Sobre un fondo de imprecisas imágenes que se superponen, una voz (la de John Huston) nos habla de los tres grandes golpes al orgullo del ser humano: el primero, la demostración de Copérnico de que la Tierra no es el centro del universo; el segundo, cuando Darwin afirmó que el hombre es parte de la naturaleza, un animal más, fruto de la evolución; el tercero, efectuado por Freud, que muchos de los procesos mentales son inconscientes, y que por tanto, escapan a nuestro control. Así comienza ‘Freud, pasión secreta’ (‘Freud’, también ‘Freud: The Secret Passion’, 1962), y así nos atrapa sin remedio, pues promete llevarnos a un fantástico viaje hacia las profundidades de la mente humana, hasta sus rincones más ocultos, revelando sus más turbios secretos. Una aventura apasionante, laberíntica y tenebrosa que puede además aportarnos claves sobre nuestra propia naturaleza. ¿Cómo resistirse?
Preparando la crítica de ‘Origen’ (‘Inception’), casualmente mientras realizaba un viaje en tren (y escuchando la banda sonora de Hans Zimmer), me puse a pensar en películas relacionadas con el mundo de los sueños, y me acordé que John Huston había realizado una sobre los inicios del psicoanálisis, centrada en la juventud de Sigmund Freud. Aunque (equivocadamente me parece a mí) no es una de las obras más reconocidas y recordadas de este gran director, lo cierto es que ‘Freud, pasión secreta’ se conserva maravillosamente viva, no ha envejecido lo más mínimo, al contrario, se la encuentra uno llena de fuerza y magnetismo, absolutamente fascinante.
El origen del psicoanálisis
Considerada como “biopic” (“biographic picture”, esto es, película biográfica), ‘Freud’ sólo abarca cinco años de la vida del famoso neurólogo y psiquiatra vienés (encarnado por Montgomery Clift), concretamente de 1885 a 1890, pues fue entonces cuando comenzó realmente su particular odisea científica, cuando empezó a elaborar su doctrina y creó el psicoanálisis. El film, vestido con un precioso y expresivo blanco y negro, comienza con un protagonista joven (cercano a los 30 años), lleno de ilusión y curiosidad, aún un estudiante a la sombra de Theodor Meynert (Eric Portman), un hombre brillante y dominante, de férreas ideas. Ansioso por ampliar sus conocimientos y resolver los misteriosos mecanismos de la histeria (un engaño para llamar la atención, según su mentor), Freud viaja a París y descubre las enormes posibilidades de la hipnosis para acceder a una parte de la mente, el inconsciente, que aunque escapa a la voluntad de la persona puede influirle poderosamente.

De vuelta a Viena, y recién casado, Freud es criticado y ridiculizado por sus colegas, que califican de “brujería” la hipnosis; sólo Josef Breuer (Larry Parks) confía en sus ideas, pero lo hace en secreto, temiendo por su reputación. Gracias al apoyo de su nuevo socio, el tenaz Freud comienza a trabajar con algunos pacientes y a desarrollar sus teorías sobre la importancia y el funcionamiento del inconsciente. Así conoce a Cecily (Susannah York, en un papel previsto para Marilyn Monroe), una joven aristócrata atormentada por un sueño recurrente, que no puede ver (a pesar de que físicamente debería) y se niega a beber agua. A través de éste y otros enigmáticos casos, incluyendo el suyo propio, Freud realizará descubrimientos tan asombrosos como perturbadores, que lo aíslan y lo enfrentan a la comunidad científica. Sólo su mujer, Martha (Susan Kohner), y su inquebrantable coraje le animan a continuar con su búsqueda…
La producción del film no estuvo exenta de dificultades, si bien todas se resolvieron con fortuna. En 1958, Huston acudió a Jean Paul Sartre para que escribiera el guión de ‘Freud’, pero tuvo que ser corregido y finalizado por Charles Kaufman y Wolfgang Reinhardt, al ser Sartre incapaz de reducir un texto que al parecer llegó a superar las 400 páginas (se entiende que una página es, aproximadamente, un minuto de película). Finalmente, el prestigioso filósofo francés quedó tan descontento con el resultado final que pidió que su nombre no apareciera en los créditos, a pesar de que la base argumental y muchas de las soluciones narrativas seguían intactas (como que Cecily represente a tres pacientes reales de Freud). A pesar de que a veces se notan las prisas y los cortes, el guión pudo llevarse un Oscar, siendo una de las dos categorías en las que ‘Freud’ fue nominada (la otra fue por su excelente banda sonora, compuesta por Jerry Goldsmith).

