Esta semana hemos despedido para siempre una de las series nacionales que están marcando el camino de esa nueva ficción española que tanto nos está gustando en los últimos tiempos. 'Sin identidad' ha sabido salir airosa con su mezcla de géneros: drama, thriller, acción... y con dos únicas temporadas en las que ha dado lo mejor de sí misma.
La despedida del miércoles llegó con una buena cifra, un 17,8% que le hizo líder de la noche frente a su rival de Mediaset, '¡Vaya fauna!'. Después de su segunda temporada, de 14 capítulos, dijimos adiós a esta producción de Diagonal TV, en la que ha tenido mucho peso su coordinador de guiones, Manuel Ríos San Martín, que se hizo cargo del proyecto a mitad de su primera temporada.
La venganza de María
'Sin identidad' tuvo que luchar, desde el principio, con las comparaciones con la serie 'Revenge'. Para desarrollar su propio historia ha contado con dos temporadas con dos perfiles muy distintos. Si en la primera parte brillaba una protagonista confiada y bondadosa que luchaba por encontrar la verdad y proteger a la familia recién descubierta, en la segunda, hemos visto una fuerte evolución en el personaje interpretado por Megan Montaner.
Afectada por doce años de sufrimiento e incomprensión, la serie ha sabido reflejar las consecuencias sicológicas para una mujer obligada a sobrevivir en un lugar extraño
en el que la palabra esperanza no tiene sentido. Esta segunda temporada nos ha devuelto a una María mucho más dura y recelosa, que muchas veces se ha visto sola frente al mundo y ha sido hostil incluso para el espectador.
El malo malísimo
Los esfuerzos por vengarse parecían incluir a toda su familia: Luisa, Bruno, Amparo... pero una persona focalizaba el odio de la protagonista: Enrique Vergel, el malo malísimo al que ha dado vida Tito Valverde. La trama ha girado en gran medida en torno a ese laboratorio y esa medicación cuyos efectos secundarios pueden truncar sus planes de futuro.
Aquí se ha abierto un nuevo e interesante frente para la serie: a las tramas de los niños robados, la explotación sexual... se ha unido este tema en el que los negocios sucios centrados en la salud y los dudosos remedios farmaceúticos han sido protagonistas. Este tema fue acosando a un Enrique al que fallaron sus planes de convertirse en flamante ministro y cuyo desenlace, en la playa de México, le dejó acorralado frente a María, aunque aún así, a tiempo de dar un golpe final y contar la traición de Amparo.
El final con Amparo
Y es que uno de los aspectos más curiosos de la serie es ese desenlace en el que la relación entre las hermanas ha sido tan importante, quizá la que más ha destacado, por encima incluso de asuntos amorosos, debido, sobre todo, al crecimiento de una actriz a la que habíamos visto en papeles blancos y hasta un poco tibios, para enfrentarse en 'Sin identidad' a una mujer turbia y determinada.
Verónica Sánchez ha sido una de las revelaciones más positivas de la serie y el hecho de que le hayan reservado el tramo final del último capítulo así parece confirmarlo.
Amparo es una superviviente, acostumbrada a pelear mucho por defender lo que considera suyo. Su trayectoria en la serie es de las más interesantes, logró un buen estatus social pero a costa de sentirse marginada y burlada por su "familia". Su segunda traición a María le dejó sin posibilidades de redención.
El triángulo amoroso
Otro aspecto del que no podemos dejar de hablar es el de las relaciones amorosas de María. Si en la primera temporada la veíamos ilusionarse con Juan, en esta segunda ha sido Pablo su principal apoyo y quien ha intentado reconducir su camino para que María dejara de ser esa criatura sin escrúpulos en la que parecía haberse convertido. El final feliz entre los dos da cierta luz al futuro de la protagonista.
Sin embargo, no puedo dejar de sentir cierta amargura por el devenir que ha tenido el personaje interpretado por Daniel Grao que era, lo reconozco, mi favorito para llevarse el corazón de María. El giro que le llevó a trabajar con Enrique siempre me pareció poco concreto y tampoco pudimos relacionarlo con cuestiones de fidelidad, pues acabó traicionando a quien había hecho tanto por él y convirtiéndose en carne de cañón para Álex en un final que, personalmente, no acabó de agradarme.
¿La historia se repite?
Por último, tenemos que hablar del epílogo que sitúa la acción seis años después, cuando un Quique ya crecido se presenta ante un banco suizo para recuperar la fortuna que todavía pertenece a los Vergel y comenzar, a su vez, una venganza contra los que destruyeron a su familia y, sobre todo, a su adorado abuelo, una de las pocas cosas que conseguían redimir al personaje interpretado por Tito Valverde.
Es un desenlace clásico que deja la trama abierta y que nos dispara hacia una pregunta: ¿acaso la historia volverá a repetirse? Parece que ahora Quique tomará el papel de María, o Mercedes Dantés, y se convertirá en el hostigador del que, en su tiempos, también buscó la venganza. ¿Hemos de entender una moraleja en todo ello? ¿Es que acaso la venganza sólo trae dolor renovado y el inicio de una espiral que nunca podrá cerrarse?
En ¡Vaya Tele! | El final de 'Sin Identidad' empieza el miércoles
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