dejar una forma de acabar con él. El héroe del film no es un hombre, sino una mujer fuerte y valiente, digna heredera de Van Helshng, siendo un claro precedente de las heroínas del cine de acción de directores como James Cameron. También fue la primera película en unificar a dos de los mitos más importantes del cine de terror, adelantándose a la Universal por unos meses.
El ayudante de Tesla es un hombre lobo, probablemente el punto más flojo del film, ya no sólo por un maquillaje que se ha quedado completamente desfasado —aunque es evidente que las películas hay que verlas con perspectiva—, sino porque su condición de licántropo es absolutamente inútil; si su aspecto hubiera sido el de un humano normal y corriente, el personaje hubiera funcionado igual o si cabe mejor. Así pues, este particular hombre lobo, que además habla un perfecto inglés, parece responder más a loa caprichos de la productora de meter algún monstruo más en el film pensando en la taquilla. Al menos, da la oportunidad a Matt Willis de lucirse en el que es su papel más recordado.
Bela Lugosi no desaprovecha la oportunidad y demuestra que era el mejor en lo que hacía. A pesar de que el paso de los años no perdona a nadie, y puede apreciarse que Lugosi ya iba mayor, su presencia es absolutamente arrebatadora y su sola mirada llega para llenar la pantalla. Al lado de él el resto del reparto parece empequeñecerse, aunque por supuesto hay que citar el trabajo de una primeriza Nina Foch como el objeto de deseo de Tesla. En el aspecto técnico destaca la ambientación, muy cuidada para conseguir la atmósfera perfecta. Atención al uso de la niebla en determinados momentos siendo algo más que un mero elemento decorativo.
Una buena película que además partió de una idea de Kurt Neumann, quien aportó bastante al género fantástico como productor, escritor y realizador. Sólo por 'La mosca' ('The Fly', 1958) llegaría para tenerlo en consideración.
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