e: {"alt":"Poblenou Nostalgia TV.","src":"d173cb\/650_1000_nostalgia-tv_big-3","extension":"jpg","layout":"normal","height":400,"width":650}]]Los barceloneses que ya tengan una edad entienden la importancia de los Juegos Olímpicos del 92. Consolidaron la ciudad en el mapa internacional y provocaron cambios en la geografía municipal, como ese barrio llamado Vil·la Olímpica. Allí fue donde se mudaron Rosa y Antonio Aiguadé cuando ganaron la lotería pero su reubicación no implicaría que pudiesen olvidarse de su antigua zona, el ‘Poblenou’. Con esta simple excusa nacería la primera telenovela catalana que luego sentaría precedente y que en el resto del Estado se bautizaría como ‘Los mejores años’.
Sus emisiones comenzaron en enero de 1994 y fue la primera serie original del canal TV3, que hasta entonces se había conformado con emitir series extranjeras dobladas (‘Dallas’ era la más mítica entre su público). Pero la serie rápidamente fue un fenómeno en Cataluña siguiendo un esquema muy tradicional y que hemos visto mil veces después. Era la historia de los miembros de una comunidad, en este caso de un barrio barcelonés, y su centro era el supermercado que regentaban los Ayguadé.
Este modelo costumbrista atrapó al público catalán hasta el punto que el consumo televisivo en la sobremesa aumentó. De hecho, el final de temporada reunió cerca de un millón y medio de espectadores. Pero este éxito no se trasladó a Antena 3 cuando se estrenó antes del telediario, por más que tuvieran muchas esperanzas depositadas en ella, y acabó emitiéndose en las mañanas.
En Cataluña, sin embargo, tenía sentido que desbordara entusiasmo. Una serie en catalán, ambientada en Barcelona y escrita por un catalán nacido en la ciudad, Josep Maria Benet i Jornet. Era el nacimiento de la ficción catalana, que desde luego no cesó, y esto se notó en los procesos de cásting. La mayoría de sus implicados había hecho carrera encima de los escenarios y en los estudios de doblaje como su protagonista, Margarida Minguillón. Pero también sirvió de cantera de jóvenes talentos como Cristina Brondo, Joel Joan, Irene Montalá y Quim Gutiérrez, que tan sólo era un niño cuando se convirtió en el hijo de Cataluña, al que veríamos crecer.
La escuela de la sobremesa
La serie, que curiosamente duró sólo un año (del 10 de enero a San Esteban, para ser exactos), entendía su vocación de servicio público. Era una ficción diaria escrita para una sociedad, la catalana, y trataba de abordar temas sociales. Jordi Boixaderas, por ejemplo, interpretaría al hermano de Rosa, un homosexual que sorprendería a los espectadores en un momento en el que ser gay no era precisamente aceptado. También trataría embarazos juveniles, la prostitución y el aborto. La cuestión era tratar cara a cara con temas que entonces podían considerarse tabú.
Este modelo de ficción se convertiría en un referente para TV3 y desde entonces no ha querido perder el hueco de la sobremesa, reservándolo siempre a las series autóctonas. A ‘Poblenou’ le seguiría ‘Secrets de Família’, que se ambientaba en Girona; después se mudaría al Penedès con la icónica y retorcida ‘Nissaga de Poder’, que era un melodrama incestuoso con dos protagonistas inmorales; pasarían a Sabadell con 'Laberint d'ombres' para contar una historia de amor de clases y con ese psicópata llamado Salvador Borés; volverían a Barcelona pasándose al barrio de Sants, con ‘El Cor de la Ciutat’, que duraría 1906 episodios; y actualmente se emite ‘La Riera’, que explora el mundo gastronómico a partir de un restaurante de un pueblo costero.
Todas ellas, en mayor o menor medida, también adoptarían el esquema de tratar problemáticas sociales, sobre todo ‘El Cor de la Ciutat’, que hablaría de racismo o transexualidad cuando casi ni éramos conscientes de su existencia. Pero con el tiempo en TV3 aprenderían que lo más práctico es no poner fecha de caducidad a los culebrones, que mejor que duren un tiempo. Claro que de no ser así probablemente los catalanes todavía estaríamos viendo ‘Poblenou’.
Este éxito, además, también se traduciría en forma de spinoff. Se trató de 'Rosa', que se despidió del barrio al final de la serie, y que se trasladaría al primetime de la cadena. Puede que no tuviera el mismo éxito, al fin y al cabo ni tan siquiera era el mismo formato, pero consolidó a Margarida Minguillón como una de las caras más conocidas de la televisión catalana. Quien le hubiera dicho que, cuando por fin dejó atrás el personaje, le ofrecerían otra vez un papel protagonista en la sobremesa de TV3. Y siento mencionar ‘El Cor de la Ciutat’ otra vez pero es que como catalán me tiene absolutamente marcado.
