La semana pasada fue lo que los críticos y la industria televisiva estadounidense denominan premiere week, la semana en la que se estrenan casi todas las series nuevas del otoño y, además, debutan las nuevas temporadas de los títulos ya veteranos. El resultado es una completa locura que puede dejarnos el cerebro hecho puré si intentamos mantenernos al día viendo todos los pilotos, sin abandonar las series que ya seguíamos con anterioridad. Esa semana también es especialmente estresante para las cadenas porque las cifras de audiencia les empiezan a dar pistas de qué estrenos tienen posibilidades de convertirse en un éxito y cuáles son directamente un fracaso. Algunos expertos apuntan que lo importante esa semana es que las series no debuten hundidas en los ratings, porque de eso no se pueden recuperar (que se lo digan a FOX con ‘Lone Star‘ el año pasado).
En ese aspecto, títulos como ‘Ringer’, ‘The Playboy Club’ y ‘Free agents’ se han estrenado con unas cifras no abismales, pero tampoco demasiado buenas y están en todas las quinielas para ser la primera serie nueva en ser cancelada de la temporada. Sin embargo, la verdadera historia de la premiere week es lo que podría llamarse el regreso definitivo de la sitcom, después de años en los que las cadenas apostaban por dramas con elementos serializados y de misterio para intentar atraer a la audiencia (ya sabéis, la búsqueda del nuevo ‘Perdidos‘). El enorme éxito del que disfrutó ‘Modern Family‘ ya en su primera temporada las ha animado a fijarse ahora en las comedias de 20 minutos, y la estrategia les ha funcionado más que bien en el inicio de esta temporada.
La audiencia quiere reír
Por supuesto, lo más destacado fueron los 28 millones de espectadores que siguieron el “traspaso de poderes” de Charlie Sheen a Ashton Kutcher en ‘Dos hombres y medio‘, movidos por la curiosidad y el morbo, pero la CBS previó esa enorme audiencia y colocó justo después el estreno de ‘2 Broke Girls’ (que luego se verá antes de esa serie), recibida por más de 18 millones de espectadores. Tener un lead-in del que se esperaba una audiencia casi estratosférica ayudó mucho, desde luego, pero tampoco parece que vaya a sufrir demasiado desgaste en el segundo episodio. En la NBC, mientras tanto, ‘Up all night’ y ‘Whitney’ tuvieron debuts bastante decentes para los estándares de la cadena, pero eso sí, la comedia nueva que de verdad dio la campanada fue ‘New Girl’.
Con el tibio estreno de la tercera temporada de ‘Glee‘, que apenas llegó a los 9 millones de espectadores, como “aperitivo”, nadie esperaba que ‘New Girl’, la comedia protagonizada por Zooey Deschanel, diera un importante salto hasta los 10 millones y un 4,7 en los demográficos entre 18 y 49 años. Tal vez el “boca oreja” funcionó, y la táctica de FOX de preestrenar el piloto dos semanas antes en iTunes y Hulu resultó como ellos querían, porque lo que esta serie consiguió tiene bastante más mérito que el gran rating, básicamente heredado, de ’2 Broke Girls’. Entre esos dos buenos estrenos y el regreso de triunfal de ‘Modern Family’ a la parrilla, barriendo en los demográficos a ‘The X Factor’, The New York Times se ha preguntado si no puede ser que los realities estén entrando en decadencia.
¿Saturación de realities de cantantes?
‘The X Factor’ es, junto con ‘Terra Nova‘, el estreno de perfil más elevado de FOX, y uno del que necesitan unas cifras de audiencia en la línea de las de ‘American Idol’ para poder declararlo como un éxito rotundo. Sin embargo, quizás la televisión estadounidense está sufriendo una sobredosis de programas de este estil, con ‘The Sing off’ y ‘The Voice’ en la NBC y el propio ‘American Idol’ en FOX en midseason. Las audiencias de ‘The X Factor’ en sus dos días de emisión, miércoles y jueves, no fueron malas, manteniendo de un día a otro unos 13 millones de espectadores, y los demográficos permitieron que la cadena liderara finalmente la semana, pero no es, de momento, el rodillo que la cadena esperaba que fuera.
Y mientras la comedia se posiciona como el género dominante de las parrillas, tal y como era en la década de los 90, y los realities parecen estar perdiendo un poco de tirón, en el apartado de los estrenos de drama hubo uno que esperar hasta el domingo para encontrar uno que de verdad destacara por audiencia, justo por lograr superar la que heredaba de su lead-in. Ése fue ‘Pan Am‘, que mejoró los algo más de 9 millones que le dejó ‘Mujeres desesperadas‘ y terminó congregando a más de 10 millones de espectadores, y con un 3,1 en las demos que la dejó como segunda opción de la noche por detrás del fútbol americano en la NBC.
Habrá que estar pendientes de cómo evolucionan las cifras en las siguientes semanas, pero sí parece claro que el efecto de imitación del éxito de ‘Modern Family’ que están viviendo las otras cadenas, que les lleva a apostar por comedias menos rompedoras temáticamente pero con algún toque distintivo, está funcionando y puede contribuir a que disminuya el interés por desarrollar nuevos reality shows. Será cuestión de ver cómo evoluciona el panorama de aquí a los sweeps de audiencia de noviembre.
En ¡Vaya Tele! | Las series americanas más vistas de la temporada 2010-11