El dogma católico se sustenta en cómo Dios mandó una figura mesiánica para salvar a la humanidad de sus pecados. Lo divino se hizo hombre para sacrificarse y así redimirnos. Al menos, eso se promulga, porque los feligreses tienden a inquietarse en demasía cada vez que se recuerda la parte humana de Jesucristo, que convivía con la parte divina y que, por su propia naturaleza, podía fallar e incluso pecar.
Es por ello que durante milenios se ha intentado eliminar la presencia de María Magdalena del grupo de fieles que le seguía, y es por ello que se rasgaron vestiduras con el libro de Nikos Kazantzakis que exploraba su naturaleza más falible. Y más cosas horribles se promulgaron cuando Martin Scorsese decidió convertirla en una obra cinematográfica junto a Paul Schrader en la sobrecogedora 'La última tentación de Cristo'.
Una complicada misión
Proyecto soñado desde hace largos años, el italoamericano afronta aquí su particular subversión de los dramas bíblicos que cada Semana Santa pueblan nuestros televisores. Épica, pero de una manera completamente diferente a cosas como 'Rey de reyes'. De inmensa fe, pero también cargada de dudas que no resultan cómodas para el dogma. Probablemente la mejor obra que ponerse a ver en Filmin estos días de pasión, aunque muchos católicos discrepen.
Willem Dafoe interpreta a Jesús de Nazaret en esta reimaginación del relato de los evangelios del Nuevo testamento, explorando su vida y su estado emocional a poco de cumplir su misión en la Tierra. Pero tiene miedos, tiene dudas, tiene tentaciones. La llamada de Dios es constante, pero su cabeza emitirá pulsiones que le pueden alejar del camino designado.
Organizaciones de feligreses y la propia Iglesia católica llamaron al boicot de este proyecto que tanto le costó gestar a Scorsese. Ahora que se habla tanto de que si la corrección política no permite que se produzcan determinado contenido, aquí tenemos un ejemplo verdadero de cómo la auténtica intolerancia intentó prohibir que se viera esta osada exploración de la fe. Casi lo consiguió, el público americano dio mayormente la espalda a la película, siendo rentable gracias al mercado internacional.
'La última tentación de Cristo': solemne gran obra
Más allá de estos hechos, aquí encontramos una obra mayor de su director. Criado en la fe católica y llegando a considerar el sacerdocio como salida laboral, Scorsese ha ido impregnando su filmografía de detalles y cuestiones sobre la religión, haciéndolo todo más explícito en películas como esta o la también reivindicable 'Silencio'.
Con la 'La última tentación de Cristo' hace un trabajo realmente personal, que además de introducirnos a un Judas literal (esta figura también ha estado muy presente en su obra fílmica) se atreve a contaminar con sus ideas al hijo de Dios. Con ello consigue hacer un Jesucristo más interesante, con el que resulta más fácil empatizar en su tarea.
Algo que indignó porque cuesta comprender que alguien, incluso Dios en su parte más humana, pueda verse amenazado por la duda y la corrupción. Pero es justo lo que la vuelve un relato apasionante, con reflexiones que vale la pena considerar para poder entender de verdad el sacrificio realizado que se celebra esta Semana Santa. Su solemnidad y sus tramos oníricos igual no serán del agrado de los fans del Scorsese más desgarbado y frenético, pero aquí tiene muchos de los mejores momentos dramáticos de su cine.
En Espinof | Las mejores películas de Martin Scorsese
Ver 54 comentarios