Preparando el especial futuro sobre la Hammer que este sádico editor tiene en mente, buceo y buceo entre las filmografías de muchos directores, encontrando películas que creo merece la pena comentar. Uno de los directores más famosos de la mítica casa británica es Terence Fisher, maestro del terror y el fantástico por algunos de los títulos más fascinantes jamás creados en el género. Fuera de sus trabajos para la Hammer Fisher siguió haciendo sus pinitos con films que se encuadran dentro de la ciencia ficción, o el fantástico, como la que precisamente nos ocupa hoy.
'Night of the Big Heat' (id, Terence Fisher, 1967), que en nuestro país recibió el título poco conocido de 'Radiaciones en la noche', es la segunda película que Fisher realizó para Planet Films, otra de esas productoras que al igual que la Amicus, intentó hacer la competencia en el cine británico a la todopoderosa Hammer, con la diferencia de que su vida fue más bien corta, pues sólo produjeron cuatro films, y distribuyeron menos de una quincena. La presente película recuerda en su premisa a un film del que ya hablaremos —'S.O.S.: el mundo en peligro' ('Island of Terror', 1966), también de Fisher para la Planet—, pero se puede asociar con un trabajo de Val Guest —curiosamente otro de los directores de la Hammer—, 'The Day the Earth Caught Fire' (id, 1961).
El punto de unión entre ambas cintas se encuentra en el hecho de que las dos construyen su historia en base a la subida de temperatura en el planeta. En el trabajo de Guest las razones respondían a la ineptitud del ser humano, y cómo no, se vertía una mirada crítica. En el film de Fisher la causa se debe a una invasión extraterrestre, seres que necesitan energía para sobrevivir. Han tomado la isla de Fara para el comienzo de su invasión, provocando con su presencia un calor ascendente que pone en peligro la vida humana. El relato de Fisher se aparta totalmente del de Guest, que poseía un marcado tono realista. 'Night of the Big Heat' es pura ciencia ficción con toques de suspense y melodrama romántico.
Fisher, cuyo nombre siempre se asocia con el fantástico, declaró en alguna entrevista que le habría encantado hacer un film romántico. Sus inquietudes quedan plasmadas en buena parte del argumento del film, obra de Ronald Lines adaptando la novela de John Lymington. Además de la trama central, el argumento recoge también un triángulo amoroso entre el protagonista —un escritor de novelas de ciencia ficción—, su esposa —interpretada por Sarah Lawson, casada en la vida real con el actor principal, Patrick Allen—, y su secretaria. A pesar de que le permite a Fisher potenciar el elemento sexual en la historia —Jane Merrow desprende una fuerte sensualidad, y el calor afecta al comportamiento de las personas—, lo cierto es que dicho elemento argumental no aporta casi nada a la película, e incluso ésta cae en mensajes moralistas de dudoso gusto.
Afortunadamente Fisher es un genio en la creación de atmósferas y el manejo del ritmo. Y eso es lo que tiene 'Night of the Big Heat', una excelente dosificación del suspense, sobre todo en el primer tercio del film, cuando los personajes aún no saben a qué se enfrentan y se oculta al espectador el aspecto de los extraterrestres. Está perfectamente creada la atmósfera de opresión que reina en todo el film. Los personajes están encerrados en una isla, y la subida de temperatura les hace cometer locuras. No hay posible victoria ante los visitantes espaciales —atención a la forma en la que viajan por el espacio—, salvo por un curioso detalle que hermana el trabajo de Fisher con 'La guerra de los mundos' ('The War of the Worlds', Byron Haskin, 1953), y que es de una lógica aplastante. Eso sí, a día de hoy el aspecto de los extraterrestres puede resultar ridículo, por evidentes limitaciones en el campo de los efectos visuales, pero la idea en sí —una especie de babosas que desprenden una luz infernal— es muy buena, sobre todo porque huye del típico aspecto humanoide que le solía dar a los aliens en este tipo de películas.
Aunque Patrick Allen no hace un gran trabajo como héroe de la función —en realidad su personaje no hace mucho más que ponerle los cuernos a su mujer—, el gran Christopher Lee nos ofrece una de sus inquietantes interpretaciones, esta vez del lado de los buenos. Su personaje es un huraño y misterioso científico que está en la isla para reunir pruebas sobre la invasión extaterrestre. A su lado, otro grande del cine británico, Peter Cushing, quien esta vez se reserva un pequeño papel con el que por supuesto ofrece otro de sus típicos números masoquistas.
Anotar que ésta fue la última película exclusivamente de ciencia ficción dirigida por Terence Fisher antes de volver a la senda del terror en el calor de la Hammer. Muchos verán puntos en común con otra de sus películas, 'The Earth Dies Screaming' (id, 1962), sobre todo en lo que respecta a la amenaza alienígena en un pequeño pueblo inglés. 'Night of the Big Heat' es un poco superior, gracias al suspense y la atmósfera.
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