A estas alturas uno asiste a cada nuevo trabajo de Pixar sabedor que lo que va a ver no decepcionará. Es como una garantía. Algo que hoy en día se convierte en algo tan complicado como asombroso. Con ‘Toy Story 3’ me cabían ciertas dudas desde su gestación. A pesar de que ya la segunda entrega me pareció más que digna y al mismo nivel de la original ‘Toy Story’, una película esencial en la historia del cine de animación y para todo cinéfilo, adulto o joven.
Pero, tras deglutir asombrado al entrante que te preparan, ese cortometraje maravilloso que juega con un 3D técnicamente genial y una historia tan sencilla pero también contada, que uno ya tiene el cuerpo perfectamente preparado para dejarse llevar por Woody, Buzz y compañía.
Y, efectivamente, Pixar vuelve a deleitarnos con un despliegue cinematográfico de gran altura. ‘Toy Story 3’ funciona a la perfección en varios planos. Entretenida, fascinante, trepidante… e hipnotizante para el espectador infantil que puede disfrutar gozosamente de una aventura maravillosa con todos los juguetes a los que ya parecía poco por descubrir, pero que de nuevo sorprenden y calan hondo.
Para el espectador adulto, ‘Toy Story 3’ apela a un calado sentimental de una brillantez insuperable. Llena de guiños, nos vuelve a encariñar y empalizar con sus inolvidables personajes. No encontramos al mismo Woody, ni al resto (Buzz vuelve a ofrecer una nueva muestra de sus infinitos recursos para sorprendernos, incluida una reconversión a la española especialmente simpática): porque son una auténtica evolución. El viejo vaquero ha madurado, al igual que Andy, su dueño (y también de su corazón), y en esta historia la madurez es uno de los temas principales.
La caducidad y la muerte tienen una esperanza emocionante
Esta nueva aventura de los juguetes nos lleva a una guardería que sorprende desde el primer minuto. Allí, tendrá buena parte de la historia en la que conoceremos al villano de turno, magistralmente diseñado y definido (sádico y retorcido), acompañado de sus secuaces (incluido un diabólico muñeco con un buen corazón escondido), al igual que a otros nuevos personajes. Incluido un Ken que generaba serias dudas, pero que tras finalizar el film uno percibe que ha sido un acierto y que su aparición está cariñosamente bien cuidada.
Sunnyside, esa guardería presentada a modo de prisión, será el lugar del que escapar. Simbólicamente es la huida de un pasado para afrontar un nuevo futuro, en el que irremediablemente la madurez, pero también la caducidad y la muerte tienen presencia. El realizador Lee Unkrich y el guionista Michael Arnt trazan algunas escenas tan vibrantes (de claro y acertado homenaje cinematográfico) como sentimentalmente emocionantes (ese infernal incinerador provoca sudores al más espectador más frío). Un despliegue visual de primera (una tecnología 3D ejemplar, especialmente en el arranque para luego ser más discreto y atender a la historia más que tomar protagonismo) unido a una grandeza emotiva desplegada en cada diálogo, en cada personaje. Todos realizan su particular aportación para apoyar a Woody y su plan. Un plan que sigue el instinto, o más bien el sentimiento verdadero que alberga su corazón de juguete.
Los personajes con más carisma del cine de animación
Si pensábamos que Ratatouille era una rata a la que nos encantaría conocer, si Wall-e nos cautivó en silencio o si Carl Fredricksen nos dio una lección de amor y búsqueda de los sueños, Woody, junto a Buzz, nos trasladan de la mano a la época infantil y nos hace acompañarle en su camino hacia la madurez. Lleno de nostalgia, de nobleza y de amistad (es el tema recurrente de esta trilogía), Woody es uno de los personajes con más carisma del cine de animación reciente.
Aunque no nos podemos olvidar de Buzz Lightyear, que se convierte en el acompañante ideal y que deja un auténtico recital de sorpresas (sus clones, su “respeto”, su humor,…).
‘Toy Story 3’ supone un magnífico punto y final a la trilogía de los juguetes y quizás, con el tiempo, pueda ser vista incluso, como la mejor y más completa de todas. Esfuerzo, talento e inspiración no les ha faltado. Y es que Pixar ha vuelto a atrapar el corazón de adultos y niños.