Mañana por la noche, a las 22:30, Fox Crime estrena en España 'Hatfields & McCoys', la miniserie histórica que batió récords de audiencia este verano en Estados Unidos, consiguiendo que 14 millones de espectadores la vieran en History Channel, y convirtiéndose después en una de las triunfadoras de la noche de los Emmy, en el apartado de miniseries y tv movies, junto a 'Game Change'. Entre los premios que se llevó figura el de mejor secundario, que recayó en todo un veterano de Hollywood como Tom Berenger. El actor, que alcanzó en los 80 su momento de mayor fama, con nominación al Oscar por 'Platoon' incluida, da vida en la serie a uno de los integrantes de la familia Hatfield, que desarrolló una violenta y enconada rivalidad con el clan McCoy a finales del siglo XIX, en la región entre Virginia Occidental y Kentucky.
Berenger, un tipo afable y relajado, estuvo en Madrid presentando 'Hatfields & McCoys', que está protagonizada por Kevin Costner y Bill Paxton, y hablando con un grupo de periodistas de su papel en la serie, de las responsabilidades de dar vida a personas que existieron en realidad, del rigor histórico de la producción y de su método de trabajo, entre otras cosas.
A lo largo de toda su carrera, ha intercalado trabajos en cine y en televisión, y ahora estamos viendo a bastantes actores de cine que están pasándose a la televisión. ¿Por qué cree que está ocurriendo esto? ¿Cree que los mejores guiones y las mejores ideas están ahora en televisión?
Es posible. Desde luego, parece que vamos en esa dirección. Sé que ‘Hatfields & McCoys’ ha iniciado un nuevo interés por las miniseries. Están haciendo una producción sobre los vikingos y parece que muchas de las cadenas de cable están intentando hacerlas. Me gusta la idea por dos razones. Primero, puedes cubrir una novela entera, incluyendo todos los personajes y las subtramas. O puedes hacer algo sobre algún momento histórico.
Fidelidad histórica
Una de las frases más famosas de ‘El hombre que mató a Liberty Balance’ dice que, cuando se trata del western, prima más la leyenda que la historia. ¿Cuándo tiene de historia y cuánto de leyenda ‘Hatfields & McCoys’?
Bueno, en primer lugar, esto de los Hatfields y los McCoys era una especie de leyenda porque no mucha gente sabía la historia. Sin embargo, la miniserie es más historia que leyenda. No está exagerada, casi todos los personajes fueron reales. Una cosa que cambiaron para efecto dramático es el personaje de Powers Boothe; era realmente juez pero no era el juez en el caso que se ve en la serie. Los guionistas se tomaron esa libertad para no tener que añadir otro personaje, pero creo que esa fue la única licencia que tomaron.
El conflicto entre Hatfields y McCoys ha llegado casi hasta nuestros días. ¿Pudo hablar con algún descendiente la familia Hatfield para preparar el papel? ¿Cómo se han tomado ellos la serie?
Uno de los actores de la serie es en realidad un descendiente de la familia Hatfield pero él interpreta a un McCoy (risas). De hecho, yo lo mato con mi sobrino, Cap. Después de rodar la escena, esa noche en el hotel, mientras estábamos tomando algo, me contó que realmente estaba emparentado con la familia Hatfield y que era de Virginia Occidental. (...) Me contó que era un descendiente directo de Jim Vance. Entonces le dije: ¿Me estás diciendo que hoy he matado a mi tataranieto? Y él me respondió que sí (risas). Y pensé que sería genial para una entrevista, que había matado a mi tataranieto. No es fácil de hacer, sólo puedes hacerlo en las películas. Luego, en el estreno en Virginia Occidental, conocí a su madre y ella me habló del viejo Jim. Realmente, cuando estás en Virginia Occidental y en el este de Kentucky, empiezas a oír más historias sobre esa gente. El ayudante del sheriff en mi condado se llama Mike Hatfield y es un descendiente directo de Anse Hatfield, el personaje de Kevin Costner. Después de la serie llamó como a once de sus familiares y todos estuvieron de acuerdo en que interpreté a Jim Vance bastante bien (risas). Bueno, les dije, sé que fue pintoresco y que fue dramático, ¿pero fue verdad? Y me dijeron que sí, que ellos eran familia y lo sabían. Porque sólo se han escrito cinco libros históricos sobre esto y sólo hay dos fotos de Jim Vance.
¿Y cómo describiría a Jim Vance? Parece un hombre que sigue sus propias reglas, que va por libre.
Es muy individualista. Puedes ver que vive allí sin una mujer, que sus hijos son ya todos mayores o se han ido. Va a cazar o a pescar solo, pero creo que también se lleva a sus sobrinos. De hecho, así es como es asesinado, yendo de caza con Cap. Me imagino que él les enseñó a cazar, a beber whisky, a hacer whisky ilegal, a apostar, a jugar a las cartas. Todas las cosas que un chico joven necesita saber (risas). Por eso creo que a todos los sobrinos les gusta Jim, pero los personajes de Kevin Costner y Powers Boothe creen que es un bala perdida.
