La fotografía de arriba pertenece a la obra maestra de Delmer Daves, ‘El árbol del ahorcado’ (‘The Hanging Tree’, 1959). Me ha parecido una imagen perfecta para anunciar un ciclo largamente atrasado: el Western, género cinematográfico por excelencia que tantas y tantas joyas ha dejado a lo largo y ancho del séptimo arte. Es una pena, por lo menos para quien esto firma, el ver como el mejor género desaparece poco a poco, avivándose sólo cada cierto tiempo con un par de títulos, tal y como ha ocurrido con el reciente trabajo de los hermanos Coen, que está siendo un gran éxito —las razones las encuentro en su reparto y directores más que en su género, pero ése es otro tema—. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que otro western haga ir en masa a la gente al cine?
Mientras soñamos con una de esas utopías, en Blogdecine vamos a rememorar los lejanos tiempos del salvaje Oeste. Procuraremos llevar cierto orden, intentando mantener la perspectiva, señalando la evolución del género a través de los trabajos de creadores que dejaron lo mejor de sí mismos en el western. Duelos, indios, la conquista de la tierra soñada, buscadores de oro, prostitutas, bandidos, pistoleros, y demás elementos reconocibles, siempre con el filtro de la fábula, en ese punto donde termina la realidad y empieza la leyenda, tendrán su lugar en este ciclo. Y será tan eterno como vida me quede.
Empezaremos esta misma semana con la película ‘Valor de ley’ (‘True Grit, 1969), dirigida por Henry Hathway, por motivos más que evidentes. Sólo una aclaración. En este ciclo no hablaremos de ninguna película dirigida por John Ford o William Wyler. Estoy seguro de que sois capaces de saber la razón de ello, y lo que es mejor, estaréis de acuerdo.