Pero los mayores problemas giraron en torno a Montgomery Clift. El actor, que también había sido protagonista de la película anterior de Huston (la melancólica ‘Vidas rebeldes’; ‘The Misfits’, 1961), arrastraba problemas de salud desde un grave accidente de coche en 1956 (entre otras cosas le desfiguró la cara), que intentaba sobrellevar con alcohol y tranquilizantes. Al parecer, llegó a complicar el rodaje de tal manera que los productores lo demandaron, acusándolo de boicotear la película. Pero Huston sabía a quién tenía entre manos, y logró que Clift respondiera al reto de dar vida a un personaje tan complicado, enmarcando su atormentado rostro en numerosos primeros planos, centrando la mirada del espectador en sus ojos, iluminados siempre por una llama única e irresistible. Cuando la película llegó a los cines y (sorprendentemente) fue un éxito, el representante del actor no perdió la oportunidad para exclamar que todo se debía a la portentosa interpretación de su cliente, llevándose un buen pellizco de las arcas de los productores.
En busca de la luz
Otro de los grandes aciertos de Huston (aunque lo hiciera por inercia) fue acercarse a la figura de Freud de una manera cruda y desmitificadora, presentando a un hombre lleno de dudas, miedos e inseguridades, que tropieza y se equivoca una y otra vez, pero que siempre tiene fuerzas para levantarse y seguir luchando, para continuar su búsqueda de lo que él considera la verdad, por muy dolorosa, vergonzosa y espantosa que resulte. Convertido en algo así como un hábil e incansable investigador de traumas y pesadillas (plasmadas con verdadero acierto, llegando a recordar a las escenas oníricas que Dalí diseñó para Hitchcock), se sigue con gran interés y emoción el complicado trayecto que emprende el protagonista, más aún cuando él mismo se convierte en su mayor enemigo, y su paciente más inquietante.
Quiero terminar este texto aclarando, por si acaso, que a pesar de su interesante temática, de su absorbente (y libre) mirada al origen del psicoanálisis y la figura de Freud, es ésta por encima de todo una película excelente, que además no requiere del espectador ningún tipo de preparación inicial, de conocimientos sobre medicina o psicología, para ser entendida y disfrutada en toda su complejidad. Cualquiera, con el ánimo adecuado, puede adentrarse en la aventura propuesta, como si se tratase de un thriller convencional; con la diferencia de que éste gira en torno a los complicados y recónditos mecanismos de la mente humana, además de poseer una belleza, un apasionamiento y una osadía arrebatadoras. Salvo pequeñeces disculpables, una auténtica joya del séptimo arte.

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33 comentarios
lunares
Recuerdo que ya hace tiempo me dispuse a verla sin mucho ánimo, precisamente porque pensaba que iba a ser complicada, que estaba en blanco y negro y me daba pereza. Mi sorpresa fue comprobar que, efectivamente, la película te atrapa, no tiene desperdicio y además de interesante por la temática, es entretenida y emocionante. Una excelente película para ver en cualquier ocasión.
Buena elección y buen trabajo, Caviaro.
PeDRo MaRTíNeZ
Bellisima pelicula y ademas inolvidable, los de holliwood actual deberian aprender muchisimo de este tipo de peliculas.
draconary
Muy buena película y otro papelón de Montgomery Clift. PD: Había un proyecto sobre Freud con Viggo Mortensen o se dió por abandonado??
Atticus
Pelí interesante, había oído hablar de ella, pero no la he visto. Muy interesante, por la historia, el personaje, los profesionales implicados en el proyecto, Huston, Clift. Muy interesante.