El trabajo con personajes reales
Con la situación actual de crisis en la que se encuentra el mundo, que cada vez está más polarizado, ¿cree que estamos condenados a repetir situaciones como las de ‘Hatfields & McCoys’?
Posiblemente. En el cine, en momentos de dificultad económica, la gente tiende a preferir comedias porque se pueden reír durante dos horas. Pero en la realidad sí, es probable que haya más situaciones como las de ‘Hatfields & McCoys’. Que también fueron diferencias económicas; los McCoys eran granjeros y los Hatfields, leñadores. Los Hatfields estaban mejor económicamente porque podían vender la madera a fabricantes de muebles y constructores de casas. La situación para los McCoys era económicamente más rígida. Así había celos y envidias.
Cuando se trabaja en una ficción con base histórica, con personajes que existieron de verdad y que tuvieron familia, ¿cambia su modo de trabajar con respecto a historias con personajes totalmente ficticios?
Normalmente, con la historia tienes acceso a libros, diarios y, a veces, películas. Cuando interpreté a Teddy Roosevelt había de hecho películas mudas de él, y me di cuenta de cosas interesantes en ellas. Cuando le daba la mano a alguien, se inclinaba hacia esa persona, tenía una personalidad muy agresiva. Pude ver eso en las películas. También pude ver algunas imágenes suyas en traje de baño, caminando por una playa. Me di cuenta que uno de sus pies se giraba hacia fuera, su pie derecho, y que probablemente eso le pasó al nacer, que su pie se giró durante el parto, y esas cosas no se corregían antes. Así que, cuando yo caminaba, tenía un andar diferente. Había también grabaciones de su voz. Yo no lo sabía, pero un historiador amigo mío me dijo que había seis discursos suyos que habían sido grabados. Le pregunté dónde iba a conseguirlos y me respondió que no me preocupara, que en la casa de Teddy Roosevelt en Oyster Bay, Long Island, que está protegida por el departamento nacional de interiores, o algo así, hay un museo y una pequeña tienda y que puedes comprar los discursos allí (risas).
En la miniserie se destapa un poco una etapa oscura de la historia de Estados Unidos. ¿Ha vivido también en Hollywood situaciones así?
Todos los días (risas). Cuando yo empecé a actuar, el 15% de los actores podían ganarse la vida sólo con la actuación. El otro 85% tenía que tener otros trabajos. Ahora, el 10% trabaja, y el 90% no tiene trabajo. Son estadísticas del sindicato de actores. No hay mucho trabajo, así que hay mucha envidia, ira (risas). Pero siempre será así.
Cuando ‘Hatfields & McCoys’ se estrenó, afirmó en una entrevista que le parecía que podía ser como ‘El padrino’ de las montañas. ¿Qué similitudes ve entre una y otra?
Las dinámicas familiares, con el patriarca con los hijos, los sobrinos… Está el aspecto de vendetta… También teníamos el guión perfecto, con los actores perfectos, con el director perfecto, todos los planetas se alinearon. Y tienen un aspecto parecido. Son historias de época, aunque de periodos históricos diferentes, pero las dos tienen ese tono sepia.
Un pedazo de historia
¿Cómo ha sido la acogida a la miniserie en Estados Unidos? Porque da la sensación de que el país está orgulloso hasta de sus peores momentos históricos.
Espero que estén orgullosos. Si eres un país democrático puedes enseñar cosas que son malas sobre tu país, y así es como aprendes y cambias, o esperas cambiar, al menos. Parece que últimamente, en los últimos 40, 50 años, cuando se hace algo histórico se hace como lo haría un historiador de verdad, de forma neutral, esperando que sea veraz y no esté escorado hacia ningún lado. Es lo que el periodismo debería ser, un observador neutral. Se debe mostrar lo bueno y lo malo juntos.
¿Y cómo se ve ahora la Guerra de Secesión?
Cuando hicimos ‘Gettysburg’, era la primera película que mostraba de verdad la guerra civil, no se había hecho antes. Tenía que durar cuatro horas porque es una parte importante de nuestra historia. ‘Tiempos de gloria’ es buena pero sólo es una pequeña parte de la historia. Dramáticamente, es difícil escribirla, pero creo que estuvimos bastante cerca de conseguirlo. ¿Qué piensan ahora los americanos? No lo sé. Hay muchos historiadores amateur que tienen una gran cantidad de información sobre la guerra. Los he conocido y leen sobre el tema, lo estudian, visitan los campos de batalla, intentan recaudar dinero para preservarlos, hacen reconstrucciones.
En ¡Vaya Tele! | 'Hatfields & McCoys', una miniserie correcta
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