Ahora es más frecuente que los directores hagan proyectos muy personales donde se miran a sí mismos, en ocasiones a su infancia, con cierta mezcla de reflexión y autoindulgencia. Más allá de cierta brillantez incuestionable en cintas como 'Roma', 'Dolor y gloria' o 'Belfast', es difícil no sentir las palmaditas en la espalda que sus autores quieren (necesitan) darse. Y veremos Spielberg con 'The Fablemans'.
Por eso, hay un drama autobiográfico de 1979 que sigue sintiéndose revolucionario y transgresor por esquivar la autocomplacencia. Que por cada momento de gloria o fastuoso momento de creatividad compensa mostrando los aspectos más chungos y hasta despreciables que percibe de sí mismo. Un poco de expiación de pecados y un poco de extraña calma al ego de cara al público. Así es 'All That Jazz (Empieza el espectáculo)', de Bob Fosse, y la puedes ver en Filmin.
Mi imperio de la suciedad
Como hemos dicho, la película trata de mostrar una ficcionalizada versión de los últimos años de Fosse, donde explora el que debería ser el periodo más dulce de su carrera, tras ganar Oscar, Tony y Emmy el mismo año. En su lugar, termina en una espiral autodestructiva haciendo el biopic 'Lenny', que le lleva mucho tiempo editar, y también dirigir una producción teatral de 'Chicago', también muy demandante.
Todo ello mientras esta versión ficticia de sí mismo, llamada Joe Gideon e interpretada por Roy Scheider, mantiene su compleja e intensa relación con las drogas, el sexo, sus demonios internos y trata de equilibrarlo todo con la paternidad. No es de extrañar que veamos a un personaje tan activo como demacrado, que cada mañana debe mirarse en el espejo y hacer un gesto para indicarse que empieza el show.
Lo refrescante de esta película es cómo Fosse intenta constantemente tirar por los suelos sus aparentes logros y su brillantez, señalando constantemente sus fallos y sus arrepentimientos. Casi pensando que estaría mejor muerto -de hecho es consciente del poco tiempo que le queda-, de ahí sus varios contactos con una espectral presencia llamada Jackeline (Jessica Lange), lo cuál da un increíble poso de tragedia que contrasta los vivos que se ven todos los números musicales que planta.
'All That Jazz (Empieza el espectáculo)': la estrella que se apaga
Esos arrepentimientos casi podrían musicalizarse con una canción publicada años después, la 'Dirt' de Nine Inch Nails -repopularizada luego por un crepuscular Johnny Cash- que comenta sobre construir un imperio de suciedad. Ese término casi parece aplicarse a cómo ve Fosse lo que ha construido, que no le ha valido realmente para la satisfacción personal o para considerar que ha realizado algo significativo, a pesar de haber firmado verdaderas obras maestras como 'Cabaret'.
Por eso encontramos aquí una de las mejores reformulaciones de lo que Federico Fellini trataba de hacer en 'Fellini, ocho y medio'. Fosse quiso aprovechar un medio tan artificioso como el cine para explorar verdades de sí mismo, quien sabe si por calmar su conciencia en sus últimos años de vida o para desmitificar la figura del autor magistral. O quizá un poco de todas. Por eso esta es su obra maestra y, extrañamente, es el vistazo entre bambalinas que consiguió calar extrañamente entre el público.
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