En cierto modo, la manera en la que hace cine Quentin Tarantino se puede asemejar a la manera de operar de un DJ. Se puede aplicar tanto a los referentes cinéfilos, que rescata de entre la inmensa colección que habrá archivado (mental o físicamente) y la interconecta de la manera más sublime para que la sesión sea disfrutable. Aunque también se aplica a cómo escoge canciones para sonar en las películas, rescatando clásicos olvidados o dándole nuevos significados a otros más populares para que acompañen a la narración.
Cuando la canción es pinchada en una de sus películas, se siente como un momentazo, como si la pista de baile contuviese un momento la respiración para experimentar el hit. Tarantino empieza a elaborar la sesión con las escenas ya escritas, empezando a bucear en su catálogo de "Super Sonidos" de ayer y hoy para encontrar el temazo que acompaña o subraya con ironía lo que sucede. Incluso en una obra tan complicada para meter canciones pop como 'Malditos bastardos' se empeñó en introducir alguno que rompiese la ambientación de época para poder dar ese momentazo.
Prendiendo fuegos
Una de sus elecciones más curiosas viene precisamente de otra película distinta, sin nada que ver con su descarnada revisión de la Segunda Guerra Mundial. David Bowie se encontraba experimentando como actor a comienzos de los ochenta, actuando en obras teatrales como 'El hombre elefante', con la música pasando a un papel secundario. Pero un par de encargos para cine le devolvieron al redil, la más destacada viniendo de Giorgio Moroder.
El genio del italodisco estaba colaborando nuevamente con Paul Schrader para hacer la música de una de sus películas, en esta ocasión era el remake 'El beso de la pantera'. Bowie fue llamado para hacer la letra del tema principal que, al igual que la película, trata de hacer metáforas sobre impulsos sexuales apasionados e irrefrenables, casi hasta condenables. El camaleónico músico terminó cantando la pieza y hasta lanzándola como single y entrando en varias listas de éxitos (aunque no terminó del todo complacido con el resultado final, volviéndola a grabarla junto a Nile Rodgers para su álbum Let's Dance).
"Siempre me encantó la canción" comentó Tarantino en una entrevista para Rolling Stone sobre cómo escoge la música para sus películas. "Es una de mis canciones favoritas de David Bowie de los ochenta" pero le desagradaba que Schrader no le diera un uso dentro de la película, sólo la usaba en los créditos finales. Recuerda de su época de videoclub cómo sus compañeros compartían su decepción y cómo les gustaría elaborar toda una secuencia en una película en torno a esa canción.
Prácticamente eso es lo que sucedió en 'Malditos bastardos' [spoilers de la película a partir de aquí]. En una de sus múltiples decisiones que muestran como el director busca reescribir la historia, 'Cat People (Putting Out The Fire)' empieza a sonar mientras la judía protagonista, Shosanna Dreyfus (interpretada por Mélanie Laurent), aprovecha la circunstancia de que casi todo el partido nazi va a acudir a su modesto cine francés para hacer un gran estreno de un film propagandístico. Con incluso el mismísimo Adolf Hitler personándose en la sala, la francesa busca culminar su venganza.
Reescribiendo la historia con un perfecto broche
"Trato de que las cosas no sean demasiado obvias" explica Tarantino sobre su proceso para seleccionar canciones a medios como Dig!. Pero aquí realizó una excepción, con las letras de Bowie anticipando el incendio que se va a producir en el cine y retorciendo la fantasía sexual que está describiendo. En cierto modo, es realmente excitante para la protagonista cargarse a un buen puñado de nazis, y hacerlo a través del medio fílmico es una perversa gozada que se permite el director.
Es un momento donde imágenes y música quedan bastante guay desde lo superficial, pero realmente es la clase de instante que termina de redondear las intenciones que tiene a nivel de historia. 'Malditos bastardos' es Tarantino pasando por completo del rigor y reescribiendo la historia para dar la victoria a las víctimas, y lo hace a través de una canción que merecía más gloria cinematográfica que la de ser un broche. Con su irreverente estilo, logra darle otra vida a la canción, haciendo que parezca que está pensada expresamente para describir el viaje emocional de Shosanna.
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