Ficha Técnica: 'Los mejores años'
Los barceloneses que ya tengan una edad entienden la importancia de los Juegos Olímpicos del 92. Consolidaron la ciudad en el mapa internacional y provocaron cambios en la geografía municipal, como ese barrio llamado Vil·la Olímpica. Allí fue donde se mudaron Rosa y Antonio Aiguadé cuando ganaron la lotería pero su reubicación no implicaría que pudiesen olvidarse de su antigua zona, el ‘Poblenou’. Con esta simple excusa nacería la primera telenovela catalana que luego sentaría precedente y que en el resto del Estado se bautizaría como ‘Los mejores años’.
Sus emisiones comenzaron en enero de 1994 y fue la primera serie original del canal TV3, que hasta entonces se había conformado con emitir series extranjeras dobladas (‘Dallas’ era la más mítica entre su público). Pero la serie rápidamente fue un fenómeno en Cataluña siguiendo un esquema muy tradicional y que hemos visto mil veces después. Era la historia de los miembros de una comunidad, en este caso de un barrio barcelonés, y su centro era el supermercado que regentaban los Ayguadé.
Este modelo costumbrista atrapó al público catalán hasta el punto que el consumo televisivo en la sobremesa aumentó. De hecho, el final de temporada reunió cerca de un millón y medio de espectadores. Pero este éxito no se trasladó a Antena 3 cuando se estrenó antes del telediario, por más que tuvieran muchas esperanzas depositadas en ella, y acabó emitiéndose en las mañanas.
En Cataluña, sin embargo, tenía sentido que desbordara entusiasmo. Una serie en catalán, ambientada en Barcelona y escrita por un catalán nacido en la ciudad, Josep Maria Benet i Jornet. Era el nacimiento de la ficción catalana, que desde luego no cesó, y esto se notó en los procesos de cásting. La mayoría de sus implicados había hecho carrera encima de los escenarios y en los estudios de doblaje como su protagonista, Margarida Minguillón. Pero también sirvió de cantera de jóvenes talentos como Cristina Brondo, Joel Joan, Irene Montalá y Quim Gutiérrez, que tan sólo era un niño cuando se convirtió en el hijo de Cataluña, al que veríamos crecer.
La escuela de la sobremesa
La serie, que curiosamente duró sólo un año (del 10 de enero a San Esteban, para ser exactos), entendía su vocación de servicio público. Era una ficción diaria escrita para una sociedad, la catalana, y trataba de abordar temas sociales. Jordi Boixaderas, por ejemplo, interpretaría al hermano de Rosa, un homosexual que sorprendería a los espectadores en un momento en el que ser gay no era precisamente aceptado. También trataría embarazos juveniles, la prostitución y el aborto. La cuestión era tratar cara a cara con temas que entonces podían considerarse tabú.
Este modelo de ficción se convertiría en un referente para TV3 y desde entonces no ha querido perder el hueco de la sobremesa, reservándolo siempre a las series autóctonas. A ‘Poblenou’ le seguiría ‘Secrets de Família’, que se ambientaba en Girona; después se mudaría al Penedès con la icónica y retorcida ‘Nissaga de Poder’, que era un melodrama incestuoso con dos protagonistas inmorales; pasarían a Sabadell con 'Laberint d'ombres' para contar una historia de amor de clases y con ese psicópata llamado Salvador Borés; volverían a Barcelona pasándose al barrio de Sants, con ‘El Cor de la Ciutat’, que duraría 1906 episodios; y actualmente se emite ‘La Riera’, que explora el mundo gastronómico a partir de un restaurante de un pueblo costero.
Todas ellas, en mayor o menor medida, también adoptarían el esquema de tratar problemáticas sociales, sobre todo ‘El Cor de la Ciutat’, que hablaría de racismo o transexualidad cuando casi ni éramos conscientes de su existencia. Pero con el tiempo en TV3 aprenderían que lo más práctico es no poner fecha de caducidad a los culebrones, que mejor que duren un tiempo. Claro que de no ser así probablemente los catalanes todavía estaríamos viendo ‘Poblenou’.
Este éxito, además, también se traduciría en forma de spinoff. Se trató de 'Rosa', que se despidió del barrio al final de la serie, y que se trasladaría al primetime de la cadena. Puede que no tuviera el mismo éxito, al fin y al cabo ni tan siquiera era el mismo formato, pero consolidó a Margarida Minguillón como una de las caras más conocidas de la televisión catalana. Quien le hubiera dicho que, cuando por fin dejó atrás el personaje, le ofrecerían otra vez un papel protagonista en la sobremesa de TV3. Y siento mencionar ‘El Cor de la Ciutat’ otra vez pero es que como catalán me tiene absolutamente marcado.
La escuela de la sobremesa
Ficha Técnica: 'Los mejores años'
[[image: {"alt":"Poblenou.","src":"f05f7c\/poblenou-1","extension":"jpg","layout":"small","align":"left","height":200,"width":140}]] <li><strong>Título Original</strong>: 'Poblenou'</li>
<li><strong>Género</strong>: Culebrón</li>
<li><strong>Cadena original</strong>: TV3 (1994)</li>
<li><strong>Cadena en España</strong>: Antena 3</li>
<li><strong>Disponibilidad <span class="caps"><DVD</span></strong>: Si</li>
</ul><br />
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