Después de tanta espera, Peta Zeta se estrenó ayer. Su estreno no fue tan bien como podríamos esperar, de hecho comprendemos porque Antena 3 retraso tanto su estreno. Aunque el dato de audiencia no fue malo, una media del 14,8% poco más de 1.100.000 de espectadores superando a Buenafuente que marcó un 6,7% del público (435.000 espectadores), la calidad del programa lo hacía insufrible.
Las expectativas estaba muy altas al principio cuando se presentó el proyecto. Quizá por la emoción de una época que recuperábamos como dorada, aunque no deje de avergonzarnos. Pero los que crecieron en los 80 son el target comercial más jugoso para la publicidad, uno de los motivos por los que estos programas abundan últimamente.
Decepcionó darse cuenta por enésima vez que Corbacho es histérico, extravagante vistiendo hasta ser horripilante, sus gracia son las justitas y es un voceador exagerado. Un programa suyo se hace un poquito insufrible, más cuando, como Peta Zetas, no tiene un guión decente y ágil, es caótico en su planteamiento. Se formaron pequeños debates en la mesa con colaboradores de bajo nivel de por qué hacíamos tal o cual en los 80 que les dejaban en evidencia.
Enrique del Pozo es el colaborador estrella, que está allí porque hace gracia ver lo ridículo que es ahora, incluso más que en los 80. Le sientan al lado de Corbacho para tenerle cerca en la burla. El dilema entre walkman o hula hop, el ránking de timadores de los 80, la imágenes de algún spot de la época o la canción de disco chino fueron los temas del programa. Pero el plato fuerte era la entrevista a Sabrina Salerno, famosa por la nochevieja del 87, pero Corbacho no pudo ser más chabacano dejando fluir sus pensamientos más obscenos actuales y de juventud espantando cualquier vestigio de que fuera lo único que salvará el programa.
Todo esto nos hará pensar si ver el segundo programa, no malgastar de nuevo el tiempo en este experimento televisivo de late nigth temático de Antena 3.
En ¡Vaya Tele! | La curiosa web ochentera de Peta Zetas