Siempre va a haber problemas con las que terminan nominadas a Mejor película en galardones como los Premios Oscar, especialmente con la extensión a diez nominadas que favorece la diversidad de tono y estilo de películas pero también marca una predominancia de producciones pequeñas. Esas películas que actualmente no tienen realmente relumbrón de cara al público hasta que consiguen los premios, aunque tampoco es que tuvieran la atención de los espectadores antes.
Eso no es problema de calidad por parte de las películas (muchas de esas pequeñas terminan siendo las más excelentes del bloque de nominadas), pero sí que es cierto que no pasarían el corte otros años por una mera cuestión de competencia. Antes era más común tener películas adultas de carácter comercial que lograban llegar y tener cierta significancia artística. Dicho de otra manera, había películas potentes en las que los estudios invertían dinero para hacerlas llamativas. Había cosas como 'Arde Mississippi'.
La llama del odio
Esta prodigiosa película de Alan Parker, que podemos ver hoy a través de plataformas como Filmin o Movistar+, es la clase de gran película que ya no se hace. Con grandes actores, un director con fuerza narrativa pero que no impone su estilo al desarrollo orgánico de una historia bien escrita y valor de producción necesario para que pueda lucir. Y, también, una buena unión entre hacer entretenimiento adulto y denuncia social seria.
La película nos introduce a dos agentes del FBI de diferentes personalidades y experiencia, interpretados por Gene Hackman y Willem Dafoe, que en los años 60 acuden a investigar en un pueblo sureño algunos sucesos violentos. Estos sucesos involucran desde grupos de activistas defensores de los derechos humanos hasta a las comunidades negras de la región.
Y es que todo apunta al racismo profundamente arraigado en la zona, con vínculos al Ku Klux Klan y clara reivindicación de la supremacía blanca. Tantos ciudadanos como representantes políticos de la región defienden la separación de razas y critican a las agencias gubernamentales que proceden de zonas elitistas tratando de imponer modos de pensar que atacan a las tradiciones. Sí, esto tiene lugar en los sesenta, aunque las actitudes y algunos discursos no se han dejado tan atrás, como comprobamos casi a diario desgraciadamente.
'Arde Mississippi': candente thriller
La película no se anda con chiquitas con su denuncia social sobre el racismo, y es especialmente punzante por varios motivos. Uno es su clara renuncia a elementos melodramáticos clásicos y fáciles, optando por un realismo muy crudo que la hace aún más intensa. Otro es el espectacular tono de thriller policial y criminal que tan bien llevado está tanto en ritmo narrativo como en actuaciones, donde además de unos soberbios Hackman y Dafoe encontramos también a una brillante Frances McDormand trascendiendo la clase de rol menor que le ha tocado.
Parker consigue que todo se dé de la mano para hacer una película potente y que no descuide nada. No trata de edulcorar la píldora para el espectador, aunque no deja de tenerlo entretenido y tenso. No trata de suavizar el mensaje, ya que el tema es lo bastante serio para ello.
Y siempre permite a la historia desarrollarse con naturalidad, sin descuidarla. Por eso es una película total, de las que podían tener el respeto de la industria y del público al mismo tiempo. La clase de película en la que ya los estudios no invierten dinero.
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