Iniciamos hoy en Blogdecine una nueva sección con la que pretendo ofrecer una alternativa a la mediocridad reinante en las carteleras. Tal vez muchos de vosotros estéis contentos con los estrenos actuales, sobre todo los que sois poco exigentes y os conformáis con el típico blockbuster de turno aunque le esté tomando el pelo al espectador. Para vosotros no es esta sección, lo es para todos aquellos que, como un servidor, están hastiados de un cine efímero —salvo honrosas excepciones, evidentemente— que no quedará en la retina del público ni momentos después de su visionado. Las películas elegidas lo serán siguiendo mi criterio único, personal e intransferible, aunque por supuesto estoy abierto a sugerencias de todo tipo. Pero ojo, esto no es Críticas a la carta, sección en la que próximamente mi compañero Juanlu os animará el día con su opinión sobre ‘La roca’ (‘The Rock’, Michael Bay, 1996) —si es que tenéis una mala leche que no podéis con ella—.
La película elegida para iniciar la sección es la mítica ‘La noche del demonio’ (‘Night of the Demon’, Jacques Tourneur, 1957) que curiosamente guarda parecidos con un film que se estrenará el próximo viernes entre nosotros: ‘La trampa del mal’ (‘Devil’, John Erick Dowdle, 2010). El detective del film escrito por M. Night Shyamalan recuerda al psicólogo del film de Tourneur. Ambos son dos escépticos que se niegan a creer que más allá de la lógica existe una fuerza superior que puede regir nuestros destinos y acciones. Una vez más Toruneur regresaba al cine fantástico, que tantos buenos resultados le había dado en los primeros años de su carrera como director de largometrajes.
La historia de ‘La noche del demonio’, basada en una historia de M.R. James —prestigioso ensayista y analista, que de vez en cuando gustaba de escribir una buen historia de fantasmas—, versa sobre un famoso psicólogo, el doctor John Holden (Dana Andrews), que acude a Inglaterra a unas conferencias. Una vez allí, le comunican la misteriosa muerte del profesor Henry Harrington (Maurice Denham), un estimado colega y amigo suyo. Holden decide ponerse investigar lo sucedido, adentrándose en un mundo de satanismo y brujería en el que él no cree ni lo más mínimo —una vez más en el cine de Tourneur, éste presenta al personaje central en un mundo ajeno al suyo—. Una premisa utilizada infinidad de veces, sobre todo en el cine posterior, y que en manos de Tourneur sirve para ofrecer otro de sus estimables trabajos de horror llenos de ambigüedad, en el estilo de dos de sus mejores películas, ‘La mujer pantera’ (‘Cat People’, 1942) y ‘Yo anduve con un zombie’ (‘I Walked with a Zombie’, 1943).
Al respecto de lo ambiguo en las historia de horror firmadas por Tourneur, cabe decir que en ‘La noche del demonio’ lo tuvo verdaderamente difícil por culpa de los productores —Frank Bevis y Hal E. Chester— que quisieron mostrar enseguida a la audiencia el monstruo/demonio del relato. La intención de Tourneur era mostrarlo únicamente dos segundos hacia el final del film, en la famosa secuencia que tiene lugar en las vías del tren. De esa forma el espectador nunca tendría datos suficientes de si lo que está ocurriendo es real o no, de si el doctor Holden está en lo cierto o realmente se enfrenta a un caso de brujería. Sin embargo, por mucho que los productores quisiesen imponer su punto de vista, no estropearon ni de lejos la excelente labor de Tourneur, que a pesar del pegote mencionado, consigue otra de sus obras cumbre. Una película que consigue crear inquietud en el espectador, algo en lo que el director era un experto gracias a su envidiable capacidad de sugerir, y con ello transmitir un miedo mayor que el que puede proporcionar la evidencia.
Pero Tourneur tuvo que jugar aquí con la evidencia pues el demonio es mostrado a los cinco minutos del inicio, en el inquietante prólogo que termina con la muerte del profesor Harrington. A partir de ese momento, de abierto carácter onírico al igual que la aparición final, ‘La noche del demonio’ mantiene el punto de vista del doctor Holden —excelente Dana Andrews, que a finales de los 50 intervino en bastantes films imprescindibles—, alguien totalmente incrédulo que poco a poco irá comprobando a regañadientes que tal vez no todo tenga una solución tangible y lógica. Ante cualquier situación de índole fantástica Holden expone una explicación racional totalmente verosímil. El resultado no puede ser más contundente, Tourneur es consciente de que el espectador ya sabe la verdad, y aún así es capaz de ponerlo en duda a través de la apasionante aventura de Holden.
Para ello Tourneur, probablemente uno de los directores más influyentes en el cine de terror moderno gracias a su inteligente creación de atmósferas, nos sirve en bandeja varios momentos clave unidos con pericia proporcionando un crescendo dramático y de terror que culmina en la impresionante parte final en las vías del tren. El sospechoso encuentro en la biblioteca entre el Doctor Karswell —impresionante Niall MacGuinnis— y Holden; la visita de éste a su hogar en el que se celebra una fiesta para niños con trucos de magia incluidos, y en el que Karswell intenta convencer a Holden invocando un fuerte temporal; la espeluznante huida de Holden a través del bosque atemorizado por algo que le persigue; la lucha de Holden con un ¿gato?; una sesión de hipnotismo que aterroriza más de la cuenta, o el ya mencionado bloque final, son demostraciones palpables del genio de Tourneur por mucho pegote de monstruo que aparezca.
Al respecto de la criatura cabe señalar que transcurridos los años es evidente que ésta, siendo una genialidad de concepto —se intentó contar con la ayuda de Ray Harryhausen, pero éste estaba comprometido con ‘Simbad y la princesa’ (‘The 7th Voyage of Sinbad’, Nathan Juran, 1958)—, resulte incluso cutre. Pero hay que fijarse en la forma que Tourneur filma una imposición de la productora. No más de un par de planos breves, sin necesidad de marear al personal, perfectamente montados, le llegan para soliviantar las intenciones de unos productores que no entendían de mostrar el horror a través de la sugerencia. En otras palabras, no eran como Val Lewton, colaborador de Tourneur en sus primeros films fantásticos.
Jacques Tourneur y Dana Andrews quedaron tan satisfechos de su colaboración en ‘La noche del demonio’ que al año siguiente se fueron a Estados Unidos a filmar ‘The Fearmakers’, poco conocido thriller que no tuvo tanta repercusión como el que nos ocupa. Tal vez un día hablamos de él.
El DVD
‘La noche del demonio’ está editada en DVD en nuestro país por 39 escalones y debo decir que la edición es simplemente extraordinaria, con una calidad inmejorable de imagen y sonido. Ya podían aprender otras distribuidoras de mayor renombre.