'The cleaner': dos y dos no suman cuatro

Anoche estuve viendo 'The cleaner' en Fox y entendí la escasa repercusión que ha tenido la serie a nivel de filias y fobias. Con unos componentes habituales, casi diría que recurrentes, a la serie le falta el golpe de gracia para convertirse en algo más que el procedimental que ya es de por sí. Utiliza unos recursos tan matemáticos que no hay lugar para la sorpresa ni para la indignación.

Benjamin Bratt interpreta a un ex drogadicto que se dedica a desintoxicar a todo aquel que se lo pida con un equipo de colaboradores ecléctico que me recordó en cierto forma al 'Equipo A'. Tiene problemas familiares, problemas para demostrar sus sentimientos, miedo a recaer y un método de terapia de choque que incluye investigaciones de corte policial a todo nivel. Vamos, que la serie tiene de todo menos lo esencial: un personaje verdaderamente interesante.

La serie está basada en la vida de Warren Boyd, un gurú de Hollywood que ha desintoxicado a la "crème de la crème", y a alguien le debió de parecer interesante llevar la vida y los métodos de este señor a la tele. Cómo no, Dios tenía que estar presente en el proceso (la imagen promocional de arriba es inequívoca), y lo que más me molestaron fueron esos monólogos mirando al cielo que, supongo, simbolizan la lucha interior del personaje.

Yo habría preferido motivaciones más humanas y menos metafísicas, menos trascendencia en general y una tendencia menos acusada al dramatismo de los planos gore y de los temas más escabrosos, pero por lo visto un tratamiento áspero de ciertos asuntos es visto en Estados Unidos como algo innovador. En eso les llevamos la delantera por aquí. También es cierto que la serie viene subrayada por el presupuesto, menos alto que lo habitual, pero no creo que esto sea una disculpa.

En líneas generales me aburrí, me cayeron mal los personajes principales y los colores saturados de la postproducción no ayudaron a meterme en la historia de William Banks, cuyo máximo atractivo es que arregla la vida de los demás pero la suya está hecha un desastre. Nada que no hayamos visto antes, y hecho con más enjundia.

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