'Los Protegidos', serie bastante mejorable

Anoche Antena 3 estrenó 'Los Protegidos' su nueva serie de ficción nacional. En esta ocasión la cadena se mete en un campo poco tocado en la televisión española actual: los superpoderes. Sí señor, ya era hora de que se empezara a hacer en España series con temáticas algo diferentes a lo que se suele ver por aquí. Esa fue mi reacción inicial cuando me enteré del proyecto, pero según iban saliendo las promos mi entusiasmo bajó.

Antes de entrar en los pormenores de esta primera impresión que me ha dejado el primer episodio de la serie veamos un poco la sinopsis. 'Los Protegidos' es la historia de seis personas que debido a diversas circunstancias se ven obligados a dejar sus casas para refugiarse en un sitio nuevo, haciéndose pasar por una familia. La peculiaridad de la familia es que "sus hijos" poseen poderes, y el poseerlos parece interesar a una misteriosa organización que secuestra a estos seres superpoderosos.

El principal fallo de 'Los Protegidos' es que, pudiendo elegir un sinfín de fórmulas para contar esta historia, se quedan con lo de siempre, convirtiendo a la serie en otro drama sensiblero para toda la familia. Aderezado, eso sí, con el toque de misterio necesario para que la serie tenga una razón de ser. Lástima que, aunque la premisa de por sí es interesante, todo este halo de misterio se desvanezca al pasar practicamente a un tercer (no ya segundo) plano.

De hecho, en el momento en el que esta familia llega a su nuevo hogar se transforma en una serie completamente distinta. De manera algo brusca 'Los Protegidos' pasa a ser un 'Los Serrano' con superpoderes, es más, me dio la impresión de que se centran mucho en la tensión sexual entre el Culebras y Sandra, y que el camino que seguirán es el del costumbrismo y la cotidianeidad. Cierto, sabemos perfectamente que la organización que busca a los niños seguirá dando problemas, pero no parece prioritario.

Por otro lado la interpretación de ciertos actores no ayuda. Me refiero a los actores "adolescentes" cuya interpretación es totalmente sobreactuada, sobre todo la de Luis Fernández (no puedo con él). La verdad es que esto empeora bastante la experiencia como telespectador. Por lo demás creo que la serie se queda a medio camino de todo, no me ha parecido ni buena ni mala. Lo que deberían hacer es dejarse de españoladas y empezar a hacer series de verdad, que se metan en harina y no se anden con sensiblerías que solo logran empalagar al espectador.

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