Dejando a un lado un final atrevido que está generando reacciones bastante opuestas, no cabe duda de que 'Spider-Man: Cruzando el Multiverso' es uno de los exitazos del año. Comercialmente y también por parte de la crítica, que ha cantado a viva voz las virtudes de un prodigio visual y metarreferencial que podría hasta cautivar a la industria y colocarse en la carrera de premios más allá del nicho de la categoría de animación.
Por supuesto, mucha de la discusión se centra en sus hallazgos estéticos, mezclando estilos de animación con más atrevimiento y técnica magistral que en la anterior película arácnida multiversal. Es sin duda una delicia de contemplar, incluso aunque la película decida ir a un ritmo endiablado e infatigable, y configura por completo la personalidad y el carisma de los diferentes Spider-Man que vemos aparecer. Hasta permite profundizar en los mismos. Aunque ese ritmo genial se consigue también gracias a la música que acompaña a las imágenes.
Hip hop, electrónica, punk: todo a la vez en todas partes
Dejando a un lado la selección de canciones curada y producida por el DJ Metro Boomin, que también refleja cierta variedad tonal pero va más orientada al hip hop y similares que escucharía un joven como Miles Morales, la parte sonora ofrece una experiencia tan desafiante como estimulante. Ahí resulta clave el compositor Daniel Pemberton, británico que empezó a hacer ruido en Hollywood vía las películas de Guy Ritchie y ya hizo el trabajo en la banda sonora de la primera película.
'Spider-Man: Cruzando el Multiverso' abre un poco más el foco y la variedad de personajes que encontramos con respecto a 'Spider-Man: Un nuevo universo' y se refleja en la música. Mientras que la primera era también electrizante y ecléctica, predominaba un hip hop con mucho scratching y producción electrónica para introducirse por completo en la perspectiva de Morales, el principal Spider-Man. En la secuela, Pemberton pasó dos años investigando y haciendo pruebas y errores para ir dando forma a los sonidos de cada personaje arácnido.
Para ello, el británico emplea su formación clásica y su gusto por experimentar con sonidos de electrónica, rock y otros géneros, dando una amplia paleta sonora con la que poder jugar. El tema de Gwen Stacy, la principal Spider-Woman, resulta un gran ejemplo del proceso de búsqueda extenso y de la variedad de sonidos que pueden entrelazarse, con una mezcla de synthwave y pop punk aderezado con algo más de nervio teenage angst que son tocados con la gracilidad y agilidad propia del estilo casi de bailarina de ballet que tiene el personaje luchando.
'Spider-Man: Cruzando el Multiverso': encontrando la cohesión en el choque
El resto de personajes tiene también exploraciones de diferentes sonidos que son producidos de manera que sean coherentes e integrables en el sonido general. La variedad electrónica resulta fundamental, tanto para el antagonista Miguel O'Hara (o Spider-Man 2099), con techno distorsionado para dar una sensación abrasiva y futurista, o también para Pavitr Prabhakar (el Spider-Man indio), donde aprovecha influencias de músicos como Charanjit Singh, que en los ochenta experimentaba con música de sintetizadores y folklore indio. Incluso con el Spider-Punk, Hobie Brown, utiliza efectos en guitarras y baterías ultraprocesadas para que el salto de género no sea excesivamente chocante.
Pero el mayor reto no es ir explorando la personalidad de cada personaje a través de diferentes sonidos, sino hacer chocar estos de manera excitante y no demasiado caótica que sea una distracción. La secuencia de lucha inicial en el Guggenheim es un gran ejemplo donde la película alcanza el éxtasis audiovisual, con los diferentes estilos de animación y géneros musicales dialogando unos entre otros para dar una escena de acción emocionante y nunca vista.
En esa escena vemos el impresionista y colorido tono del mundo de Gwen Stacy colisionando con el renacentismo del Buitre del pasado y cyberpunk multiversal de Spider-Man 2099. Pemberton explicó a Screenrant cómo en esa escena se alejó de la composición orquestal tradicional, tirando en su lugar por "tratar de crear una especie de orquesta propia de todos estos sonidos dispares que tienen puntos fuertes y débiles". Así los sintetizadores poperos pero también rockeros de Spider-Gwen, tan delicados y hasta oníricos, van sucediéndose con los sonidos más musculares y con voces operísticas para transmitir la distorsión de estos invasores interdimensionales.
Así se consigue una fabulosa secuencia que logra estar cohesionada, pero se sigue sintiendo inquieta y llena de vida. La banda sonora de 'Spider-Man: Cruzando el Multiverso' es la continuación esperada de la disrupción que supusieron en su momento las de 'Matrix' o 'Matrix Reloaded' de Don Davis, que cruzaban la orquesta tradicional con electrónica de lo más dinámica y músculo nu-metal. A falta de tener unos Propellerheads que descubrir gracias a la música de estas películas, Pemberton consigue que las películas del Spider-verso sean otro gran foco de expresión y creatividad ilimitada.
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