Desde hace una semanas, Impares se ha incorporado a la oferta de Antena 3 con el objetivo de enganchar al público en el tiempo que va de las noticias a la apuesta estelar de cada noche en el prime time. Aunque haya opiniones diversas, y quizás porque la serie es muy irregular, no ha conseguido captar la atención y ayer marcó su mínimo de audiencia, con un 6´6%.
Sin embargo, lo que más me llama la atención es cómo Impares ha decidido seguir la táctica de Escenas de Matrimonio o de Camera Café y ya ha comenzado a repetir varias de sus primeras tandas de sketches. No acabo bien de entender cómo es posible que hayamos llegado a una situación en la que volver a ver lo mismo semana y media después de la primera vez sea normal.
¿Qué es? ¿La consecuencia de todas las veces que nos hemos tragado capítulos repetidos de Los Simpson, Friends, Futurama o Padre de Familia y no sólo no hemos dicho nada, sino que seguíamos dando cifras de audiencia notables? ¿Ahora tenemos que pagar penitencia?
Ya se vio que Camera Café iba a hacer de la repetición de antiguos chistes un modo de vida. Escenas de Matrimonio lo llevó al extremo: ¿cuántas veces habrán puesto la historia de la quiniela perdida para que yo, que no sigo la serie ni por asomo, casi me la sepa de memoria?
Y ahora le toca el turno a Impares: una serie que en Antena 3 no lleva ni un mes, pero que ya ha empezado con lo mismo. ¿No sería más fácil acortar el tiempo de la serie o no mezclar historias (como, por cierto, ya hicieron ayer)? ¿No habría que esperar, por lo menos, a que la serie se asentase para comenzar a tirar de repeticiones? y, sobre todo, ¿no es esta manía que les ha entrado a nuestras cadenas de televisión otra falta de respeto al espectador?
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