Con tan sólo ocho capítulos finalizó anoche la primera temporada de Física o química. Pero que estén tranquilos los fans que habrá próxima temporada. Con permiso de Sin tetas no hay paraíso, la serie de Antena 3 ha sido uno de los mejores estrenos de la temporada. Hablamos de casi tres millones de espectadores cada semana, ayer se llevó el 20,2 % de share que para los tiempos que corren no está nada mal. No es cuestión de desperdiciar la serie en este momento aunque digamos que es mala. El público está con ella, así que debe volver.
La despedida no sorprendió tanto como quizá lo hiciera el primer capítulo. Sobretodo por la acumulación de situaciones que no esperábamos de una serie supuestamente juvenil española capaz de poner nervioso a más de uno. Pero el final de temporada fue un auténtico topicazo. En él que triunfa la amistad entre los protagonista adolescentes, sin olvidar el gancho para la próxima temporada cortado cutremente llevado acabo. Había demasiadas historias entre los personajes, muchos triángulos amorosos y demasiada tensión sexual para que se le pudiera dar un toque final decente. Deberían repensar el casting para la nueva temporada olvidando a niños que apenas sepan vocalizar y cambiar el gesto cuando la situación lo requiere. Algunos dan auténtica grima de lo tieso que hablan delante de cámara.
Apostaron por cerrar varios arcos argumentales a punto de estallar entre el cansancio y la falta de ideas para sorprendernos. Los argumentos de la serie no están mal del todo, el problema quizá es la forma de llevarlos a cabo entre lo inverosímil y lo insustancial.