Está muy claro que de no haberse alzado con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa es muy probable que muy pocos la hubiesen visto y menos se habría hablado de ello. Lo cual, y aunque sea una vaga justificación, es de agradecer que se llevase la dorada estatuilla. 'Despedidas' ('Departures'), dirigida por el veterano Yôjirô Takita, resulta un contundente melodrama que reflexiona con acierto y buenas dosis de profunda emoción sobre la muerte.
No se trata de un film redondo, posee algún que otro leve tropiezo o concesión al lirismo de la historia, pero aunque no se justifique plenamente, al menos están realizados con elegancia y no distorsiona con respecto a los sentimientos que intenta retratar. A través de un protagonista que tiene que reconducir su vida en el lugar donde nació, asistimos a una detallada, pausada y emotiva historia, en donde la familia y la reflexión sobre la vida, nos va embaucando al ritmo de una soberbia banda sonora (a cargo del gran Joe Hisaishi, habitual de las cintas de Kitano y Miyazaki).
Takita aborda el tema de la muerte con valentía y con valiente originalidad, al detallar el ritual ancestral de la ceremonia del embalsamiento de los muertos en el Japón contemporáneo. Desempeño que acaba realizando Daigo, un violencelista frustrado que regresa a su pueblo, perdido, confundido y apesadumbrado, para encontrar en los retales del pasado, de su odiado padre que lo abandonó, la fuerza y el valor para afrontar una vida teñida de pesimismo.
Junto con el apoyo de su mujer, siempre optimista, se encuentra, de casualidad, con un empleo como ayudante de embalsamador, mal visto socialmente y que oculta por miedo y vergüenza. Hasta que va descubriendo que con este trabajo tan atípico, pero lleno de sentimiento, de ceremonia ritual, se siente plenamente satisfecho. Ha encontrado su horma, pero su pasado, el de un hijo abandonado por su padre en plena infancia, le sigue pesando.
Memorable trabajo del actor protagonista, Masahiro Motoki, que compone con excelente sutileza y profunda pasión, a un personaje que logra transmitir todos sus sentimientos con apenas su mirada. Pero no menos reseñable resulta el trabajo de los secundarios. Desde Ryoko Hirosue, su mujer, hasta el inmenso Tsutomu Yamazaki, su jefe y mentor, que desarrolla un personaje de enorme presencia, gran fuerza y completamente entrañable, a la par que misterioso.
Como se ha señalado, la película no resulta perfecta. Contiene escenas prescindibles (como esos planos del protagonista tocando el violoncelo en distintas escenarios naturales), un final predecible, además de buscar forzadamente la lágrima o el vello erizado. A pesar de ello, Takita compone una narración espléndida, que avanza con gran inteligencia, con pausado ritmo, pero logra transmitir profunda ternura, emoción y valores humanos tan sinceros como hondos. Y es que 'Despedidas' es de una sinceridad pasmosa y tremendamente bella. Trata una ceremonia muy nipona, pero de fondo saca a relucir valores y sentimientos universales. Quizás eso fue lo que gustó a los miembros de la Academia de Hollywood y les llevó a otorgarle un inesperado Oscar, pero que se agradece haya servido para descubrirnos un gran título.