La verdad es que de Huston hay tantas pelis que me encantan, como las que simplemente me gustan, o las que no me dicen nada. De ésa época xej hay dos pelis que me encantan de él: Los que no perdonan, (desde ya recomiendo a lo que no la hayan visto, que la vean) y La noche de la iguana (cuyo fotografía en blanco y negro me recuerda mucho al de las imágenes del post). En cambio la película que se nombra en el post, Vidas rebeldes me aburrió mucho. Y éso me pasa en general con la filmografía de Huston, no me gusta El honor de los Prizzi, pero La reina de África me parece una maravilla, que siempre he pensado que en blanco y negro hubiese sido más bella aún. Supongo que es lógico, con una carrera tan prolífica tiene que haber de todo.
En cuanto a Clift, siempre recuerdo la imagen de debilidad que transmitía después del famoso accidente, en Vencedores o vencidos, El baile de los malditos, De repente el último verano, Vidas rebeldes. Había escenas en las que no se movía, que parecía que se iba a caer de un momento a otro. Sin embargo eran buenas actuaciones, aunque lejos ya de ése impetu de Rio rojo, Yo confieso o El árbol de la vida. De todos modos enorme actor.
azul
Un buen comentario de una película verdaderamente interesante.
gerania
¡Ajá, parece que Nolan y el tema de los sueños os ha dejado un poco tocadillos! Yo por si acaso ya me he buscado un totem chulísimo. Yo tambien me he quedado con ganas de más películas alucinantes como Origen, de esas que te atrapan y tienes que estar toda la película buscando respuestas a lo que ves y a lo que dicen. Este tema de los sueños, de la hipnosis y del inconsciente es apasionante, por eso voy a tener que verme ésta y sobre todo después de leer que es una joya y que no hace falta ninguna preparación (bueno, tener cerca el totem por si acaso).
Gracias por la buena lectura que me ha proporcionado el post.
Erika
Yo tampoco la he visto, pero tal y como la describes seguramente me anime a hacerlo.
armadamaister
Sería muy complicado meterla en la lista de las más reconocidas y recordadas. Sobro todo si hablas del director de El halcón maltes, Cayo Largo, El tesoro de Sierra Madre, La jungla de asfalto, La reina de África... Habrá que anotarla en las pendientes. Seguro que compensa con creces las tres horas de mi vida que tiré el otro día con Centurion y Salt :)
pilar62
Muy buena reseña. La verdad es que es una de las películas de Huston que no he visto, siempre me ha dado un poco de pereza. Me acuerdo cuando vi "Los que no perdonan", otra de las películas a las que nunca se hace referencia cuando se habla de Huston, y me encantó. Así que le daré una oportunidad, a ver que tal. Además, tal y como está la cartelera...
hernandodesoto
Freud no era psiquiatra, sí médico neurólogo, que se atrevía a despotricar sobre los médicos de su tiempo porque no sabían tratar desórdenes llamados mentales. Su discípulo, Jung, sí fue psiquiatra
No conocía esta película, gracias por la referencia
Y sí, la banda sonora pinta bastante bien
zara
Estupendisima critica Juan Luis, me has animado mucho a verla y eso que a mi el cine en blanco y negro no me llama mucho jajaja, pero por lo que cuentas y el tema psicologico puede llegar a resultar muy interesante, y desde luego que hoy en dia no se hacen demasiadas peliculas con este argumento.
sanderwayne
Hace dos años tube que hacer un larguísimo trabajo sobre esta película cuando estudiaba psicología. La vimos en clase y me atrapó de lleno, no ha envejecido nada, aunque supongo que por el tema central, que a pesar de todo sigue en boga, lo que la convierte en una película aun más interesante.
Buen post Juan Luis, Saludos.
jeinzu
Freud es, para mí, uno de los hombres más fascinantes de la historia. Gracias por la recomendación, Juan Luis, voy a buscar la película ya mismo.
lu.cia
Me dieron muchas ganas de verla jaja