Tú llevas detrás de mi Juan desde que llegaste aquí, ¡que tienes todos los chacras disparados! Tú vas de mística, pero eres mala, Hierbas. Eres un bicho…
¿Quién mató a Paloma Cuesta? ¿La CIA como, segun los conspiranoicos, hicieron con Kennedy? ¿Tal vez pudo haber sido La Pija por la supuesta “envidia” que ésta le tenía a Paloma? ¿O por qué no Marisa en una de sus constantes borracheras de chinchón? Tal vez lo hicieron sus propios hijos, hartos de oír los gritos de su madre cada vez que se cabreaba; e incluso su propio marido, cansado de ser la marioneta andante de una mujer con tantísima personalidad. Muchas personas en Desengaño 21 tenían motivos para cargarse a Paloma Cuesta, pero no, ninguno de ellos lo hizo. Como dirían en el Cluedo: “La Hierbas, con la cuerda del tendedero, en el patio del edificio”.
No es que Paloma sea molesta, no, es que es un auténtico grano en el culo. Su falsa cara conciliadora y sus aires de diva por encima de la clase trabajadora la convierten en un ente al que es muy fácil odiar. Desde La Pija hasta las señoras del primero, pasando por los gays e incluso sus propios hijos; todos tuvieron sus más y sus menos con las difíciles formas de actuar de Paloma, dispuesta a lo que sea con tal de lograr su objetivo.
Como Primera Dama del edificio no puede faltar a ningún evento importante que organicen los vecinos, ya sea la inauguración de un bar, el bautizo de un bebé o la boda de Lucía, hasta tal punto de que es capaz de sobornar al cura para que le dé la información que necesita o fingir la comunión de su hijo Jose Miguel y así hacer chantaje emocional para que la inviten.
“El chalé Juan, el chalé“. ¿Cuántas veces oímos esa frase en el transcurso de la serie? El problema es que Juan es un simple profesor de instituto con aspiraciones a llegar a ser Jefe de Estudios, pero poco más; y claro, eso no da para un chalé. De cualquier modo, Juan siempre intenta tenerla contenta, por eso la apoyó a regañadientes en su incursión en el mundo de la moda bajo la marca “PUF”, Paloma Urban Fashion, llegando a desfilar ilegalmente por la pasarela Cibeles con música de Camela de fondo, una experiencia inolvidable.
Otro de los adjetivos que caracteriza a Paloma es el de “celosa”, una celosa compulsiva que tiende a dudar de cualquier mujer que se acerque más de lo debido a su Juan. No hay más que recordar la que se montó con el sueño erótico que tuvo Lucía con Juan Cuesta, un hecho que agravó aún más su relación con La Pija y que Paloma arregló devolviéndoselo con la misma moneda.
Pues mira, ahora cuando me eche la siesta voy a soñar que me lo monto con tu novio, ¡ya verás que gracia! ¡Y le voy a hacer todo lo que tú no le haces! ¡Tú no sabes la imaginación que yo tengo!
Y precisamente esos celos fueron los que la llevaron a la muerte. Bueno, primero al coma, luego a despertarse, luego de vuelta el coma para finalmente morir de forma definitiva. En una discusión con la Hierbas en el tendedero, ambas empezaron a tirar cosas de la otra hacia el patio interior, y en un desafortunado forcejeo, Paloma Cuesta se precipitó de cabeza contra el suelo del patio de la portería donde, ironías de la vida, sus cenizas serían esparcidas tras su muerte. Así vivió, y así murió Paloma Cuesta. ¡Y punto en boca, hombre ya!
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