Los clásicos nunca mueren, y los monstruos mucho menos. Los que habitualmente son conocidos como personajes míticos de Universal, iconos de cuando el cine estaba empezando a hablar de verdad, han tenido sus diferentes periodos donde han resurgido con nuevos cineastas y nuevos tonos que han refrescado sus posibilidades.
Gracias a Francis Ford Coppola y su ‘Drácula de Bram Stoker’ hubo una nueva explosión de adaptaciones de monstruos en los noventa, mayormente siguiendo ese tono “prestigioso” con drama intensificado y opereta. Pero uno se salió de la norma, dejando de paso una icónica película para la década y para un año tan legendario como 1999. Así fue ‘La momia’.
Un monstruo del lejano Egipto
La renovación del monstruo egipcio fue dirigida por Stephen Sommers, con unos estelares Brendan Fraser y Rachel Weisz como protagonistas de una fantástica película de acción, aventuras y romance. Tan noventera como debidamente deudora de los clásicos, esta sensacional reinterpretación cumple 25 años de su estreno en cines y hoy la puedes ver en streaming a través de Amazon Prime Video, de Filmin, de Netflix y de SkyShowtime.
En el antiguo Egipto, un poderoso sacerdote mantiene un romance secreto con la futura esposa del faraón, que al enterarse procede a torturarlo y enterrarlo vivo en una tumba sellada. Milenios después, regresará como una diabólica momia que liderará un ejército infernal, y sólo podrán interponerse ante él una formidable egiptóloga y un aventurero.
El retorno de la momia se llevaba orquestando antes incluso de los noventa, pero fue finalmente el enfoque de Sommers el que convenció a los ejecutivos. Su rescate de los esquemas clásicos del cine de aventuras y romántico, muy heredero de Indiana Jones, terminó siendo esencial para darle una base funcional a la película, que necesitaba además de otras claves estimulantes.
‘La momia’: clásica aventura con romance
Una de esas claves fueron los efectos especiales, para los que Sommers tenía una visión ambiciosa y nada barata. A pesar de que su secuela ha sido un claro ejemplo de cuando salen realmente mal los efectos digitales, los de ‘La momia’ de 1999 son efectivos y hasta asombrosos teniendo en cuenta el contexto en el que fueron lanzados (y aguantan mejor que los de algunas producciones recientes).
La otra clave, la más importante para convertirla en ese clásico generacional que se ha vuelto más allá de su éxito en su momento, son sus actores. Fraser saca lo máximo de su primera gran oportunidad como protagonista de acción, mientras que Weisz da con el necesario contraste que necesita la película y que es requerido para que se venda la química entre personajes. Esto eleva una película que logra ser muy entretenida y trepidante de inicio a fin, y que se mantiene potente tras todos estos años.
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