Así rezaba el eslogan de un anuncio de Trina allá por los ochenta, con una pandilla jugando al billar. Y el triángulo es la figura geométrica escogida para la novedad de las tardes de Antena 3 con A tres bandas, un programa que huye del concepto de magazine para instalarse en el universo del show y que, como cualquier triángulo que se precie, tendrá tres lados: actualidad (Jaime Cantizano), crónica social (María Patiño) y entretenimiento (Dani Martínez). Secciones recurrentes en los programas de tarde (y en muchos de las mañanas).
El programa, diario y en directo, está producido por Cuarzo (la productora de Ana Rosa), y dirigido por Antonio Robles (responsable/culpable de Sabor a ti). El plató tendrá 800 metros cuadrados y acogerá a 150 personas de público cada tarde. Se postulan como colaboradores Jesús Mariñas, Rosa Villacastín y Miguel Temprano, y aquí es donde el triángulo empieza a dejar de tener todos sus lados iguales porque si de equilibrio se trata, ¿a qué viene que tengan tanta representación los comentaristas del corazón (aquí metamorfoseado en crónica social)?
Repetir un formato, tirar de presentadores/colaboradores más vistos que el TBO, hablar de lo mismo que se habla en el resto de espacios del resto de cadenas e intentar hacernos creer que estamos ante la novedad de la temporada eso sí que es cuestión de trigonometría. Que A tres bandas es un programa de tantos y que las estructuras se repiten desde hace años no es noticia. Lo verdaderamente escandaloso es el esfuerzo que hacen las cadenas por vender el producto como algo distinto. ¿No resultaría más ventajoso hacer algo realmente nuevo? Quizá es que el formato sea idóneo para las tardes y puede que estemos condenados a tener en parrilla estas emisiones para siempre. O puede que la audiencia se harte y elija salir a pasear en vez de acomodarse en el sofá. Lo que cada vez parece más claro es que no van a ser las televisiones las que ofrezcan la alternativa.
Vía | El País